El equipo que ha ideado Belty | Cedida
El equipo que ha ideado Belty | Cedida

Belty, un cinturón de seguridad para las embarazadas

La empresa Treematernity, creada por tres matronas de las Terres de l'Ebre, han ideado correas fetales desechables, más seguras contra el coronavirus

En un escenario de crisis sanitaria, los productos desechables son fundamentales para evitar contagios. A pesar de que gran parte de los artículos del ámbito médico y sanitario lo son, todavía hay algunos productos que tienen contacto con más de un paciente. Es el caso de las correas de monitorización fetal: estos cinturones, que sujetan los transductores por monitoritzar el feto en diferentes momentos del embarazo, se reutilizan de una embarazada a la otra. Montse Gasparín, Vanessa Sanz y Mabel Gendre, comadronas y fundadoras de Treematernity, han creado el cinturón Belty desechable con el objetivo de mejorar la seguridad, la higiene y la comodidad de las mujeres embarazadas.

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Antes de la llegada del coronavirus, el proyecto se había patentado y probado en centros hospitalarios de todo el territorio español. El estallido de la crisis sanitaria ha hecho que, a través del CatSalut, se hayan fabricado 3.000 unidades más y se hayan repartido por varios hospitales de Catalunya. "Con esta crisis se ha puesto más de manifiesto la importancia de tener productos muy higiénicos en las salas de partos. Antes quizás no le dábamos la importancia que tenía", explica Vanessa Sanz.

Más higiénicos, más seguros y más cómodas

Al crear Belty, las fundadoras de Treematernity tenían varios objetivos. Uno era mejorar las condiciones higiénicas: evitar que las correas pasaran de una mujer a la otra. Observaron que algunos hospitales ni siquiera usaban las correas tradicionales: utilizaban vendas, para poderlas tirar al acabar. "Veíamos todavía más la necesidad de crear un producto desechable específico por eso y no utilizar cosas que están pensadas por otros usos", asegura Gendre.

Otro propósito era mejorar la captación de la señal de frecuencia cardíaca de los bebés, puesto que con las correas actuales, la señal no se transmite de manera óptima. "Los aparatos sí que han evolucionado en todo este tiempo: los transductores tienen un amplio de sonido mucho más elevado. Pero se usan los mismos cinturones que hace 30 ó 40 años", explica Yerno.

Belty 2
Una mujer prueba el cinturón Belty | Cedida

 

Aparte, querían que el cinturón fuera cómodo, no dejara lesiones en la piel y no se tuviera que cerrar con nudos, puesto que el día del parto, las mujeres lo tienen que llevar muchas horas. Belty, además de ser desechable, está fabricado en un material especial, resistente al agua, más confortable para la piel. "Es un tejido transpirable, que no hace sudar, que no provoca ninguna lesión", asegura Gasparín.

Aparte, Belty es el único cinturón apto para los partos en el agua. Los tradicionales se usan también en este tipo de partos, pero la goma chupa el líquido y pesa mucho. "Dificultan el trabajo porque pesan, dejan lesiones y estrechan", explica Gasparín.

Una idea que nace el 2016

Treematernity se constituyó en el otoño de 2016, con el objetivo de crear Belty. La idea obtuvo el premio Philips-FAME de la Federación de Asociaciones de Matronas de España. Con la dotación del premio, y conjuntamente con Eurecat Centre Tecnològic de Catalunya, se desarrollaron los primeros prototipos. Estos Beltys pre comerciales se testaron de manera multicéntrica en varios hospitales de España, y tuvieron muy buen recibimiento. "El producto gusta y no hay otro de igual en el mercado", explica Montse Gasparín.

Y de golpe, llegó la crisis del Covid-19. Con los 3.000 cinturones que se han fabricado expresamente calculan que se podrán cubrir las necesidades durante la curva más fuerte de la pandemia. Pero a pesar de que el producto ha hecho un boom y han ganado en visibilidad, continúan el proceso para potenciar la implantación al mercado. "Nuestro objetivo desde el primer momento era licenciar o ceder esta patente a una tercera empresa que fuera capaz de industrializarlo y comercializarlo", explica Vanessa Sanz. Un proceso que, según ellas, no es nada fácil, a pesar de que los cinturones tienen demanda en los centros sanitarios. "El mundo empresarial es duro. Es difícil que confíen en ti, a pesar de tener una idea bajo el brazo, un producto o incluso los clientes. Porque la demanda está: hay hospitales que nos llaman pidiendo cuando podrán comprarlos", asegura Sanz.

Con los 3.000 cinturones que se han fabricado expresamente calculan que se podrán cubrir las necesidades durante la curva más fuerte de la pandemia

Una idea que surge de una necesidad

Las tres fundadoras de Treematernity aseguran que, aparte de Belty, tienen otras ideas que pueden mejorar la experiencia de las mujeres durante el embarazo y el trabajo de parto. En general, consideran que el área de Obstetricia de los hospitales es una de las menos privilegiadas a la hora de recibir mejoras en materiales y productos para las pacientes, a diferencia de otros ámbitos como el quirúrgico. "Ahora las mujeres empiezan a pedir mejoras, pero hasta hace poco parían encima de una camilla con las piernas abiertas, y a aguantarse", explica Montse Gasparín. De hecho, critican que hay lugares donde las mujeres ni siquiera pueden hablar o decidir sobre su proceso de parto. "Porque es un proceso fisiológico, no patológico. Pero claro, realmente el parto es una experiencia vital, una vivencia extrema", asegura.

Aparte del premio Philips-FAME, el cinturón Belty ha ganado premios y reconocimientos por parte de la Diputación de Tarragona, del Colegio Oficial de Enfermeras y Enfermeros de Barcelona y del Colegio Oficial de Enfermeras y Enfermeros de Tarragona.

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