La biomasa se abre en Cataluña

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Biomasa, la oportunidad a los bosques

El Gobierno quiere activar un sector que podría crear 1.900 lugares de trabajo y reduciría el riesgo de incendios, pero choca con una baja rentabilidad a corto plazo

Cataluña es un país de bosques. El 64% del territorio catalán es forestal y crece año tras año con un incremento de 3,5 millones de m3 de biomasa. Sin embargo, la baja rentabilidad debido al alto coste de los trabajos forestales y el precio de la madera hacen que muchos propietarios se limiten a cumplir con la normativa y no exploten el potencial que tienen los bosques y el sector de la biomasa. Un sector que "podría crear unos 1.900 puestos de trabajo de manera directa e indirecta, aparte de una mejora socioeconómica del medio rural, incrementando, así, la actividad económica y agrícola", según explica a VÍA Emprendida la directora del Instituto Catalán de la Energía, Mercè Ríes.

Pero, qué es exactamente la biomasa? Es la energía que se puede generar quemando leña de baja calidad que no puede ser utilizada para hacer madera ni palets. Según Ríos, en Cataluña "la madera que se genera, como por ejemplo la del pino blanco, no es de gran calidad y se podría aprovechar para crear energía", lamentablemente el aprovechamiento de la biomasa a casa nuestra "no ha arrancado como lo ha hecho en otros países como por ejemplo Italia, donde la apuesta fue clara y fuerte". De hecho, gran parte de la biomasa producida en Cataluña se exporta en el país transalpino.

La biomasa puede generar energía eléctrica o térmica, pero mediante un plan de promoción, la Generalitat también quiere potenciar el uso térmico para calefacción y agua caliente, tanto para casas particulares como para empresas y edificios públicos. En Cataluña ya hay instaladas unas 2.400 calderas entre las cuales hay la del Monasterio de Montserrat.

El aprovechamiento de la biomasa se presenta, en este contexto, como una gran oportunidad para dinamizar las zonas rurales, así como potenciar la gestión forestal y, a su vez, crear empresas y lugares de trabajo. La biomasa no contribuye al incremento de CO2 a la atmósfera ni al efecto invernadero, minimizando las emisiones de azufre y nitrógeno; la limpieza de los bosques evita la erosión y reduce los riesgo de incendios y plagas. Además, el uso de la energía de la biomasa aumenta la seguridad energética y económica por la independencia en las fluctuaciones de los precios de los combustibles provenientes de fuera.

La biomasa a la Unión Europea
La explotación comercial de los bosques catalanes representa sólo el 1,3% del PIB del sector primario y el 0,06% del global del país. Países como Alemania, Suecia y Finlandia nos traen mucho aventaje. Francia ha promocionado últimamente el uso térmico de la biomasa en sectores como el terciario, el industrial y la agricultura. En Inglaterra se ha incentivado la producción eléctrica con biomasa, el que ha provocado la instalación de nuevas plantas de cogeneración.

Italia está también apostando fuerte para promover tanto el uso térmico como el eléctrico de la biomasa, mediante reducciones de los impuestos para la compra de pèl·lets y para la instalación de calderas y con elevados incentivos para la producción de electricidad. Alemania ha hecho un giro en la política de promoción de las plantas eléctricas con biomasa, incentivando sólo las instalaciones pequeñas y medias. Austria es la gran productora de calderas de este tipo, con marcas como Herz, Fröling, KWB, Ókofen, Gilles, Hargassner, Biotech. En casa nuestra un par de empresas se dedican a la creación de calderas: L.Solé y Bigas Alsina.


La oportunidad de los bosques
Con la eclosión del sector en Cataluña, desde las instituciones se intenta dar un empujón a esta oportunidad escondida entre los bosques. De las 1.315.000 ha arbrades en Cataluña se considera que un 64% (837.000 ha) son susceptibles de aprovechamiento en base a criterios de sostenibilidad. De esta superficie susceptible de aprovechamiento, 341.000 ha, un 41%, disponen de condiciones favorables para su explotación sostenible. Según los datos del ICAEN, se podrían obtener hasta 1.100.000 t/año de biomasa de calidad para uso energético.

Con estas perspectivas, Ríos detalla algunas de las acciones que se incluyen dentro de este plan: "Se ha producido un aumento significativo del número de instalaciones y de empresas que trabajan en este ámbito". Por este motivo, una de las líneas de actuación de este plan es "la creación del Clúster de la Biomasa de Cataluña, que agrupará a las principales empresas que se dedican a la instalación de calderas, gestión de bosques o transformación de la biomasa en pèl·let o astillas, además de una campaña de comunicación para dar a conocer esta oportunidad". En este sentido, la Generalitat ha lanzado esta semana biomassacat.cat el portal de referencia sobre la biomasa para uso energético en Cataluña. El que intenta el ICAEN es empezar a hacer rodar la rueda de una actividad económica que puede tener unos grandes beneficios a muchos niveles.

Un clúster para activar el sector
Joan Antoni Fornieles es presidente de la empresa Energrup bio-renovables y lo será del Clúster Catalán de la Biomasa cuando se constituya formalmente a finales de octubre. Fornieles destaca que era una acción necesaria para que las empresas tuvieran un interlocutor directo y así facilitar las relaciones con la administración, así como la promoción del sector. El empresario reconoce que en estos momentos el sector de la biomasa es pequeño, pero tiene un "gran potencial de crecimiento".

En este sentido, Fornieles cree que "es importante saber comunicar bien los beneficios que pueden comportar las aplicaciones bioenergètiques de la biomasa, como pueden ser menos dependencia a los combustibles exteriores, el uso de combustible local, la reducción del impacto de los incendios, entre otros". Según él, la población desconoce las propiedades de la biomasa y, por eso, considera que el clúster también tiene que servir para "comunicar los beneficios de la biomasa a la sociedad, mucha gente se piensa que queremos cargarnos los bosques y esto no es así". En esta línea, apunta el empresario, "se ha creado la Feria de la Biomasa de Vic, que este año celebró la cuarta edición con más de 100 emprendidas participantes.

De momento, más de 30 empresas han firmado el protocolo de adhesión al clúster, del total de 74 que hay registradas dentro del sector de la biomasa. El presidente del clúster confía que en un futuro cercano la mitad de las empresas del sector se añadan. Además del trabajo de comunicación, Fornieles explica que el clúster también tiene que potenciar la innovación dentro del sector, puesto que, según él, "durante muchos años no ha habido ningún tipo de innovación entre las empresas".

Fornieles cree que el clúster de la biomasa tiene que evolucionar en un futuro y ampliarse al conjunto de la cadena de valor forestal porque "todos los productos del bosque tengan una salida industrial y de mercado".

El freno: la rentabilidad
Todo y las primeras pasas y el energético futuro que se augura a esta actividad, aparte de los grandes beneficios colectivos que comportaría, el arranque es lento. Los precios de las calderas por un lado y los costes que comporta la gestión de los bosques por los propietarios ponen freno a la activación del uso a gran escala de la biomasa. Precisamente, el asesoramiento a los propietarios es una de las líneas de actuación del plan del ICAEN.

Los precios de las calderas son un gran escollo. Una para uso doméstico se encuentra entre los 5.000 y los 10.000 euros. A pesar de que la amortización es rápida, unos cinco años, porque el combustible es más barato que el gas o el gasóleo, la inversión inicial es grande. Por este motivo la gran mayoría de instalaciones, actualmente, son en equipamientos como por ejemplo polideportivos o edificios públicos. De hecho, indica Ríos, "la Generalitat intentará introducir la biomasa en sus edificios como parte de este plan de impulso y activar subvenciones para incentivar la instalación de calderas".

El precio de la gestión
La mayoría de los bosques catalanes son de propiedad privada y el Consorcio Forestal de Cataluña agrupa 1.500 de estos propietarios, que representan 120.000tiene que bosque. Joan Rovira, secretario general del ente explica que esta entidad ya hace tiempo que trabaja para potenciar el sector: "Vimos que mejoraba la rentabilidad del destino tradicional de la madera triturada, que era el papel˝.

Aún así lamenta que en muchas ocasiones con la limpieza de un bosque para hacer biomasa "sólo se cubren los gastos, el aprovechamiento que saca el propietario es cero". La producción de madera de baja calidad, de media, cuesta unos 30 euros por tonelada de madera. Con estos bajos incentivos, dice Rovira, "los propietarios impulsamos la biomasa sobre todo para compensar los costes de gestión, como por ejemplo aclarada de sotobosque o limpieza de márgenes".

La astilla de calidad por el consumo doméstico cuesta unos 80 o 90 euros por tonelada se queda mayoritariamente en Cataluña, pero el resto de la producción de biomasa (para uso industrial) se exporta.

El drama de las subvenciones
Rovira también lamenta que las subvenciones al sector son "nuestro drama diario". La partida destinada a la prevención de incendios es mucho más grande que la otorgada a la limpieza de bosques: "Hay un plan forestal que ha quedado en una declaración de buenas intenciones. No tiene ningún tipo de sentido que tengamos un plan con una partida de 64 millones de euros en siete años por prevención de incendios y sólo 13 en gestión de bosques".

Con la coyuntura actual, pero, el futuro es positivo, según Rovira: "La gente ha entendido que no quemamos bosques, sino que los aprovechamos de manera responsable y es un beneficio que se revierte al bosque" y añade que espera "que la producción de astilla industrial viri hacia producción de pèl·let de calidad para consumo doméstico. La rueda ya empieza a girar".