Los secretarios generales de Comisiones Obreras y UGT, Javier Pacheco y Camil Ros, durante su ponencia en el Primero de Mayo en Barcelona | EP

Trabajo

Los sindicatos garantizan el conflicto si no hay revisión salarial

Comisiones Obreras y UGT celebran un Primero de Mayo eufórico por la "victoria sindical" de la reforma laboral pero marcado por los efectos económicos de la guerra en Ucrania

El humo que cada Primero de Mayo enturbia la puerta principal de la sede de Foment del Treball es este año mucho más denso. La reforma laboral del gobierno central, que los sindicatos mayoritarios reivindican como una "victoria de la organización colectiva de los trabajadores", ha disparado en un 100% las contrataciones indefinidas de jóvenes en el Estado español – un 80 % entre la población general. En el día del trabajador del 2022 hay muchos contratos precarios para quemar. El secretario general de UGT, Camil Ros, reitera que, gracias a las sucesivas victorias de la acción sindical, los trabajadores catalanes y españoles están "en mejores condiciones este primero de mayo que el pasado". El carácter festivo que los representantes de los trabajadores quieren imprimir a la jornada sirve de cimiento para un futuro inmediato de "conflictos garantizados", avisa a las patronales el secretario general de Comisiones Obreras Javier Pacheco, si no se resuelve "una crisis de precios que no hemos provocado nosotros".

Ambos líderes sindicales coinciden en una reivindicación central para las movilizaciones de este año. Como recuerda Pacheco, los empresarios del país "aprovecharon los años de opresión de la reforma laboral del PP para eliminar las cláusulas de revisión salarial". En un contexto de inflación disparada y de crisis de precios que no se ha conseguido controlar, los secretarios generales reclaman el regreso de los ajustamientos de los sueldos de los trabajadores para adaptarlos a la inflación. Pacheco, en este sentido, ha exigido que se aproveche la ultraactivitat – recuperada con la última reforma laboral – para incluir en todos los convenios colectivos estas cláusulas, que significarían incrementos salariales para mantener el poder adquisitivo de la clase trabajadora del país.

Pacheco: "Los empresarios aprovecharon los años de opresión de la reforma laboral del PP para eliminar las cláusulas de revisión salarial"

"No podemos aceptar de ninguna forma que una parte importante de la sociedad catalana no pueda hacer frente a la factura de la luz o la cesta de la compra", espeta el sindicalista, que, a pesar de que celebra el "cambio en la cultura laboral del país" que observa en los últimos meses, pone el foco en un futuro turbio en cuanto a las relaciones laborales. Según destaca el líder de Comisiones, las constantes negativas de la patronal a incluir esta cláusula en los convenios colectivos del país llevarán a huelgas y protestas laborales. "El conflicto está garantizado", avisa el secretario general, si los salarios no aumentan para ajustarse a unos precios que "las empresas están subiendo sin escrúpulos".

"A quien más sube los costes es a las familias", reclama Ros, que exige a las instituciones un control de precios que limite los costes de productos y servicios esenciales. La revisión de los salarios tiene que ir de la mano de una actuación institucional a todos los niveles, defensa, por poner techo al coste de carburantes, energías o ítems de consumo diario. "Si Europa puede controlar los tipos de interés tiene que poder controlar los precios", afirma el secretario general de la UGT, que se añade a la crítica frontal a los actores empresariales del Estado que aumentan los precios sin disminuir sus márgenes vía revisión salarial – especialmente las energéticas, que considera que "orquestan" la inflación. "Repsol es el caso más insultando", lamenta Ros, que pide una respuesta clara por parte de las instituciones del país "porque la gente pueda llegar con objeto de mes". En este sentido, Pacheco ha reclamado al presidente de la Generalitat Pere Aragonés que "deje de mirarse el ombligo y empiece a mirar la gente".

Ambiente festivo

La manifestación de este Primero de Mayo, que ha reunido unas 8.000 personas en su tráfico por la Vía Laietana desde Plaza Urquinaona hasta la Plaza de Correos, ha recuperado la normalidad con el carácter de celebración que la caracteriza. Detrás el quiosco de prensa de la céntrica plaza, las juventudes de Comisiones y UGT ha acompañado las declaraciones institucionales de un hilo musical que ha acompañado los cantos de victoria de Ros. "Si hoy tenemos un salario mínimo de 1.000 euros es gracias al sindicalismo, que tiene un papel central en la mejora de las condiciones laborales de la gente". La celebración de los militantes ha dificultado el silencio con que los sindicatos han querido homenajear los cerca de 70 trabajadores muertos en el puesto de trabajo con una representación del Cant dels Ocells ante la estatua de Francesc Cambó.

Un grupo de jóvenes de Comisiones y UGT queman contratos temporales ante la sede de Foment del Treball | ACN
 

Los motivos de alegría para el movimiento sindical han sido varios en este Primero de Mayo. "Los sindicalistas han dado certezas cuando los trabajadores no sabían qué hacer durante la pandemia", apunta Pacheco, que ha aprovechado su ponencia por poner sobre la tabla los logros de los últimos años. Las negociaciones de la Ley Rider, la ratificación del convenio de la OIT en cuanto a las trabajadoras del hogar o la derogación de la reforma de las pensiones han sido algunas de las conquistas que ha destacado el líder sindical, de la mano de la misma reforma laboral o el aumento del SMI.

Las ganancias de los trabajadores mediante de la tarea sindical, pero, han encontrado su contrapunto en las demandas de nuevas políticas sociales. "Estamos ante un Primero de Mayo lleno de desigualdades" que van mucho más allá del salario, según Ros. Ambos secretarios generales han reclamado un "pacto nacional por la dignidad de las curas", que comprenda el reconocimiento del trabajo de las trabajadoras del hogar, la dependencia o los derechos de las personas jubiladas. Los representantes de los trabajadores se han ponedo también del lado de los huelguistas dentro de la comunidad educativa. "Estamos aquí por reflexar el compromiso con el conjunto de trabajadores y trabajadoras del país", afirma Pacheco.

Movilización política

Entrando desde Pau Claris hacia Plaza Urquinaona, la primera imagen que deja la manifestación del Primero de Mayo es la de un grupet de militantes haciendo volar una bandera cubana acompañada de una señera y una efigie del Che Guevara. Ambos secretarios generales no han rehuido la vocación política de la acción sindical durante el Primero de Mayo. El mismo Pacheco, de hecho, ha definido los sindicatos de clase cómo "instrumentos de movilización política" que afectan el conjunto de la cultura del país.

Ros: "Si hoy tenemos un salario mínimo de 1.000 euros es gracias al sindicalismo, que tiene un papel central en la mejora de las condiciones laborales de la gente"

El secretario general de Comisiones, de hecho, identifica una voluntad política contraria en la acción de la patronal. La subida de los salarios de los trabajadores, cómo lleva aclarando semanas, es una medida de eficiencia económica. Para Pacheco, la cláusula de revisión salarial garantiza el consumo de las familias y, por lo tanto, la recuperación económica posterior a la pandemia, y el rechazo de los empresarios es, opina, un "claro ejercicio de política". "Si la patronal tiene esta posición política, no queda más que la movilización por parte del movimiento sindical de clase".

Ros se ha añadido a esta consideración, reivindicando la acción colectiva como parte de un "cordón sanitario" contra políticas reaccionarias que, considera, están penetrando la cultura política del Estado y del conjunto de la Unión Europea. "El combate contra el fascismo se hace con políticas sociales y salarios dignos", espeta Ros – una tarea que corresponde en buena parte al movimiento obrero. La testimonial presencia de un reducto de militantes del Frente Obrero confirma las consideraciones de un secretario general que también ha querido subrayar el carácter internacionalista y pacifista de la acción colectiva de los trabajadores. "Las fronteras son el espacio de encuentro para dar la mano a las personas que lo necesitan", reclama Ros. Ambos secretarios generales han abierto sus ponencias con referencias a la invasión a Ucrania y el resto de conflictos bélicos en activo al mundo, exigiendo a las instituciones que "velen por el cumplimiento de la carta de los derechos humanos".