El capitalismo, entre el elefante de Milanovic y la distopia de Blade Runner

El profesor Esteve Almirall analiza el futuro del sistema capitalista

El futuro del capitalismo va ligado al de la democracia. | Pxhere El futuro del capitalismo va ligado al de la democracia. | Pxhere

Branko Milanovic presentó su nuevo libro Capitalism alone ahora hace una semana en la sala de actas de la Facultad de Económicas de la UB con Germà Bel como presentador de excepción. Hoy, Milanovic vuelve a escena este jueves en una conferencia en el Palau Macaya organizada por la Fundació Ernest Lluch y acompañado por el economista David Soskice para hacerse la siguiente pregunta: Tendrá rostro humano el nuevo capitalismo? Es el futuro del capitalismo, pero también de la democracia. La sala grande de la UB marcada por las cicatrices de la carencia de inversión en universidades e investigación que sufrimos, está llena de gente expectante y ávida por escuchar nuevas ideas sobre un modelo económico que tras la caída del comunismo en el Este y la adopción de la economía de mercado en China, se ha convertido en el único del planeta. De aquí viene el título del libro Capitalism Alone: el capitalismo ha triunfado en todas partes.

Branko Milanovic es un economista serbio que trabajó durante muchos años como economista jefe del Banco Mundial, ahora es profesor en la City University de NY y en la London School of Economics (LSE). Los estudios se centran en distribución de la renta y desigualdad. Ha escrito muchos libros, el último es Capitalism Alone: The Future of the System that rules the World (2019) y antes Global Inequality: A new approach for the Age of Globalization (2016) o The Haves and Haves-Nots: A brief and idiosyncratic History of Global Inequality (2010), entre muchos otros.

Tiene un blog muy conocido, globalinequality, pero quizás lo que le ha hecho más popular es su curva del elefante.

Elefant Milanovic

Es una curva que describe los cambios en la distribución de renta entre el 1998 y el 2008. Vemos como para los muy pobres, hasta el percentil 15, la renta ha subido poco o nada... Es el caso de Haití o África. Pero, hay muchos países que han salido de la pobreza! Entre el percentil 15 y el 60, la renta ha llegado a subir un 80% a lo largo de estos 20 años. Es el caso de Asia, principalmente China. Después, viene la trompa del elefante, para los moderadamente ricos, percentiles entre 60 y 95, la renta ha subido muy poco e incluso en algunos casos ha bajado hasta un 10%. Estas son las clases medias de Europa y América. Finalmente, para los muy ricos, la renta ha subido hasta un 60% en estos 20 años.

El elefante capitalista

La curva del elefante de Branko Milanovic se ha hecho famosa como explicación de muchos de los fenómenos populistas que han asaltado la política estos últimos años como por ejemplo Trump o el Brexit. Llegados a este punto, quizás algunos de vosotros diréis que ya lo sabíais... Los que somos clase media lo sabemos muy bien, de una forma muy cercana, íntimamente cercana! Así pues, hay nada de nuevo?

La respuesta es que sí. Más allá del análisis, que hay que hacerlo para entenderlo, el problema es que las políticas públicas que hemos utilizado hasta ahora no sólo ya no funcionan, sino que funcionan progresivamente menos. Nos hacen falta algunas nuevas! Pero, no avanzamos acontecimientos, primero hay que entender qué pasa. Milanovic divide el capitalismo en cuatro tipo en función de la distribución entre capital y trabajo. A lo primero le llamamos capitalismo clásico, es el capitalismo descrito por Marx y Engels, en el que unos pocos tenían el capital y los medios de producción y otros muchos, el trabajo. En este capitalismo quien recibía rentas de capital no recibía rentas de trabajo y viceversa.

"La curva del elefante de Milanovic se ha hecho famosa como explicación de muchos fenómenos populistas que han asaltado la política estos últimos años como Trump o el Brexit"

Este capitalismo se acaba pero con la segunda guerra mundial. A partir de aquel momento empieza lo que él denomina capitalismo liberal meritocrático, y coge las definiciones creadas por John Rawls en la Theory of Justice. En este capitalismo, nos encontramos que quién recibe grandes rentas de capital, también las recibe del trabajo. Quién tiene una empresa es a la vez CEO, dirige varias o es un conocido artista, deportista, arquitecto, académico, etc... La división entre capital y trabajo ha desaparecido. A partir de la segunda guerra mundial aparece una variante socialdemócrata que se caracteriza por el desarrollo de la sociedad del bienestar y, a partir de los años 80, el capitalismo liberal meritocrático que nos lleva a una progresiva desigualdad.

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Finalmente, tenemos el capitalismo político o autoritario de China y otras partes de Asia (Singapore, Vietnam, Burma) y Europa (Rusia, Asia Central, Argelia, Etiopia...). En este capitalismo, el poder político tiene la capacidad de dirigir una buena parte de las decisiones económicas como por ejemplo decidir con quienes se puede llegar a acuerdos e incluso, el contenido de estos acuerdos.

Cómo ha llegado el capitalismo?

Un tema ciertamente interesante es cómo ha llegado el capitalismo. Es decir, un sistema en el que la producción de bienes está orientada al beneficio privado usando mano de obra libre, en base mayoritariamente a capital privado coordinado de forma descentralizada y en la que la mayor parte de las decisiones las toman empresas privadas o emprendedores. Milanovic menciona dos factores:

En primer lugar, que el capitalismo en su afán por el beneficio facilita e impulsa la globalización mediante el comercio y el movimiento de capital más allá de sus propias fronteras. En segundo lugar, el alineamiento de la base económica (la infraestructura en terminología marxista) y las instituciones políticas y judiciales (la superestructura en términos marxistas) hace que todo el mundo entienda y siga unas reglas que resultan universales, el lenguaje de las ganancias, del beneficio. Este alineamiento de intereses, especialmente en la vertiente liberal y meritocrática del capitalismo en la que mucha gente tiene capital (por ejemplo, la vivienda que incrementa su valor y contra lo que se puede pedir una hipoteca) y rentas del trabajo, es una de las grandes conquistas del capitalismo.

"El capitalismo tiene asociados, especialmente en su última versión de liberalismo meritocrático, toda una serie de problemas, como por ejemplo la creciente desigualdad social"

Ahora bien, este capitalismo tiene asociados, especialmente en su última versión de liberalismo meritocrático, toda una serie de problemas, como por ejemplo la creciente desigualdad social, que preocupa especialmente a Milanovic.

En efecto, una parte cada vez más grande de los ingresos provienen del capital. Esto hace que el capital y los que lo poseen son progresivamente más importantes que los trabajadores y capturan un mayor poder político y económico. Este es un hecho nuevo que no sucedía en la variante socialdemocrática predominante en Europa hasta los 80. Esto crea una progresiva desigualdad puesto que el capital se concentra progresivamente en un menor número de personas.

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Ahora bien, se puede objetar que la concentración de capital en el capitalismo clásico era mayor y ciertamente lo era. Alrededor de 1914, el 70% de la riqueza inglesa estaba en manos del 1% de la población. En contraste, ahora se mueve alrededor del 20%. También podemos objetar que algunas de estas características que crean desigualdad son deseables. O no es deseable que la gente pueda ser rica trabajando? O que nuestros ingresos vengan tanto de rentas de capital como de rentas del trabajo?

Hay que diferenciar también aquellas causas que son sistématicas de las que no lo son. Por ejemplo, hoy en día los sueldos de Data Scientist, Data Engineers, Cloud Engineers... son muy altos. Ahora bien, esto sucede por su relativa escasez que se corregirá en unos años. No es entonces una característica sistémica.

Encuentra las seis desigualdades sistémicas

Milanovic identifica seis características sistémicas de esta creciente desigualdad sobre las cuales hay que hacer hincapié a la hora de diseñar políticas públicas.

La primera de estas desigualdades sistémicas es que la participación de las rentas del capital respecto a las rentas del trabajo se ha incrementado y se va incrementando. Si las rentas del trabajo en la UE eran el 67% del total en 1970, estas han bajado cuatro o cinco puntos porcentuales, mientras que las del capital, que ya eran una tercera parte, han subido 4-5 puntos. Algunos estudios han encontrado que esto se debe a la bajada de ingresos de la clase media y al incremento de las rentas de la emprendeduría que se contabilizan como rentas de capital.

La segunda característica sistémica es la alta concentración de capital. Edward Wolff explica en su libro A Century of Wealth in America que en 2013 el top 1% poseía la mitad de las acciones y fondos de inversión, el 55% de los valores financieros, el 65% de los trusts financieros y el 63% del capital empresarial. Quizás todavía más revelador es que el top 10% posee el 90% de los activos financieros.

El caso de España no es demasiado distinto. Aquí tenemos las gráficas del índice de desigualdad Gini para las rentas del trabajo y el capital ("1" indica total concentración):

And Y promised to send Ginis for capital and labor income for Spain. Note that K income Gini is ~0.9 and labor income Gini has increased from ~0.45 to ~0.55. (@lisdata) pic.twitter.com/tciasgf6wi

Este no es un caso exclusivo de España, es común en todo Occidente y en Japón con la excepción de Taiwán que tiene una distribución de riqueza muy extendida tanto en capital como en trabajo:

Desigualtat de capital i feina

Junto a este hecho encontramos que los rendimientos del capital en manos de los más ricos superan de largo a los de las clases medias. Todos conocemos este hecho y es debido a un mejor acceso a la información, a un mejor asesoramiento fiscal, a la capacidad de acceder a productos y oportunidades de más alto rendimiento.

Otra característica sistémica totalmente nueva es aquello que Milanovic denomina homoploutia, es decir, igual riqueza ("homos", similar y "ploutia", rico). Esto quiere decir que los que tienen más ganancias por capital también son los top en ganancias por trabajo. Es decir, los ricos ya no son ociosos sino CEOs, artistas, emprendedores o articulistas de éxito.

"Los ricos ya no son ociosos sino CEOs, artistas, emprendedores o articulistas de éxito"

Esta figura de su libro que muestra la evolución de capitalistas de acuerdo con las rentas de trabajo muestra la clara evolución hacia una coincidencia total entre los dos grupos:

And this by homoploutia.
Why you put all of this together you have couples where both partners are individually wealthy, &are so both in terms of income from property and income from labor.
Neither homogamy nor homoploutia are ethically wrong, but they don impact inequality. pic.twitter.com/llthyvbajw

Quizás la más curiosa de estas características sistémicas es el hecho de que las mujeres que pertenecen a los grupos más favorecidos tienen una tendencia creciente a juntarse con hombres de estos mismos grupos, debajo tenemos la gráfica correspondiente a 1970-2017 por las edades entre 20 y 35 años en los Estados Unidos.

High-earning women increasingly tend to marry high-earning men (OS data). Also from "Capitalism, Alone". pic.twitter.com/obvljho9sc

La quinta y sexta características sistémicas son muy conocidas para nosotros. Corresponden a la creciente capacidad de participar en el proceso político por parte de estos grupos debido a la aparición de partidos y grupos políticos que representan sus intereses y al debilitamiento de otros como sindicatos y a la creciente capacidad de transmitir la riqueza acumulada a los descendientes debido a la reducción o desaparición de los impuestos de sucesiones.

Seguramente, estas seis características sistémicas que subraya Branko Milanovic no agotan todos los fenómenos que están polarizando nuestras sociedades y creando desigualdades. Temas como la digitalización, los monopolios digitales surgidos a partir de procesos de concentración por los efectos red y la escalabilitat de las tecnologías Cloud, la Inteligencia Artificial y sus efectos en el mundo del trabajo y la concentración de capital son importantes y se echan de menos en el análisis. Ahora bien, los que se analizan son importantes y dejan claro que el capitalismo actual tiende a una polarización donde unos pocos capturan la mayor parte de las rentas tanto del capital como del trabajo.

"La digitalización, los monopolios digitales de los procesos de concentración por los efectos red y la escalabilidad de las tecnologías Cloud, la IA y sus efectos en el mundo del trabajo y la concentración de capital son importantes y se echan de menos en el análisis"

Las intervenciones sobre el mercado para enderezar esta situación y alinear el resultado del mercado con el valor socialmente deseado de una cierta igualdad social podrían situarse en dos grandes familias.

Un futuro más allá de Blade Runner

Por un lado, los países norteños de Europa han escogido tradicionalmente una vía redistributiva de impuestos altos a rentas altas tanto de capital como de trabajo con beneficios sociales amplios, como por ejemplo, educación gratuita de alta calidad desde la guardería hasta la universidad, servicios médicos gratuitos, etc. Esta vía ha tenido éxitos importantes, especialmente hasta los 80, en el periodo que Milanovic denomina capitalismo socialdemócrata. Ahora bien, una vez pasado el umbral del 50% en las cargas impositivas, estos impuestos acontecen no sólo socialmente inaceptables sino que anulan los incentivos a la creación de valor. La vía redistributiva tiene límites y estos límites ya hace tiempo que los hemos encontrado.

Por otro lado, las sociedades del sur de Europa, como la nuestra, han optado mayoritariamente por una vía legislativa donde se ponen límites a las actuaciones y se garantizan los derechos de los ciudadanos. Yo creo que no hay que abundar en la ineficacia de esta vía, una ineficacia que todos sufrimos con una legislación muy extensa que choca habitualmente con las habilidades a la hora de esquivarla por parte de algunos grupos y las imposibilidades de hacerla cumplir por parte de la administración. Más allá de esto crea un sistema pesado, poco flexible, poco distributivo y garantista sólo sobre el papel.

"Hacen falta nuevas vías que generen una distribución más igualitaria, sino parece que estamos condenados a la sociedad distópica de Blade Runner"

Cómo vemos las dos vías conocidas para superar esta desigualdad social parecen inviables, una por agotamiento y la otra probablemente porque nunca lo ha sido. Hacen falta, pues, nuevas vías que, manteniendo los incentivos, generen esta distribución más igualitaria si nuestras sociedades quieren preservar estos valores que han sido fundacionales del estado moderno democrático. Sino parece que estamos condenados a la sociedad distópica que tan acertadamente Ridley Scott retrató en Blade Runner, una sociedad donde muy pocos lo tienen prácticamente todo, donde las clases medias prácticamente han desaparecido y dónde para vivir un poco bien hay que ser uno de los mejores profesionales, condenando al resto a una vida de subsistencia.

Branko Milanovic propone algunas alternativas. Entre ellas, algunas muy conocidas, como una educación pública de mejor calidad que haga de ascensor social. No deja de ser curioso escuchar esta propuesta en una de las universidades más castigadas por los recortes donde la misma sala de la conferencia ya las evidencia plenamente. Parece obvio que Silicon Valley no sería lo mismo sin Berkeley y Stanford, que la costa este de los Estados Unidos no sería lo mismo sin Harvard, Columbia, MIT... Pero, aquí nos permitimos el lujo de maltratar nuestras universidades y dilapidar el futuro de nuestros hijos.

"Aquí, nos permitimos el lujo de maltratar nuestras universidades y dilapidar el futuro de nuestros hijos"

Otros parecen todavía más radicales y difíciles de implementar, como por ejemplo, reducciones fiscales para las clases medias, ciudadanía para los inmigrantes, limitar el dinero de las campañas políticas o remunerar con participaciones empresariales los trabajadores.

El trabajo de los mercados no es el de la política

La conferencia de Branko Milanovic responde a una idea fundamental en tiempos de cambio donde hay que reinventarse y reinventar la sociedad en la que vivimos. Los mercados por sí mismos no se alinean con los objetivos sociales de los ciudadanos que los utilizan como mecanismo para conseguir un mayor bienestar. Este es el trabajo de la política y de la sociedad, no es el trabajo de los mercados. Los mercados por sí mismos darán una solución, pero posiblemente no es la que nos guste porque no será ni la más igualitaria ni la más justa, será simplemente una solución al azar que funcionará, ni tan siquiera será la óptima.

"Los incentivos a empresas y ciudadanos se tienen que preservar porque sino no dispondremos de capital y el límite regulatorio hace tiempo que, en un mundo de soberanías compartidas, está en manos de muchas organizaciones"

Si queremos alinear las soluciones de los mercados con nuestros objetivos como sociedad, esto es trabajo nuestro. Hay que diseñar los mercados, regularlos e intentar que la solución resultante esté alineada con los objetivos que queremos conseguir como sociedad. Es cierto que algunos de estos objetivos nos vienen impuestos. La solución tiene que ser competitiva con las otros países si queremos poder repartir la prosperidad y no la miseria. Los incentivos a empresas y ciudadanos se tienen que preservar porque sino no dispondremos de capital y el límite regulatorio hace tiempo que, en este mundo de soberanías compartidas, está en manos de muchas organizaciones, no sólo de nosotros. Ahora bien, aún así y a pesar de que el capitalismo sea hegemónico, hay espacio para un amplio abanico de soluciones como ya lo demuestra la diversidad de las existentes.

El primer paso es entender bien el problema. Capitalism alone quizás no lo explica en su totalidad y seguramente, tendremos contribuciones posteriores que añadirán nuevos matices. Ahora bien, es un gran paso adelante en su comprensión. Entender un problema es la mitad de la solución o como decía Einstein: Given one hour to save the world, I would spend 55 minutes defining the problem and 5 minutes finding the solution.

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