"Un juguete exitosa puede pagar 15 fracasos"

IMC Toys, empresa de juguetes de Terrassa, tiene una destacada presencia internacional gracias a la apuesta por el crecimiento exterior y la innovación que le permite distribuir productos Disney por todo Europa

Los juguetes forman parte del día a día de nuestra sociedad, sobre todo por las parejas con hijos. Pero a menudo ignoramos de donde provienen todos estos productos y muñecos que tanto gustan a las criaturas. La mayoría de los que se venden en el Estado provienen de la empresa IMC Toys, situada en Terrassa.

La firma catalana nació hace 35 años y se tuvo que reinventar en el siglo XXI para adaptarse al nuevo panorama sectorial. Una evolución que lo ha convertido en una marca internacional de juguetes que fabrica en países extranjeros y exporta los productos por los cinco continentes. Recientemente, IMC ha ofrecido una conferencia en Barcelona a través de ACCIÓN Agencia para la Competitividad de la Empresa de la Generalitat.

La empresa apuesta claramente por la expansión internacional pero sobre todo por la innovación como motor de desarrollo, tarea que realiza en Cataluña con conexión con Hong Kong donde tiene el departamento de desarrollo. IMC vende productos tan conocidos en todo el mundo como los personajes de series y películas como Frozen, Caros, Toy Story o Spiderman , así como los muñecos de Mickey Mouse y la Minnie de Disney. Todo ello gracias a tener licencias para comercializar estos juguetes principalmente en Europa después de haberse consolidado al mercado internacional. La empresa prevé crecer este año gracias al desembarco del mercado norteamericano.

Un inicio ambicioso destinado al éxito
"IMC Toys nació con el objetivo de importar productos de fuera porque durante los años 80 vivíamos una época en que todavía no había una entrada clara del mercado exterior", asegura Albert Ventura, consejero delegado de la empresa vallesana. Con este hito de economía global, la firma catalana tenía el gran reto de abrir el sector al mercado internacional, cosa que logró con éxito. La empresa dio el pistoletazo de salida en 1981 dedicándose a la distribución e introducción en España de los primeros juguetes de radiocontrol de la marca Niko, así como de los productos para niños de construcción de Meccano. Una iniciativa, pero, que en 90 se encontró con la expansión de mercados como el francés que empezaban a eclipsar IMC y a limitar su crecimiento, razón por la cual la marca de juguetes catalana tuvo que reinventarse.

"La actitud ante los problemas es clave", apunta Ventura. En este sentido, la empresa decidió reinventarse e ir más allá empezando a fabricar sus propios productos. Un proceso que inició en 2001 en Hong Kong en una fábrica con tres trabajadores para ahorrar costes. Con las primeras ventas en el extranjero, a partir del 2004, la marca catalana abrió filiales en Francia, Reino Unido, Portugal o Alemania, en definitiva, a los principales mercados europeos. Una expansión muy trabajada que ha traído la firma al éxito vendiendo además de 60 países de los cinco continentes, sobre todo en Europa, América Latina e inclús Asia. "El momento clave de la empresa es cuando decidimos transformarnos y cambiar el modelo, puesto que teníamos grandes sueños porque queríamos ser una gran empresa. Queremos diseñar en Terrassa, fabricar en China y vender en todo el mundo, y si no hubiéramos emprendido este camino, ahora estaríamos muertos", explica Ventura.

Innovación y ventajas del mercado internacional
Unas de las grandes apuestas de IMC Toys desde su revulsivo en 2001 has sido la innovación y el crecimiento al exterior. De hecho, sin una evolución tecnológica y adaptada a las nuevas tendencias, el éxito de los nuevos juguetes no sería posible, puesto que el mercado cambia rápidamente cada año sobre todo de cara a Nadal, la época de más consumo de estos productos. "La innovación es clave para nosotros porque el ciclo de los juguetes es muy corto. Un producto que este año triunfa el año que viene puede haber caducado", asegura Ventura.

A lo largo de los años, la firma vallesana no ha parado de crecer y cada vez ha extendido más la empresa al exterior, haciendo que actualmente el 75% del negocio es fuera de España, con unas exportaciones que han permitido elevar la facturación hasta los 92 millones de euros en 2014. IMC tiene el mercado internacional dividido en dos partes diferenciadas: las filiales y las no filiales, es decir, donde se fabrican los productos y donde los trabajadores no están contratados por la empresa.

La marca catalana cuenta con cerca de 270 empleados repartidos por seis países, 130 de los cuales se encuentran en la sede de Terrassa (donde se centraliza el departamento comercial de España, el de marketing, finanzas, innovación, investigación y diseño, entre otros) y otros 40 a la planta logística del Bages. La fabricación de los productos se hace en otros países donde los costes son más baratos como la China (Hong Kong) Rumanía, República Checa, Tánger o Vietnam, y de allá se envían los juguetes a los países donde exporta la empresa.

"En 15 años hemos multiplicado por 15 el negocio. Cuando una empresa está concentrada en un solo país el peligro de caer es muy grande, puesto que la ventaja de vender en tantos países es que si falla uno, las ventas subirán en otro", explica Ventura. IMC se ha convertido en la empresa de juguetes de capital español más grande del país en un mercado que produce cerca de 1.000 millones de euros anuales en España.

Cambios para adaptarse a la crisis y la variación de precios
"Hemos tenido que deslocalitzar producción de la China porque el país se ha ido encareciendo los últimos años. La tendencia es ir fabricando cada vez más en la Europa del este, puesto que nos aporta ventajas en cuanto al cambio de moneda, el tema logístico y la proximidad de los envíos", asegura Ventura. Unos envíos que, en gran parte, se hacen en los países europeos, a pesar de que la empresa exporta a otros mercados como, por ejemplo, Asia o el América Latina.

"El mercado de los juguetes es bastante estable y casi no ha notado la crisis, pero sí que en los últimos años ha golpeado el sector y de hecho hemos retrocedido en cuanto a medida de mercado", apunta Ventura. Explica que una de las claves para no perder cuota de mercado ha sido la apuesta continuada por la innovación y el crecimiento de los últimos cinco años al exterior donde los diferentes sistemas financieros han ido fluctuando de manera irregular. El ejemplo lo encontramos en Rusia donde, debido a diferentes crisis, las ventas de los juguetes han bajado, pero a la vez han subido las de América. Ventura prevé que el sector crezca un 3% en España este año.

El éxito de los conocidos productos de IMC Toys
"Nosotros trabajamos y estudiamos qué tendencias hay entre el público de nuestro producto. Es muy difíciles saber qué quiere un niño y hay juguetes que son un éxito y otros que no, pero te tienes que arriesgar porque un juguete exitosa puede pagar 15 fracasos", explica Ventura. La empresa vallesana lanza primero un producto en un solo país y si la venta va bien lo extienden al resto. "Tenemos licencias para vender productos conocidos de películas y series de televisión, sobre todo en todo Europa, y uno de los mercados difíciles es los Estados Unidos porque su mercado es tanto gra como el europeo", apunta Ventura.

En este sentido, los productos innovadores son la primera línea de la compañía con el llamado Club de Pedos (animales de compañía), donde encontramos productos exitosos como por ejemplo delfín bebé BluBlu, que en tres años se han vendido 230.000 ejemplares, o la perrita Lucy, que trae un ritmo de ventas similar. Juguetes que han tenido muy buena acogida entre los niños y niñas y que son muy conocidos por los padres de las criaturas. Donde encontramos los productos más conocidos, pero, está en el apartado de licencias, puesto que IMC distribuye más allá de España los conocidos muñecos de Mickey Mouse y la Minnie, los de Spiderman o Toy Story así como otras películas y personajes de Disney como por ejemplo Frozen, éxito absoluto e inesperado por el sector.

Las licencias puntuales acostumbran a ser efímeras y a durar entre 3 y 4 años, como los juguetes de los films Planes o Caros , o las series Pepa Pig y Bob Esponja, tiempos durante el cual las ventas van bajando hasta desaparecer el producto.

Seguir con la expansión internacional de cara al futuro
Este año, la empresa vallesana ha abierto una nueva filial en Italia, donde hasta ahora tenía un distribuidor, y ha empezado a vender con fuerza en los Estados Unidos donde hasta ahora sólo hacían algunos negocios. La consolidación de estos dos mercados será el objetivo inmediato de la marca. "Ahora estamos focalizados al desarrollarnos en Italia y afrontar el reto importante de consolidarnos en los Estados Unidos, donde el mercado es enorme y difícil de penetrar", asegura Ventura.

En este sentido, uno de los productos propios que se han introducido en los Estados Unidos es la perrita Lucy, que prevé doblar las ventas de este juguete y llegar a las 500.000. La presencia al mercado norteamericano significará ingresar 5 millones anuales más, con la previsión de facturar este año 105 millones de euros, contando también con el crecimiento en mercados como el japonés, el británico, el asiático o el del América Latina. Unos datos que evidencian que la firma vallesana no tiene techo.

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