Los taxistas viven una nueva jornada de reivindicaciones | Júlia Pérez (ACN)
Los taxistas viven una nueva jornada de reivindicaciones | Júlia Pérez (ACN)

El taxi no quiere dar marcha atrás

Mientras los taxistas reivindican que se cumpla una normativa que los protege, Cabify y Uber defienden que la liberalización beneficiaría a todo el mundo

Cuando los forofos al campo de fútbol quieren ridiculizar un portero, a menudo le dicen: "no padres ni un taxi". Una acción tan sencilla, la de parar un taxi, este martes es casi una misión imposible. El sector realiza una parada de 24 horas para exigir que se respete la legislación actual por la cual tendría que haber 30 taxis por cada vehículo con licencia VTC (vehículo de alquiler con conductor). Una proporción que está lejos de cumplirse. Según los últimos datos del Ministerio de Fomento, en España hay 65.670 licencias de taxi y 5.930 de VTC. Esto significa un VTC por cada 11 taxis. En Cataluña (12.497 y 853 respectivamente) la proporción se ensarta a casi 15 taxis por cada VTC.

"La regla 1:30 no se cumple ni se cumplirá". Oriol Sanleandro, General Manager de Cabify en Barcelona, explica a VÍA Emprendida que, probablemente, esta proporción todavía se reducirá más. "Pasará a 1:3 porque tendrán que salir 3.000 licencias nuevas de VTC entre finales de este año y principios del 2018".

La razón? Al 2009 la Ley Òmnibus impulsada por el gobierno de Zapatero, "con el apoyo de los taxistas que pensaban que no los afectaría", anulaba la restricción de 1:30 y la obligación que los VTC tuvieran que volver a la base un golpe acabado cada servicio. "Desde entonces se solicitaron muchas licencias VTC, la gran mayoría de gente del sector. Cuando las administraciones vieron que había tantas intentaron frenarlas pero se trajo a la justicia y el Tribunal Supremo falló a favor de los solicitantes", explica Sanleandro. Por lo tanto, todas las solicitadas en el periodo 2009-2015 (cuando se reincorporó legalmente la norma 1:30) tendrán que validarse en algún momento.

Sanleandro (Cabify): "La regla 1:30 no se cumple ni se cumplirá"

A pesar de todo, desde Fomento insisten que la regla 1:30 es "la garantía" de una "convivencia ordenada" en el sector del taxi. Una convivencia que con la cincuentena de coches de Cabify destrozados en Madrid este martes en las protestas de los taxistas, parece lejos de lograrse.

Quién hace competencia a quién?

Una de las acusaciones habituales del sector del taxi hacia Cabify o Uber (que no opera en Barcelona, pero sí en Madrid) es la de hacerlos "competencia desleal". Una situación que estas empresas niegan con rotundidad. "No hacemos ninguna competencia desleal. Seguimos la ley vigente y no hemos sufrido ninguna multa", defiende Sanleandro desde Cabify, que tiene presencia además de 40 ciudades en 12 países trasladando más de cinco millones de personas al mes.

Boyd Cohen, profesor de Emprendeduría y Sostenibilidad de Eada Business School, experto en economía colaborativa en territorios urbanos, admite a VÍA Emprendida que estas plataformas "tienen argumentos válidos". A su entender, "la falta de atención al cliente y de innovación del sector público del taxi ha generado el boom del taxi privado". Aún así, recuerda que "los taxistas han pagado mucho dinero para tener un vehículo registrado y autorizado por el Gobierno, con un mínimos de calidad. Mientras algunas empresas privadas no están cumpliendo estas reglas y aprovechan la zona gris para jugar".

Desde Uber, en un comunicado aseguran que "la ley española de transporte protege el sector del taxi en contra del interés de todos. El rati 1:30 no es el problema del taxi, es su mejor arma para mantener los privilegios".

"La 1:30 no tiene demasiado sentido", insiste el responsable de Cabify en Barcelona. "En París o Londres hay más VTC que tases porque no hay ninguna restricción y no ha pasado nada", añade. Sanleandro critica en este sentido que la situación actual genera carencia de licencias de VTC. "Nuestra demanda supera de largo la oferta que tenemos. Si no hay bastante licencias nuestro mercado está limitado y no podemos ofrecer el servicio a todos los clientes que lo querrían utilizar". Por eso reclama "una regulación a la altura de los tiempos que corren".

Uber: "El rati 1:30 no es el problema del taxi, es su mejor arma para mantener los privilegios"

Desde Cabify repiten que "el sector del taxi es necesario, pero nosotros somos aquí para subir el listón de la calidad de los servicios de transporte en una ciudad". Así pues, no se ven como una competencia, sino como una "alternativa eficiente porque la gente pueda dejar su vehículo privado en casa y generar más mercado, que también beneficiará el taxi".

Los efectos de liberalizar

"La liberalización no favorecería sólo el precio, es un tema de alternativas y mejor servicio", insiste Sanleandro. "Los ciudadanos tienen que tener opciones para poder escoger en función del que necesiten en cada momento. La competencia es buena y tiene que ser el usuario el que pueda elegir", añade. Las cifras de Cabify parecen apoyarlos, habiendo captado más de 240 millones de dólares de financiación y pasando de 150 además de 1.000 trabajadores en poco más de un año y medio.

Justamente a mitad de este mes de mayo Uber presentaba un estudio de Afi sobre los efectos socioeconómicos que podría tener para España la liberalización de las licencias VTC. "El monopolio del taxi cuesta a los españoles 603 millones de euros al año", denuncian. Esto se traduce, según la plataforma, en cinco euros más de media en cada trayecto para compensar el precio que el taxista ha tenido que asumir para obtener la licencia. Por el profesor de Eada Boyd Cohen, "estas empresas no son el diablo, pero los taxistas también tienen algunos argumentos sólidos. Igual que se están poniendo límites a Airbnb, se tendrán que poner a la movilidad, que tendría que ser un campo de juego equilibrado por los actores públicos y privados".

Sanleandro (Cabify): "La competencia es buena y tiene que ser el usuario el que pueda elegir"

Precisamente el coste de adquirir la licencia de taxi, que se ensarta fácilmente por encima de los 100.000 euros, es una de las razones por las cuales los taxistas temen la competencia de los VTC, convencidos que los impedirá amortizar la inversión. Las cifras para disponer de una licencia VTC se mueven en unos 60.000 euros en Barcelona y 48.000 en Madrid actualmente. "Son cifras que probablemente subirán porque hay mucha demanda y poca oferta", evidencia Oriol Sanleandro.

Con la liberalización del sector de las VTC, el informe de Alfi concluye que el precio del transporte urbano caería un 35% o hasta un 50% si se introdujera el carpooling, es decir, los viajes compartidos. Además, asegura que se crearían 12.000 puestos de trabajo en una primera fase y hasta 77.000 con el carpooling plenamente instaurado. "En este contexto, un 75% de los viajes que ahora hacemos con nuestro coche los haríamos en taxi o VTC. Si dejamos el coche en casa ganaremos todos, incluido el taxi", defienden desde Uber.

La transformación digital

Otra de las quejas de los taxistas es que plataformas como Cabify y Uber incumplen la restricción normativa que sólo permite a los taxis captar clientes a la calle. "Quizás un taxista al final ve alguien que entra en un coche y lo acusan de captación ilegal, pero se ha hecho de forma telemática y por avanzado", defiende el General Manager de Cabify en Barcelona; que insiste en el hecho que legalmente "un VTC puede estar en la calle en espera hasta que le entre un servicio por vía telemática".

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