El binomio entre beneficios y objetivos climáticos

El cambio climático es un riesgo para las inversiones, según Larry Fink, CEO de Blackrock

Philip Hildebrand, vicepresidente de Blackrock; Francisco Reynés, presidente de Naturgy; Miguel Trias, miembro de la Junta Directiva del Círculo de Economía; Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol | Cedida Philip Hildebrand, vicepresidente de Blackrock; Francisco Reynés, presidente de Naturgy; Miguel Trias, miembro de la Junta Directiva del Círculo de Economía; Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol | Cedida

La pandemia ha hecho resurgir conflictos y problemas que en otras etapas teníamos muy olvidados. El cambio climático, por ejemplo, es una de aquellas cuestiones que antes de la pandemia tenía una cierta importancia, pero no acababa de cuajar dentro del pensamiento social, y sobre todo, dentro del tejido empresarial. Esto, en la era postcovid parece casi impensable, puesto que debido a la necesidad de la transformación de la economía, se ha puesto sobre la mesa la ecología y la sostenibilidad, para intentar de una vez por todas, conseguir una transición verde.

"La covid-19 nos ha hecho dar cuenta que el cambio climático pasará", explica Philip Hildebrand, vicepresidente de Blackrock. Durante la Reunión del Círculo de Economía, el vicepresidente participa en un debate bajo el nombre El propósito empresarial. El nuevo capitalismo, que reúne a grandes directivos de empresas para explicar la próxima guerra que tendremos que luchar: el cambio climático y la transición hacia el capitalismo sostenible. "Los países se han comprometido con el cambio climático gracias al hecho que la pandemia les ha abierto los ojos", añade Hildebrand.

Precisamente fue Blackrock de las primeras empresas en reivindicar el cambio y la transición verde a través de sus famosos artículos Cartas a Larry una compilación anual de reflexiones del propio CEO de la compañía, Larry Fink. "Creo que fue Larry el primero en decir que el cambio climático era un riesgo para las inversiones", recuerda Francisco Reynés, presidente de Naturgy. Y es que sin ir más lejos que la realidad, hay datos que apoyan estas declaraciones: "Si los gobiernos no hicieran nada, perderíamos un 25% de la economía global en los próximos 20 años debido al cambio climático", alerta el vicepresidente de Blackrock.

Hildebrand: "Si los gobiernos no hicieran nada, perderíamos un 25 % de la economía global en los próximos 20 años debido al cambio climático"

Así pues, el cambio climático se ha convertido en un problema para todos, tanto gobiernos como empresas, puesto que esta lucha no hace diferencias público-privadas: "Vivimos en la era del gasto público, pero las empresas privadas también tendrán que invertir muchísimo para conseguir los objetivos sostenibles", explica Hildebrand. Por este motivo, los directivos se ponen de acuerdo al agradecer la oportunidad de los Fondos Europeos Next Generation, porque afirman que son una gran iniciativa y un buen incentivo para empezar a presentar proyectos sostenibles. Aún así, Reynés también avisa del hecho que los planes "tienen que ser realistas, pero ambiciosos", puesto que según el presidente de Naturgy, si no hay equilibrio entre ambos conceptos, será muy complicado que las empresas puedan sobrevivir al cambio: "Si seguimos esta dualidad es evidente que no todas las empresas sobrevivirán al cambio, pero la gran mayoría sí".

Dos caras de la misma moneda

Las empresas trabajan por su beneficio y esto no es ningún secreto. El crecimiento de una empresa y de sus activos es uno de los pilares esenciales para los accionistas de una compañía, aún así los directivos han afirmado que estos objetivos sostenibles tienen que ir de la mano del crecimiento empresarial: "Son las dos caras de la moneda", describe Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol.

Reynés: "El Gobierno español pide una transición justa, pero las empresas también pedimos que este cambio no solo sea justo para la sociedad sino para las mismas empresas"

En este contexto, Imaz recuerda que muchas veces las empresas olvidan estos valores porque "es más fácil centrarse en los beneficios que no en el propósito y los valores". Es por eso que las compañías tienen que hacer una apuesta clara y unánime con una "junta directiva implicada al 100% en esta transición", añade el consejero delegado de Repsol. Este binomio empresarial de beneficios y objetivos es la balanza por la cual las empresas tienen que luchar, pero tal como recuerda Reynés, también los gobiernos: "El Gobierno español pide una transición justa, pero las empresas también pedimos que este cambio no solo sea justo para la sociedad sino para las mismas empresas".

El cambio climático es una realidad, pero también lo es la implicación de los gobiernos y las empresas para hacer que la sostenibilidad sea el primer punto del orden del día. Ya son 133 los países que se han comprometido a hacer esta transición y "el estado español es uno de los que más gasto público destinará al cambio climático", según explica Hildebrand. De este modo, la sociedad se prepara para un cambio inminente, una nueva manera de representar el capitalismo, con una implicación tanto pública como privada a largo plazo, porque tal como recuerda Francisco Reynés: "Las políticas sostenibles para combatir el cambio climático han venido para quedarse."

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