Hace unas semanas el periodista Alberto Prieto publicó en VIA Empresa un artículo sobre el economista Santiago Niño-Becerra que mapea el futuro económico post-pandemia en su atrevido libro, Futuro, ¿qué futuro?
Rápidamente, vi que se viralizó en las redes y se decía que el economista Becerra era el nuevo "Oriol Mitjà" o que siempre era negativo y alarmista. Pero, no. Es un economista realista. Y recojo algunas de sus afirmaciones:
"La paz social se volverá a comprar y se aceptará el que se pague por ella. Y los ricos - las corporaciones - serán más ricos porque controlan lo único que hoy es esencial: el capital; y cada vez lo controlan más. Y si tienen que pagar impuestos para contribuir a comprar la paz social lo harán, o la pagarán ellos directamente".
"Quién tenga mejor acceso en las tecnologías de la información y la telecomunicación tendrá una ventaja competitiva decisiva en un mundo en que la movilidad de las personas será mucho menos importante. Y este mejor acceso solo podrán tenerlo entidades y empresas potentes".
Cuándo Becerra habla del poder de la tecnología e Onternet, los economistas y políticos no tendrán nada que hacer. Tenemos que ser previsores.
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