La Confianza, víveres modernistas

El arquitecto Josep Puig y Cadafalch diseñó y realizar en 1896 la tienda de Can Pinós, una de las joyas de la corona del Modernismo en Mataró y uno de los comercios más populares del Maresme

"Buenos días. Querría 400 gramos de macarrones". Es la petición de un cliente que la encargada Natàlia Nogués atiende rápidamente abriendo uno de los botes de pasta a granel que llenan las bonitas vitrinas de vidrio detrás el azulejo. Hoy en día nos hemos acostumbrado a comprar pasta en paquetes, pero en la tienda Can Pinós de Mataró, los clientes continúan pidiendo los macarrones, los galets o los tallarines a pes, tal como se empezó a hacer el 1896 y se ha seguido haciendo durante los 119 años de historia de esta pequeña tienda del centro histórico de Mataró.

Más conocida con el nombre de La Confianza, Can Pinós es hoy uno de los comercios con más tradición de la ciudad, pero también uno de sus reclamos turísticos más destacados, gracias a la impronta que dejó el arquitecto modernista Josep Puig y Cadafalch. Realizada por encargo del fabricante de pasta Francesc Palomer, La Confianza destaca por su vistosa ornamentación modernista tanto a su fachada de cerámica y hierro forjado, como el interior, con una notable estantería goticista.

Un negocio familiar
Francesc Palomer, nacido en Vallgorguina, llegó a Mataró para trabajar en la fábrica de pastas para sopas de la calle de en Pujol, negocio que acabaría heredando de manso de su propietario Joan Martí. Personaje muy activo y plenamente integrado en la vida social, política y gremial local, Palomer consiguió que las pastas de su fábrica tuvieran renombre a todo el país. Para facilitar su comercialización, encargó al joven arquitecto Puig y Cadafalch el proyecto de una tienda de estilo modernista, que se inauguró en 1896 con el nombre de La Confianza, a la calle de Santo Cristófor de Mataró.

La tienda, desde sus inicios, fue regentada por el sobrino de Francesc Palomer, Antoni Pinós y Palomer, arrendatario de todo el edificio. El año 1918, Pinós compró el negocio a su tío y bautizó la tienda con su nombre oficial, Can Pinós. El comercio pasó de Antoni Pinós a su sobrino Joaquim Pinós, y de este a sus hijas Roser y Montserrat. El año 2013 las germanas se jubilan y traspasan el negocio a los ahijados de Montserrat Pinós, Miquel Sola y Natàlia Nogués, convertidos en la quinta generación que regenta Can Pinós.

Imagen del interior de la tienda. 

La Confianza abrió como tienda de víveres donde se podía comprar pasta y aceite a granel, que salía de una fuente que encara hoy se conserva en la tienda. A pesar de que de aceite a granel ya no se vende, sí que se puede seguir comprando pasta a pes, así como una variada oferta de frutos secos, pasta, galletas, turrones y otros víveres.

Un reclamo turístico
Hoy en día, pero, la actividad comercial convive con las visitas turísticas de la Ruta del Modernismo de Mataró. En la promoción turística de La Confianza ha contribuido el Ayuntamiento de Mataró que, a través de la empresa municipal Pumsa, se convirtió en propietaria del inmueble después de la gran restauración que se realizó en 2002. Una rehabilitación que permitió recuperar el esplendor de las baldosas y el mobiliario modernista.

Actualmente es fuerza habitual ver un grupo de visitantes boquiabiertos ante la vistosa fachada de La Confianza o badant en su interior. Por eso, a la oferta de víveres se ha añadido, los últimos años, otro tipo de producto: la cerámica modernista, que va desde las baldosas de cerámica o majòlica hasta tazas, teteres, jarrones decorativos, platillos y cajitas de inspiración modernista y reproducciones de cerámicas de Gaudí.

Rejuvenecer la clientela
"Seguimos vendiendo la pasta a granel para mantener la tradición", explica Natàlia Nogués, que desde hace dos años regenta, junto con su marido Miquel Sola, este comercio de larga tradición. "El negocio se beneficia de la compra del mercado", apunta Natàlia haciendo referencia al próximo Mercado de la Plaza Grande que, sobre todo los sábados, llena de gente el barrio antiguo de Mataró.

Para este pequeño comercio de víveres, la campaña de Nadal representa la más importando a escala de negocio. Durante las fiestas navideñas, La Confianza puede llegar a facturar entre el 30 y el 40% de los ingresos de todo el año, explica Miquel Sola.

El reto, por esta joven pareja de empresarios, es la de rejuvenecer una clientela que se ha ido tirando grande. Por eso, en los últimos meses han ido apareciendo a Can Pinós productos que puedan ser más atractivos para las nuevas generaciones, desde turrones y barquillos variados, golosinas o, incluso, productos y recuerdos inspirados en Las Santas, la Fiesta Mayor de Mataró.
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