Cabify, a la conquista de Barcelona

La startup, que opera con vehículos con licencias VTC, desembarca en la capital catalana con una inversión de 6 millones de euros y 50 coches

Justo en el momento en que la economía colaborativa vive un terrabastall con la vista al Tribunal Superior de Justicia a Uber y la guerra entre Blablacar y la Comunitat de Madrid, otra startup del sector aterriza este jueves en Barcelona para consolidar otro modelo de transporte. Estamos hablando de Cabify , la empresa española que inició su actividad el 2011 con una facturación de 850.000 euros y que ha conseguido crecer de manera exponencial hasta cerrar el 2015 multiplicando por 9 su facturación respecto del ejercicio anterior, y con la previsión de cerrar este año superando los 100 millones de euros y una presencia a 13 países diferentes.

A su detrás también hay el nuevo patrocinador del Barça, Rakuten. Entró como socio minoritario con una inversión de 100 millones de dólares, el que hizo incrementar hasta los 300 millones de euros la valoración de la compañía. Y esto ha sido, en opinión del General Manager en Barcelona, Oriol Sanleandro, el que los ha permitido cerrar este mismo mes de abril una última ronda de 106 millones de euros, la más grande que ha podido levantar nunca una startup hasta ahora, liderada por la ecommerce japonés.

Teniendo en cuenta este crecimiento exponencial, Barcelona tenía que ser un must a la lista de ciudades. Llegan con una inversión de 6 millones de euros, una flota de 50 vehículos y "convencidos de que el servicio funcionará", señala Sanleandro, quien confía a no tardar demasiado a lograr los casi 300 vehículos de Cabify que ya circulan por la capital española.

Mejorar un servicio tradicional
Su fundador y CEO es el madrileño Juan de Antonio, ingeniero por la Universidad Politécnica de Madrid y MBA a Stanford. Fue en un periodo laboral en Latinoamérica cuando vio "muchos puntos de mejora en el servicio, sobre todo en cuanto a tarifas, seguridad, comodidad y ahorro", relata elG eneral Manager. Por eso, al volver en España, puso en marcha el proyecto de la mano de dos socios, antiguos compañeros de Universidad, para dar respuesta a unas necesidades claras.

Seis semanas después de su puesta en marcha, la aplicación móvil ya había registrado 200.000 descargas, una cifra que captó los inversores suficientes para ver que aquella idea tan 'simple' había descubierto un buen nicho de mercado tanto en Madrid cómo a los países latinoamericanos.

La duda principal: es legal?
"No, Cabify no opera fuera de la legalidad". Esta es la respuesta de Sanleandro a las dudas que genera el servicio, un cuestionamiento comprensible si se tiene en cuenta el recorrido que están teniendo Uber y Blablacar. "No invertimos en coches ni en chóferes", explica. "Nosotros somos un tipo de red de transporte donde ponemos en contacto usuarios que quieren ser transportados con compañías o socios que tienen licencia de vehículos de alquiler con conductor ( VTC)".

A pesar de que están exentos de las sanciones que han recibido estas dos compañías, el General Manager reconoce que hay que "regular la oferta, hacer que puedan operar dentro del que marca la normativa para sacar la desconfianza que hay". Asegura que hay un tipo de "tabú" hacia el tema y que se han encontrado con ciertas reticencias por parte de las ciudades cuando desembarcan: "No es hasta que entienden como funcionamos que nos aceptan. Al principio hay rechazo porque piensan en Uber y Blablacar".

Adaptarse a todo tipo de necesidades
Cómo que una de las máximas de la compañía es ofrecer un servicio de calidad y adaptado al cliente, cuenta con cuatro tarifas diferenciadas: Lite, berlinas y coches de gama mediana; Executive, alta gama; Grupo, con furgonetas; y vehículo eléctrico. La primera categoría supone el grueso principal del negocio. De la cuota que cobra el conductor para hacer el trayecto, la compañía se queda un porcentaje por monetitzar el servicio.

Están abiertos a viajeros individuales, colectivos y todo tipos de servicios. Aun así, es el segmento corporate donde más negocio generan. "Trabajamos con muchas empresas en Madrid, es un sector donde tenemos mucho foco porque cubrimos al 100% todo el que piden y más", detalla, "y precisamente fue este ámbito quien más nos preguntaba cuando llegaríamos a Barcelona". Reconoce que se trata de un sector más costoso, "hay una inversión alta para desarrollar el producto, quieren cosas específicas y requiere tiempos", pero el beneficio que genera es la moneda de cambio: "Fidelidad y tener un enlace directo con el sector privado".

Por todo esto, su principal objetivo es atender los clientes que ya tienen a otras sociedades y que los quieren también por la capital catalana, el siguiente paso es consolidarse y captar nuevos targets.

Ahora bien, para lograr la excelencia en el servicio no sólo hay que buscar las mejores compañías de transporte, también hay que formar los empleados. En este sentido, Cabify forma los chóferes según su protocolo: "Tienen que ser educados, mantener una temperatura concreta al coche, no hablar de fútbol o política, tener Wi-Fin, también proponemos que utilicen Waze para saber el estado del tránsito en tiempo real. Son algunos de los ejemplos de los estándares que piden el cliente y que había que introducir para tener un valor añadido.
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