Clientes a la piscina del Hotel Agua Azul de Begur

Economía

Y si el turismo paga de más?

Cataluña ha recaudado 133 millones por la tasa turística desde el 2012 mientras Baleares cierra el primer verano con un impuesto recuperado y, por el contrario, Andalucía descarta aplicarlo

"Es una tasa que es aquí y se quedará". Con esta rotundidad, el consejero de empresa y Conocimiento, Jordi Baiget, ha asegurado la continuidad de un impuesto autonómico que, según ha revelado, ha aportado a la economía catalana un total de 133 millones de euros desde noviembre del 2012, cuando se puso en marcha. Los turistas que visitan Cataluña pagan, durante un máximo de siete pernoctacions, entre 2,25 euros y 0,45 euros dependiente del tipo de alojamientos y calidad y de si estos se ubican en Barcelona ciudad o al resto del territorio.

El sector turístico no para de marcar récords en Cataluña y es, indiscutiblemente, uno de los motores de la economía catalana. Los meses de junio, julio y agosto el sector ha registrado una media de afiliados de 286.837 personas, la cifra más alta nunca registrada, según Randstad. Entre enero y julio –y a falta de los datos de agosto- Cataluña lidera las comunidades autónomas del Estado en cuanto al número de visitantes internacionales y, por lo tanto, el número de viajeros que han pasado por alguna recepción de hotel al Principado este agosto ha sido la cifra más alta nunca obtenida.

Con motivo de la celebración del Día Mundial del Turismo de este martes, Baiget ha hecho estas declaraciones en un acto organizado por la Federación de Hostelería de las comarcas de Girona. En el mismo, según recoge el ACN, ha avanzado que se estudiarán posibles modificaciones de la tasa sin hablar de un aumento. Una mala noticia por algunos empresarios, como el mismo presidente de la entidad organizadora, Antoni Escudero, quien ha declarado que aumentar el impuesto sería un "perjuicio" por las empresas y "ahora no toca".

Baiget y Escudero, a la celebración del Día Mundial del Turismo. Casademont (ACN)


En opinión de Miquel Gotanegra, vicepresidente ejecutivo de la FOEG y consejero del Patronato de Turismo Costa Brava Girona, "no hay ningún empresario turístico al cual le guste que le graben su actividad con la tasa. Es así. Ni a mí ni a nadie". En declaraciones a VÍA Emprendida, Gotanegra apunta que, puesto que el Gobierno ha asegurado que no lo eliminará, "el único que tenemos que intentar es que se mantenga en los términos que hay". A la vez, critica que a pesar de que la normativa exigía reuniones paritarias entre sector público y privado para decidir donde se destinaba el 30% de la recaudación de cada municipio que corresponde al consistorio, "la mayoría de ayuntamientos no han convocado y no sabemos a que se dedica la tasa turística. A nosotros nos toca hacer la recaudación pero nadie nos explica el dinero donde van", alega.

También la Asociación de Campings de Barcelona rechaza el incremento de la tasa alegando que los "buenos resultados obtenidos este año se tienen que consolidar y no se pueden incrementar los precios". Además, recuerda que sus competidores franceses no aplican el impuesto con precios de temporada alta hasta el 15 de julio. Según la asociación, que este miércoles valora la campaña de verano 2016, piensa que "no podemos enviar a pique los esfuerzos que estamos haciendo empresas y trabajadores ajustándonos al máximo".

Territorios con tasa y sin
En el Estado español los pioneros con la tasa turística fueron las Islas Baleares. El primer Pacto de Progreso intentó establecer una ecotasa entre los años 2000 y 2001 con la oposición frontal de la patronal hotelera y el Partido Popular, pero una gran mayoría parlamentaria y el apoyo de sindicatos, agentes sociales, entidades ecologistas. El Gobierno de Aznar la recorre y en 2003 la primera medida del Gobierno de Matas fue eliminarla. Tal fue el rebombori, que el segundo Pacto de Progreso no la aplicó por la controversia.

"Esta tasa fue referente y pionera en Europa", afirma Jaume Garau, economista de la Universitat de les Illes Balears y portavoz de la consultora Regio Plus. El actual Gobierno Balear -con la consejería de Turismo regentada por los ecosobiranistes de Más- implementan de nuevo el impuesto de turismo sostenible. "Después de 15 años, una nueva mayoría parlamentaria y el hecho que otros muchos países tienen tasa turística, ha habido una muy menor oposición", explica Garau, "si bien la patronal está en contra, gran parte del sector entiende que un gasto mediano de un euro por persona y por día tiene un efecto muy reducido", apostilla el economista.

La tasa turística se vuelve a cobrar en las Islas desde el 1 de julio de este año y con el récord de turistas y de ocupación hotelera de este verano se calcula que se han recogido borde 40 millones de euros. Aun así, la misma consejería liderada por Biel Barceló publicó un estudio previo sobre el impacto de la ecotasa y concluía que tendría un efecto positivo sobre la economía balear. El estudio dice que no hay ninguna constatación empírica que haya una relación clara entre la implementación de impuestos y reducción de flujos turísticos. "El comportamiento de los turistas que recibimos en Baleares o Cataluña depende más de la situación del mercado de origen, que no de pequeñas alteraciones en el precio final", afirma Garau. De media un turista gasta en Baleares 107 euros por persona y día y la tasa turística oscila entre 0,5 y 2 euros, "por lo tanto el impacto es muy reducido".

Recibo de la tasa turística en un hotel de Barcelona. M. Fernández (ACN)


No obstante, esta ecotasa se calcula que incrementará el PIB y la ocupación de las Islas "porque permitirá al sector público recaudar dinero que se podrán reinvertir", añade Garau. Se estima que en un año entero la recaudación será de unos 75 millones de euros y el efecto global escalará hasta 140 millones de euros. Así, el economista identifica dos efectos positivos de este impuesto: "Envías el mensaje al mercado que el destino reinverteix en sí misma para mejorarla -también a un nivel medioambiental y sostenible-" y, además, "por el gobierno que lo recauda permite un ingreso extra -aparte de no reducir el número de turistas".

Entre los territorios que empiezan a debatir la medida están los municipios andaluces. En la ciudad de Córdoba empieza a surgir el debate, igual que en Sevilla pero los responsables municipales derivan responsabilidades a la Junta de Andalucía que, hoy por hoy –como publica este martes la publicación elDía- descarta aplicarlo.

Tampoco en las Islas Canarias, otra comunidad con gran importancia del sector turístico, se ha impuesto la medida a pesar de que en mayo del 2012 entraba en los planes de reequilibre económico del gobierno canario. La presión de los empresarios fue capital para parar un impuesto que en otros territorios como el catalán parece estar dando buenos réditos económicos. Por el contrario, en el País Valenciano, por ejemplo, también se ha descartado para garantizar la recuperación del sector, cansado después de las embestidas de la crisis económica: "Desde la Administración no vamos a hacer nada contra un sector que necesita recuperar rentabilidad, por lo cual aplicar nuevas figuras tributarias creo que está en la dirección opuesta", afirmó el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, al inicio del verano.

La tasa turística en todo el mundo
A pesar de que la tasa turística es incipiente en el Estado español, otros países del mundo hace años que cobran a los turistas un plus por sus estancias. Hay tasas en Croacia, Florencia, Venecia, Túnez, Caribe, en parques naturales del Brasil e inclús en Bután -dónde es de 100 dólares por persona y noche-, entre un largo etcétera.

Según el listado que publica el blog de Rastreator.com, en 47 de los 50 estados de los Estados Unidos está vigente desde septiembre del 2010 e implica 14 dólares, 4 por gestión de permisos y 10 para la promoción del turismo. En Europa, pero, el funcionamiento es diferente. Los turistas que visitan París pagan desde el año 1994 este importe que se mueve entre los 20 céntimos hasta los 1,50 euros por persona y día. Por su parte, los que visitan Amsterdam tienen que pagar un 5% de la tarifa que se abona en el hotel y los que se pasean por Roma pagan, desde el 2011, el precio de 3 euros diarios para alojarse en hoteles de 4 y 5 estrellas y, 2 euros los que lo hagan en establecimientos de menor categoría, para citar tres ciudades europeas destacadas.