Restaurante Batea, la marisquería cosmopolita del equipo de Besta

Los bajos del histórico Hotel Avenida Palace acogen este nuevo restaurante con un pie en el Mediterráneo y otro en el Atlántico

Propuesta de tortilla del restaurante Batea en Barcelona | Cedida Propuesta de tortilla del restaurante Batea en Barcelona | Cedida

Suele defenderse aquello de que segundas partes nunca fueron buenas —menos en el caso de Terminator2, El Caballero Oscuro, El imperio contraataca, Shrek 2 e incluso la mítica El Padrino—. Aquí, la secuela desmiente el mito, se repite, pero con nuevo enfoque y un éxito que, aunque está por llegar, ya se vislumbra en la tarima. Marta Morales, Carles Ramón y Manuel Núñez, la família de Besta Barcelona, abrió este pasado mayo el proyecto Batea (Gran Via 605, esquina con Passeig de Gràcia). El restaurante es una marisquería entre el Mediterráneo y Atlántico donde quieren explicar que la informalidad no está reñida con la calidad y el clasicismo no siempre ha de ser tradicional.

Batea, una marisquería con nuevos aires cerca de Plaça Catalunya

Se ubican en un local clásico: el bajo izquierdo del Hotel Avenida Palace. Tras la puerta de hierro forjado nada hace presagiar que, en realidad, marisquería y hotel tengan algo que ver (están conectados con un pasillo interior). La decoración (cojines de vellut rosa, papel pintado en rayas blanquiazules, mesitas de mármol, sillas de ratán, lámparas de cabaret) es vintage, algo barroca, pero con un punto fresco que le resta sobriedad. “Los duelos del hotel eran clientes de Besta, así surgió la idea de que cogiéramos este espacio. Para nosotros fue una oferta muy buena. Vimos la oportunidad de crecer”, recuerda Morales. La gracia es que no han desdoblado el local original: Batea tiene beat propio.

Moluscada  BATEA BARCELONA restauratn (1)
Propuesta de Moluscada del restaurante Batea en Barcelona | Cedida

La mariscada para dos y unas ostras aliñadas con tomate verde, cilantro y manzana emborrachada en ginebra y zumo de limón es peaje casi obligado para comenzar el festival y asentar cimientos. “Intentamos que los platos sean muy atractivos y que el producto sea top”, detalla Ramón, que ha pasado por casas como la de Pepe Solla o Culler de Pau y sorprende a sus comensales con productos atípicos (cuando hay) como la zamburiña negra. La mariscada está compuesta por un tartar de gamba blanca con jugo de piparra y el del propio crustáceo para morder encima de media lima, un ssam (el rollito coreano) de mejillones aliñados con jalapeño y navajas XXL con jugo de codium “puro mar”. Los entrantes siguen con la croqueta “niruiri”, una masa de hierbas, perejil y cebollino encerrada en pan panco y coronada con pescado del día: en este caso llampuga. “Es un pescado azul típico de los mares tropicales cuyos ejemplares mediterráneos son de pequeño tamaño”, detalla Morales que explica que se nutren de las lonjas gallegas y barcelonesas.

Quieren explicar que la informalidad no está reñida con la calidad y el clasicismo no siempre ha de ser tradicional

Las cigalitas bañadas en agua de Lourdes y la tortilla de Betanzos —coronada con tartar de gambas— son dos de los platos que han viajado de la carta de Besta a Batea. “Queremos hacer una carta muy dinámica. Entre los platos nacidos para triunfar aquí, las almejas al vino de jerez, las colitas de rape fritas con un liviano rebozado en harina de garbanzo con mayonesa de lima y el maravilloso ravioli abierto de cerdo celta con gamba y aceite de cebollino. Todas, propuestas asiatizadas con aliños que acompañan la frescura del producto. ¡Al final somos una marisquería, pero estamos seguros de que, si nos pusiéramos a hacer plancha, rebozados al uso y vapor, hay huchas que seguramente lo hacen mejor que nosotros. Nosotros queremos ofrecer un tuist en cada plato, con raciones generosas”, detalla. Otra prueba es el mar y montaña de pulpo y mayonesa de ajada presentado en una paellera de hierro en mesa. Los granos se han mecido en un poderoso caldo de cabezas de gamba y pollo y un sofrito arrancado con tomate seco rehidratado con los propios jugos. Es todo umami.

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Propuesta de almejas del restaurante Batea en Barcelona | Cedida

La parte líquida orbita entre la cornisa cantábrica y el Mediterráneo, pero es la coctelería (Marta es coctelera de formación) una de sus apuestas fuertes, con tragos cítricos que tan bien acompañan el marisco. Probamos el Miss Peaches (Havana3, melocotón, lavanda, azúcar y limón) y su versión del pisco sour sin pisco: Shake up! (Malfy Gin, licor italicus, albahaca thai, limón y clara de huevo). El precio es otro de sus activos. ¿Una mariscada asequible y rica? Es aquí.

Batea Barcelona

Dirección: Gran Via de les Corts Catalanes, 605, Pl. Baja, 08007 Barcelona

Horario: De martes a sábado. Lunes y domingo, cerrados.

Precio medio: 40 euros

Telf.: 934 068 792

 

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