El taüt més barato cuesta 100 euros y és de cartó, però las grandes empresas no los ofrecen entre sus servicios
El taüt més barato cuesta 100 euros y és de cartó, però las grandes empresas no los ofrecen entre sus servicios

Cuando muera, pase por caja

El Govern reclama abaratar el precio de los entierros en plena crisis por el coronavirus dado el elevado coste de un sepelio

En plena crisis por el coronavirus y con el incremento de número de muertos día tras día, ha aparecido en los diarios el precio que tiene enterrar un familiar. Parece frívolo, pero morirse es muy caro. Estos días se están efectuando entierros sin velatorio e incluso el Govern ha pedido limitar el precio de los servicios funerarios, dado que el coste de un sepelio es alto. Todos hemos pasado o pasaremos por la circunstancia de enterrar un familiar. Suele ser un momento emocional intenso en que el dolor es el protagonista. Momento en que las decisiones y trámites que implica un funeral se resuelven a contratiempo. No nos miramos de manera meticulosa a cuando sube el ticket de morirse, en caso de no tener un seguro pagado a lo largo de la vida. Cada año mueren en Catalunya unas 60.000 personas... morirse no es barato.

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Estos días la funeraria Memora ha ocupado titulares porque supuestamente la empresa ha intentado vender féretros más caros del necesario o cobrar conceptos como la ceremonia -que obviamente no se celebrará-. Un abuso al cual se tiene que sumar, no olvidemos, un 21% de IVA.

En circunstancias normales, ceremonia religiosa o laica, música, flores, obituarios, recordatorios, tanatoplastia, coche de acompañamiento, documentos, ataúd, urna, cremación... El coste de un entierro normal en el Estado español -tomando como referencia un sepelio básico sin grandes extras- es de unos 3.500 euros. La media de un servicio funerario no tan básico rondaría los 6.500 euros, mientras que si queremos organizar un servicio con extras, podríamos partir de los 10.000 euros hasta el límite que queramos. En caso de que sea necesaria una repatriación tendríamos que añadir unos 6.000 euros más, todo según datos de la aseguradora Catalana Occidente.

Estos precios, que variarán en función de cada provincia -Barcelona, por ejemplo es la más cara- suponen un gran desembolso para la familia del traspasado. Sobre todo cuando no se ha contratado un seguro de decesos que cubra el gasto.

Barcelona y Tarragona son las ciudades más caras para organizar un sepelio, con un precio medio de los servicios funerarios de 6.441 y 5.323 euros

Barcelona y Tarragona son las ciudades más caras para organizar un sepelio, con un precio medio de los servicios funerarios de 6.441 y 5.323 euros, respectivamente, frente a Cuenca y Tenerife, donde el coste medio se encuentra entre los 2.261 y los 2.397 euros, convirtiéndose así en las ciudades más económicas, según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Mientras tanto, el precio medio en España se sitúa en los 3.545 euros.

¿Cuánto cuesta un ataúd o féretro?

Hay ataúdes sencillos desde los 800 a los 1.000 euros a pesar de que en función de su diseño y de los materiales empleados en su fabricación esta cantidad se puede multiplicar por 10. Quizás mucha gente se sorprenda con este dato pero, aunque el muerto tenga que ser incinerado, también es obligatorio la compra del ataúd.

También se pueden encontrar ataúdes de cartón reciclado. El primero llegó a España el 2011 y sólo cuesta unos 100 euros, si bien las grandes empresas no lo ofrecen.

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Precio del tanatorio

El tanatorio, la sala donde los familiares pueden recibir las personas que acuden a despedir al muerto y dar el pésame a los familiares, tiene un coste inicial de 500 euros. Algunas instalaciones cuentan con una pequeña capilla en la cual, si se desea, se podrá celebrar un oficio religioso -de todas las creencias- o laico de despedida.

Incineración

Aunque su precio sea elevado -el precio de la incineración en España va desde los 250 a los 700 euros- es una de las opciones preferidas de las familias y aproximadamente el 35% eligen este proceso atendido el ahorro que supone si se opta, además, por prescindir del nicho, lápida, etc.

El ataúd más barato cuesta 100 euros y es de cartón, pero las grandes empresas no los ofrecen entre sus servicios

Hay una gran variedad de urnas donde depositar las cenizas con un amplio abanico de posibilidades en cuanto a materiales y diseños.

Si bien es cierto que en sus inicios suponía un ahorro considerable, hoy en día los columbarios -nombre que reciben los nichos destinados a guardar las urnas con las cenizas en los cementerios- también requieren un gasto que, como mínimo, supondría unos 300 euros.

Traslado

Hay varios tipos de traslados que pueden ser necesarios a la hora de gestionar el servicio funerario. La repatriación, traer de vuelta a país de origen de la víctima los restos mortales cuando se muere en el extranjero, implica una media de 6.000 euros.

El más habitual, pero, será el traslado de la víctima desde el tanatorio al cementerio en el cual será enterrado. Esta partida tiene un precio de 500 euros.

El mercado de la muerte

El 1996 entró en vigor en España una ley para liberalizar el sector de las funerarias, hasta entonces monopolizado. De entonces hasta ahora cada cual puede escoger el servicio funerario que quiera y donde quiera. Pero el mercado está dominado por grandes empresas que se han repartido el territorio.

De hecho, hay pueblos y lugares donde estas empresas no quieren operar, y muchas veces actúan como monopolios. La competencia y el libre mercado también actúan en los momentos más duros de la vida.

En el conjunto del Estado hay aproximadamente 1.700 empresas dedicadas a esta actividad que dan trabajo a unas 11.500 personas y facturan 1.400 millones de euros anuales. Pero, hay tres nombres que surgen con fuerza en los últimos años: Mémora, la principal en Barcelona, Funespaña y Àltima. La primera es propiedad del fondo de pensiones canadiense Ontario Teachers' Pension Plan y la última es propiedad de tres familias de accionistas.

En el Principat hay más de 60 empresas en este sector, pero la realidad es que entre una decena controlan más del 60% del mercado. Más concretamente, las empresas Mémora y Áltima controlan el 33,6% del mercado funerario en Catalunya.

La Autoridad Catalana de la Competencia (Acco) se pronunció al respecto en 2016 y propuso "fomentar la competencia en el conjunto del sector funerario y modificar la normativa y la actuación de la Administración pública en el mercado de los servicios de tanatorio de Catalunya", todo en el estudio El uso del tanatorio y sus efectos sobre la competencia en los servicios funerarios.

El mercado de los servicios funerarios ha sido "objeto de controversia" después de que varios operadores de estos servicios hayan manifestado las dificultades que tienen para poder operar en determinados municipios, advirtió entonces el director general del Acco, Marc Realp.

La preocupación ciudadana es creciente hacia unos servicios funerarios de primera necesidad o de demanda obligatoria, que según Realp, "tienen unos precios muy elevados" y muchas veces, difíciles de asumir por parte de la población, debido a la falta de competencia entre los operadores. 

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