El empresario, el malo de la película

La ficción televisiva tiende a asociar el empresario con negocios turbios, carencia de moral y obsesión por el dinero; hecho que lamentan los empresarios de verdad y justifican los guionistas

"Ahora que ya eres grande hace falta que hablamos de cosas serias, no de chicos: inversiones, extorsiones, despidos masivos...". Esto es el que el personaje del Señor Plano decía hace pocos días a la Patio Plano en una emisión del Súper3, el club infantil de la Televisión de Cataluña. El Señor Pla es el malo, y es empresario.

En una entrevista con VIAempresa, Xavier Sala y Martín lamentaba que "a las series de televisión y a las películas los empresarios siempre son los malos. Cuando uno es pequeño, quien quiere ser el malo de la película, el que roba al pobre trabajador? Si los empresarios son los malos, nadie querrá ser empresario". Marc Bonavia, fundador de SIT Mobile y presidente del Aijec también denunciaba en otra entrevista con este diario que "empresario se asocia a gomina, puros, prostitutas y cocaína".

Parece, pues, que se ha instalado en el imaginario colectivo una mala fama sobre la figura del empresario que se ve reflejada en su aparición a series y películas, e incluso también en los programas infantiles. Los empresarios de verdad reclaman revertir la situación pero, cómo hemos llegado hasta aquí?

"La ficción tiene una tendencia natural a buscar el conflicto, la realidad es aburrida"
David Plana (@DavidPlana), guionista y creador y director argumental de La Riera hasta el pasado septiembre, asegura a VIAempresa que "me había llegado este comentario. Todas las profesiones que se ven reflejadas en la ficción difícilmente están contentas". Por este creador de ficción televisiva, el género "tiene una tendencia natural a buscar el conflicto y la imperfección porque si todo es idílico no hay drama, la realidad es aburrida".

Plana saca hierro a la imagen negativa de los empresarios y asegura que "los médicos de ficción también cometen errores que uno de verdad diría que no pasan nunca". A su entender, "la ficción no quiere hacer un retrato, sino que utiliza la realidad para crear una trama. Si hay empresarios tienen que dar juego como el resto de profesiones".

A La Riera, el actual culebrot por la tarde de Tv3 que ya ha superado los 1.000 episodios; los espectadores pueden encontrar el Claudi (Pere Arquillué), Lídia (Anna Sahun) o el Balló (David Baigés), empresarios implicados en tramas corruptas, sin escrúpulos a la hora de hacer dinero y que no tienen ningún problema a la hora de contratar sicarios o poner cámaras ocultas si es necesario extorsionar.

Judith Viader, directora general de Frit Ravich, consultada por VIAempresa sobre la cuestión, cree que "la imagen a las series claramente no refleja la realidad de los empresarios. De los que yo me rodeo son gente con mucho empujón, muchas ganas y muy ilusionados para salir adelante su negocio y hacer las cosas muy hechas".

Viader reconoce que "a todos los colectivos hay gente que hace bien las cosas y gente que no; pero hace mucha rabia que a los medios de comunicación siempre haya esta imagen de la parte más fea de los empresarios".

David Plana, en cambio, defiende que "a La Riera también hay empresarios buenos. Sergi (Jordi Planas) y Ernest (David Selvas) han abierto restaurantes. Se ha utilizado el Claudi como personaje turbio porque da más juego dramático que otra profesión: tiene contactos con más gente, mueve dinero, etc".

El creador de la serie destaca que "la ficción no tiene que dar buena o mala imagen de nadie. El único compromiso que tiene es con la propia ficción: que las tramas sean coherentes y atrapen el espectador".

"Se los dibuja como gente egoísta, que sólo piensa en ellos y muy poco en la comunidad"
Xavier Ferràs (@XavierFerras), decano de la Facultad de empresa y Comunicación de la Universidad de Vic, reclama como "vital cambiar esta percepción". Ferràs admite a VIAempresa que "a las series se potencian los comportamientos extremos, pero entendemos que el comportamiento de partida es negativo, y esto se da por supuesto". El experto constata que "se los dibuja como gente egoísta, que sólo piensa en ellos y muy poco en la comunidad".

A su parecer, "hacer un país competitivo significa tener unos referentes sociales determinados. La gente que triunfa, es capaz de hacer dinero y reinvertir-los creando puestos de trabajo , tendría que estar muy muy valorada en una sociedad que tiene un porcentaje de paro tercermundista como la nuestra". Por eso reclama potenciar esta figura igual que se ha hecho con la del científico. "Tenemos una muy buena imagen de los científicos, y esto es excelente. Pero para ser un país capaz de generar conocimiento y transformarlo en valor económico tenemos que tener también muy buena imagen del empresario".

"En el pueblo de una serie catalana todo el mundo era bueno menos el empresario"
Para ejemplificar su tesis, Xavier Ferràs pone el ejemplo de una anécdota vivida hace pocos años trabajando para una agencia de promoción económica. "En una producción catalana había la figura de un empresario que en el pueblo donde vivía era el único malo. Todo el mundo era bueno excepto el empresario, que era lo el espabilado del pueblo", recuerda.

En aquel momento uno de los objetivos de la agencia era potenciar la figura del emprendedor y la importancia de innovar. "Que el referente social construido a través de la televisión pública fuera el empresario-avispado, no nos iba a favor. Contacté con el responsable de innovación de Televisión de Cataluña y le pedí alinearnos porque nosotros dábamos unos mensajes por un lado y a la televisión se estaba creando un referente social que no era el correcto".

El resultado fueron algunas correcciones: puesto que no tendría sentido cambiar el personaje, se decidió incorporar la figura de un emprendedor. "Se eligió la imagen de una mujer que no sería emprendedora, sino ingeniera. Y poco después se introdujo la figura de un chico que acaba de estudiar y se hace emprendedor". Enseguida, pero, "se vuelve un avispado y empieza a adoptar el comportamiento del empresario sénior. Es un egoísta que sólo mira por sus intereses, que le preocupan mucho el dinero, etc", recuerda Ferràs.

Siempre desde el respeto hacia el trabajo de los otros, Ferràs desearía "construir series alrededor de la figura del emprendedor y el empresario. Ver qué retos afrontan, como generan valor para la sociedad". En definitiva, constatar "la importancia de tener empresarios comprometidos con la sociedad civil para crear un país competitivo y adalid".

"Tenemos que hacer autocrítica, no hemos reivindicado bastante la figura del empresario"
Preguntado sobre los motivos de esta construcción social, Xavier Ferràs se muestra contundente a la afirmar que "no podemos culpabilitzar la población empresarial de la creación de este referente social". A su entender, "es un componente cultural, muy arraigado. A la cultura del sur de Europa, más católica, el trabajo es ver como una carga, Dios nos castiga haciéndonos trabajar. En cambio, en el norte de Europa y los países anglosajones, de tradición luterana, el trabajo es percibido como una forma de desarrollo personal".

Aún así, Judith Viader, de Frit Ravich, reconoce que "tenemos que ser autocrítics. Cuando hay un caso de corrupción es muy mediático, y desde la parte de los empresarios no hemos reivindicado bastante la importancia de esta figura".

"Estamos transmitiendo a los jóvenes una imagen mala de ser empresario"
Viader, más allá de la anécdota más o menos importando que resulte la cuestión , reconoce que "me sabe muy grave por la visión que ofrece a la gente joven y la chiquillería . Los estamos transmitiendo esta imagen mala de ser empresario, cuando la realidad es otra cosa". La directora general de Frit Ravich lamenta que "no aprovechamos las series y las películas para transmitir su parte positiva: el espíritu de superación , de trabajo, de compartir una ilusión o de salir adelante un proyecto".

De hecho, Viader explica que "siempre que hagamos charlas en las escuelas pregunto qué visión tienen de los empresarios, y a veces hace feredat el que te contestan. Después preguntas sobre quienes creen que da trabajo y te contestan que las empresas. Los tenemos que hacer ver que detrás de las empresas hay personas".

"Si hagamos pedagogía a través de la ficción, no lo conseguiremos"
David Plana, alejado de esta visión, cree que "somos un país con una tradición de ficción muy corta. Y pasa con los empresarios e incluso más con los políticos. En los Estados Unidos hace años que se inventan historias sobre presidentes, empresarios o todo tipos de personajes malos".

Plana lamenta que "todavía nos confundimos y si a una ficción sale un personaje que hace una cosa mal todavía se entiende como si se estuviera dando una opinión sobre aquel colectivo, y no es así en absoluto".

Guionista también en series como Ventdelplà, Jet Lag o La Memoria de los Tornillos, asegura que "la televisión ya tiene sus espacios instructivos y pedagógicos; y la ficción es ficción. Si hagamos pedagogía a través de la ficción no lo conseguiremos, porque no hay nada que repeli más al espectador que esto". E insiste: "la ficción no tiene que dar una buena imagen de nadie".
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