Toda la agua que bebemos, tanto del grifo como de botella, así como la que utilizamos para cocinar o las bebidas refrescantes, tienen que ser de una calidad sanitaria correcta. Y por eso pasan por controles muy estrictos que detectan si hay bacterias que las pueden infectar. Pero hay virus que se escapan de estos controles. Es por eso que Bluephage ha desarrollado un nuevo sistema que permite determinar si el agua está infectada por virus y en sólo 3 o 4 horas.
El proyecto nace de la investigación del Grupo de Investigación de Microbiología de Aguas de Busot Relacionada con la Salud (MARES) de la Universitat de Barcelona (UB). Estos investigadores traían 7 años desarrollando una tecnología que permitiera hacer los controles sanitarios del agua de forma mucho más rápida del que lo hacen las normativas ISO. Y lo consiguieron.
Gracias al sistema patentado de Bluephage , "somos capaces de detectar virus que hasta ahora no se encontraban y además lo podemos hacer dentro de la jornada de trabajo", explica el cofundador y CTO de esta espín-off, Anciet Blanch, quien apunta que con las normativas ISO se tardan entre 24 y 36 horas a detectar la calidad del agua.
El virus que hace cambiar de color el agua
La tecnología de Bluephage se basa en un cambio de color del agua que se produce cuando el líquido está infectado por el virus. De este modo, se obtiene el resultado mucho más rápido y permite detectar la calidad del líquido en pocas horas.
Con la tecnología de Bluephage la detección de virus pasa de hacerse en 36 horas a sólo en 4
La espín-off dispone de un equipo de diagnóstico por uno de los virus más habituales al agua en Europa. Sin embargo, no todos los territorios tienen los mismos problemas y es por eso que Bluephage quiere adaptar su kit de diagnóstico en función del mercado donde se dirijan. "Queremos empezar por el mercado más próximo, como es España, Francia, Portugal e Italia, pero también tenemos ya contactos con los Estados Unidos y el Canadá para importar la tecnología allá", explica Blanch. Es por eso que la empresa quiere disponer de los equipos de diagnóstico suficientemente útiles para que sólo cambiando los reactivos se puedan introducir en diferentes mercados. Bluephage prevé salir al mercado este año.
El target principal de clientes de la empresa y los más interesados a hacer uso de esta tecnología son los laboratorios de aguas, tanto públicos como privados, las empresas de aguas y de bebidas refrescantes como Nestlé o Coca-cola, así como laboratorios de procesamiento de alimentos. Sin embargo, no descartan desarrollar algunas aproximaciones del kit de diagnóstico adaptado al usuario de calle, a pesar de que es un proyecto que se plantean más a largo plazo.
Algunos de los miembros del equipo de Bluephage | Cedida
Del laboratorio al mercado
La espín-off , nacida hace un año y medio, empezó con cinco personas al equipo, a pesar de que actualmente hay mucha más gente implicada. Cuenta con la colaboración con un partner industrial y un núcleo de inversores a partir de las tres FFF (Friends, Family and Fools). Ahora, Bluephage busca abrir una segunda ronda de inversión para que entre más capital y poder ampliar la musculatura financiera de la empresa y hacer el equipo mucho más grande para afrontar el mercado mundial.
La 'espín-off' prevé comercializar su producto este año y empezar por los mercados de España, Francia, Portugal e Italia
Es por eso que uno de los objetivos de la empresa a corto plazo es incrementar la escalera de su tecnología, "puesto que de momento nos funciona muy bien a escala de laboratorio pero tenemos que iniciar ya el proceso de industrialización", explica Blanch. Así mismo, también prevén iniciar la comercialización de su producto y conseguir la validación de las agencias de salud oportunas de su tecnología.