Red Points: la suerte del Rock n'Roll

El fundador de la empresa Josep Coll narra su "travesía por el desierto" del emprendimiento en su reciente Rock & Business

El fundador de Red Points, Josep Coll El fundador de Red Points, Josep Coll

En la magistral serie de animación de Disney Ducktales, sobre las aventuras del clan McDuck, el Tío Gilito, el pato más rico del mundo, tiene una moneda mágica. El primer dólar de plata que consiguió, limpiando botas en el equivalente de la Quinta Avenida de la ciudad ficticia de Duckburg, tiene la propiedad de traer suerte en el negocio y la exploración –es el objeto de deseo de todos sus enemigos, desde rivales empresariales a brujas y semidioses–. Josep Coll, fundador de Red Points, la tecnológica catalana que domina el mercado de la protección de la identidad en internet más allá de las fronteras del país, no tuvo suficiente con una moneda; usó 3.000. En su último libro, Rock and Business: Cómo montar una startup de éxito con 3.000 euros al cuarto intento (Seurat, 2021), el emprendedor ofrece una ventana a las trincheras del hecho empresarial en un mercado emergente hipercompetitivo; un mercado que pide excesivo trabajo, magia y toda la suerte que se pueda encontrar. "La mala suerte en un proyecto vital no dura para siempre", razona el autor. 

Coll elige la autobiografía, y no el ensayo, para transmitir las enseñanzas de su tortuoso camino hacia el éxito empresarial. Funciona especialmente cuando se detiene a explicar la vertiente filosófica de su planteamiento emprendedor, los tres "valores del Rock" que informan su actividad profesional, empresarial y musical: lealtad, libertad y respeto. Desde una gira benéfica por la Bosnia de posguerra a un viaje en furgoneta a Milán, pasando por los ensayos de la banda, Coll es habilidoso a la hora de sugerir puentes entre la vida a la carretera del músico y la batalla con inversores, compañeros y talento del emprendedor. Si en algún momento de Rock and Business una anécdota parece lejana a la teoría y la praxis empresarial, no se preocupen; sesenta páginas más adelante lo verán todo mucho más claro. "El rock nos lo dio todo: nos marcó el camino de cómo y con qué valores se tiene que ir por la vida, aceptar el fracaso para continuar, superar problemas y, por supuesto, emprender", subraya el empresario.

Coll: "El rock nos lo dio todo: nos marcó el camino de cómo y con qué valores se tiene que ir por la vida, aceptar el fracaso para continuar, superar problemas y, por supuesto, emprender"

Alrededor de estos tres valores se estructura el libro, que comienza con un origen de Red Points que difícilmente podría encajar mejor con la narrativa. La empresa que ha superado el concepto de legal tech alrededor de los derechos digitales surgió de un fin de semana a Sant Feliu de Guíxols. "Sí, amigos, es el amor y no la piratería el origen de Red Points": las imágenes de un fotoreportatge de la ahora mujer de Coll, una reconocida actriz de teatro, se distribuían ilegalmente cerca de un millar de sitios web a los que el autor, abogado de profesión, escribió individualmente reclamando el cese del uso. Rock and Business comienza aquí una suerte de monomite en cuatro actas, cada uno valedor de un volumen por sí mismo, con los cuatro intentos de escalar "el 8.000 de la emprendeduría", en palabras del autor – tres de ellos fallados, a menudo por culpa de no hacer caso a los valores fundacionales fruto de una rutina empresarial que va más rápidamente que la estrategia–.

El cuarto episodio es el único que no recoge a su título uno de los tres puntals del Rock: cuándo todo funciona, cómo decía el filósofo, no hace falta que pensamos. El éxito empresarial, pero, dista de ser un final feliz. La cuarta versión de Red Points, con capitán, oficiales, tripulación y un motor sólido, es la que llega al frente del valor empresarial del Estado; la que gana galardones de la academia en el mundo del negocio y que le lleva a ser reconocido con el premio Emprendedor XXI de CaixaBank. El 2018, sin embargo, Coll deja la firma. Habiendo multiplicado por 10 la facturación en dos ejercicios, el emprendedor reconoce que y superan "otros errores, los del éxito". Si bien al inicio del libro Coll explica que el objetivo es "fundar una empresa que sea una jubilación en sí misma", ya está embarcado en un nuevo proyecto, el SaaS RedScan. Y si el volumen empieza en la vida, acaba también en ella: hace de epílogo la letra de Si tú vida se una mierda, de Predicador JJ Bolton: "Soluciona tú mismo tu vida de mierda".

Rock y amistad

En una de las cancions más exitoses del panorama barcelonés de los últimos años, Mujeres y Carolina Durante abren el verso con un sonoro "Yo sé//que nada está muy bien//que es lo que todos vende//todos menos nosotros". Si bien la tarea empresarial es un esencial recubrimiento temático para un libro que tiene, de hecho, una empresa como horizonte, Coll elige contar una historia sobre la relevancia de los valores y el propósito a la hora de llevar a cabo cualquier proyecto –que en este caso es una startup, pero también un grupo de rock y una vida personal–. Los aprendizajes más profesionales de Rock and Business, si bien valiosos, son conocidos: largas horas de trabajo, una buena idea empresarial, captación de talento. Del cuento del fundador, aun así, se extrae una máxima que el actual CEO de la empresa, Laura Urquizu, reitera allá donde va: es importante tener una identidad –empresarial, laboral, de proyecto y también ética–; y todavía es más importante reconocer cuando un trabajador, un cliente, un inversor o incluso un directivo no encaja, o incluso cuando puede ser una amenaza por ella. Todos menos nosotros.

Como buen emprendedor tecnológico, Coll es consciente de la relevancia del hipertexto a la hora de explicar una historia. Además de una muchedumbre de imágenes –desde fotos personales a carteles de conciertos– Rock and Business incorpora cada pocas páginas un código QR que endereza el lector a canciones, reflexiones, recomendaciones y materiales diversos, generalmente en formato audiovisual. No en vano el autor reserva unas líneas de las cerca de 200 páginas que ocupa el volumen a cantar las loas de YouTube: "Es lo más grande que se ha creado a internet; que todos tengamos una televisión en qué contenidos infinitos de balde me parece brutal", espeta. Así, Coll se para a crear todo un ecosistema que complementa las enseñanzas del libro –que las completa, a menudo– y que los ayuda a trascender la experiencia del autor. Así, él mismo aspira a que se convierta en "algo más que una guía para futuros emprendedores".

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