El comercio tradicional catalán, d’raíz familiar, no lanza la toalla

Economía

Cuando los tenderos se hicieron empresarios

Comertia, la Asociación de la Empresa Familiar del Retail, reúne una sexagésima de compañías medianas que intercambian conocimiento y suman esfuerzos

En una época donde pasear por las principales calles comerciales del mundo es un déjà-vû constando, una sexagésima de empresas familiares catalanas del retail se niegan a dar la batalla por perdida contra las grandes multinacionales. "Nuestras empresas comportan un tejido comercial muy propio de nuestro país", defiende Elisabet Vilalta, directora general de Comertia, la asociación que las reúne con el objetivo de hacer frente común a la hora de sobrevivir en un mercado cada vez más global y competitivo. El que empezó el 2002 por la obsesión de cinco empresarios, ya reúne hoy más de sesenta compañías, 4.000 tiendas de 100 marcas, más de 40.000 trabajadores y una facturación conjunta de 4.000 millones de euros. El comercio tradicional catalán, de raíz familiar, no lanza la toalla.

"No me gusta estar callado, quiero opinar y no conformarme con el que tenemos", explica a VÍA Emprendida Javier Cottet, cuarta generación de los ópticos más famosos de Cataluña y uno de los fundadores de Comertia junto con Jordi Casas (Casas Zapateros), Benito Garcia (Benitosports), Gabriel Jené (La Mallorquina) y Xavier Vidal (Grupo Vidal). "El empresario en Cataluña y en España ha adoptado un rol de no decir nada por el temor del que puedan pensar de él; y yo creo que hay que hablar para poder romper algún día la concepción social que el empresario es malo", reivindica Cottet.

"Éramos cinco empresarios de una edad similar, con empresas familiares de retail , de sectores diferentes, pero a todos nos preocupaba este tema", recuerda. Cottet añade que "no nos gustaba esta visión del tendero que hay por aquí. Decidimos que no nos podíamos seguir quejando sin hacer nada, y así creamos Comertia". Un nombre, el de la asociación, que confiesa que proviene de "comerciantes espartans". Unos tenderos, pues, que luchan para defender su condición de empresarios.

Quién defiende las empresas medianas?
Los requisitos para formar parte de Comertia son tener un mínimo de tres tiendas, 25 trabajadores y una facturación de tres millones de euros. A día de hoy, pero, muy pocas de las empresas que forman parte tienen sólo tres establecimientos. "De media tienen 60 o 70. Hay que tienen 600, y un par que tienen tres", resume Elisabet Vilalta. "Comertia quiere representar el colectivo de empresas medias con vocación de liderazgo y crecimiento", explica. Entre las patronales que representan los pequeños comercios y las grandes multinacionales, " había un vacío por estas empresas medianas", argumenta la ejecutiva de la asociación.

Elisabet Vilalta dirige Comertia. Lali Puig


"Tienen en común varios aspectos: son empresas familiares catalanas y con establecimientos con un cliente final. Además, tienen marcas y quieren crecer", define Vilalta de una asociación de comerciantes donde todo son nombres conocidos, desde Buen Precio a Veritas pasando por Gaes o Party Fiesta.

Compartir para competir
El lema de Comertia es "Compartir para competir". Esta idea ha sido el eje vertebrador de la asociación, que continuamente busca sinergias conjuntas. "Organizamos diferentes charlas o reuniones donde compartimos información. Los empresarios se encuentran y hacemos un comer un golpe en el mes con una temática que los pueda interesar y que sea de actualidad", explica Vilalta.

El actual presidente de Comertia es Joan Carles Calbet (Electrodomésticos Calbet). "Lo bueno de es que el lema compartir para competir es totalmente real", destaca. "Somos empresas con actividades parecidas: puntos de venta, vendedores y estructuras similares. Vendemos cosas diferentes pero tenemos la misma problemática", indica. Por Calbet, "compartir información de forma gratuita tiene un valor incalculable. Poder trucar a cualquier compañero para compartir dudas y que te ayuden, es algo que no podemos ni llegar a valorar".

El hecho que todas estas compañías hayan dejado atrás la visión del clásico tendero para convertirse en empresas con todas sus áreas funcionales facilita que desde Comertia organicen talleres de intercambio con los responsables de una área concreta de cada empresa.

Esta voluntad para compartir información también se traduce en varios informes que elabora la asociación a partir de los datos facilitados por sus miembros. Remuneraciones, notoriedad de las marcas o digitalización son algunas de las áreas estudiadas. Pero si destaca una, esta es la de las ventas. "Cada mes hacemos un informe, el Indicador Comertia, donde pedimos a los socios como los han ido las ventas. Esto te permite tener una línea de tendencias y muchas empresas ya están muy pendientes porque da mucha información, también a escala sectorial", recuerda Elisabet Vilalta.

Una sola voz
La otra parte importante del día a día de Comertia es la tarea de lobby . "No es el mismo ir uno por uno que en nombre de todo este conjunto de marcas, que te abre muchas puertas", evidencia Vilalta. "Cuando voces que te truca el regidor de comercio o que el nuevo presidente de la Generalitat cuenta con la opinión de Comertia, te das cuenta que vale la pena. Aunque después no te hagan caso", ironiza Javier Cottet a su vez.

"Si hay alguna ley que vemos que afecta a las empresas nos dirigimos a los políticos que toquen. Si tenemos alguna ambición, o nos preocupa algún proyecto que esté previsto o que no lo esté, también", dice Vilalta.

Foto: Lali Puig


"Tenemos tiendas en la calle y somos defensores del comercio de proximidad de trama urbana, que da vida a las ciudades", insiste la directora general de Comertia. Una presencia en la calle, pero, que no es incompatible con la de los centros comerciales. "Muchas de nuestras empresas también tienen suficiente músculo financiero para ser", reconoce. Sea como fuere, destaca la preocupación por la implantación de grandes multinacionales a las principales calles de todo el mundo.

"Voces una fotocopia de las mismas tiendas en todas partes, y nuestra tarea es defender estas empresas medianas que son presentes a diferentes ciudades catalanas", argumenta. Algunas de ellas incluso se han internacionalizado, y "tienen productos y servicios característicos, diferentes del que puedas encontrar en todas las calles".