Determinar el estado de los alimentos envasados antes de abrirlos y consumirlos. Este es el objetivo de ColorSensing , una espín off de la Universitat de Barcelona que desarrolla soluciones basadas en la corrección de color . Ahora bien, con la misma tecnología que detectan si un alimento es bueno o no para comer, también pueden hacer un control de las pecas, medir metabolitos en la sangre, la saliva o la orina o determinar cuánto cloro necesita una piscina. Su primer producto, FoodSensing, es una etiqueta inteligente que ayuda los fabricantes y detallistas de alimentos a reducir el derroche y añadir calidad a los productos gracias a su tecnología.
La tecnología de ColorSensing se puede aplicar a ámbitos muy diversos, pero en un primer momento la startup se ha enfocado en los alimentos envasados. En este sentido, ha desarrollado una etiqueta inteligente que los permite procesar la imagen y, a través de los píxeles con tinta inteligente que varían en función de los gases o la temperatura de dentro del envase, determinar el estado de la comida. "Sacando una foto o haciendo un vídeo de estas etiquetas en la línea de envasado podemos hacer un control de calidad del 100% a todos los envases que pasan por allá", explica la CEO de ColorSensing, María Eugenia Martín. De este modo, ColorSensing monitora la frescura de los alimentos envasados para ampliar su vida útil y reducir también el derroche de alimentos.
Un amplio abanico de aplicaciones
El principal público interesado en esta tecnología son los fabricantes y distribuidores de alimentos envasados, a pesar de que el abanico es muy amplio. Y es que la solución de ColorSensing puede tener aplicaciones en diferentes ámbitos como la telemedicina, la salud, la industria alimentaria, la textil o el packaging.
Su tecnología sirve para medir y corregir colores a través de imágenes digitales. "Algunos golpes, por la iluminación ambiental o las cámaras, sacamos una foto que no es realmente fiel a la realidad en cuanto a color, hay una distorsión", señala Martín, quien añade que esta distorsión a veces es importado. La investigadora pone el ejemplo de un médico de atención primaria que quiere enviar una foto al dermatòleg para ver si una peca puede ser un melanoma. Un caso en el cual el color es muy importante.
La tecnología de ColorSensing se puede aplicar en ámbitos tan diferentes como la medicina o la industria alimentaria o textil
Además, la tecnología de ColorSensing, como procesa la imagen, también permite medir colores concretos de las fotografías. "Con esto hemos visto que podemos desarrollar aplicaciones orientadas a digitalizar y automatizar sensores basados en cambios de color, sensores colorimétricos", apunta Martín. Por ejemplo, en el caso de las tiras que se utilizan para medir el nivel de cloro en una piscina y que se tienen que comparar con un patrón para ver qué significa, la startup podría crear una app que simplemente haciendo una foto de la tira con el móvil ya te enseñara el resultado. "Pero no sólo el nivel de cloro sino también qué cantidad tienes que echar a la piscina", añade.
Otra situación parecida pero en el mundo de la salud son las tiras que se utilizan para medir diferentes metabolitos en muestras de orina, de sangre o de saliva.
Las etiquetas inteligentes de ColorSensing | Cedida
Del laboratorio al mercado
Cómo se ha visto, la tecnología de ColorSensing tiene aplicaciones en ámbitos muy diversos, cosa que abre las puertas a un mercado muy grande. Ahora bien, la startup no ha nacido con una idea de negocio, sino que proviene de un desarrollo científico en el marco universitario. El grupo de investigación de la UB a partir del cual ha surgido ColorSensing se dedica a desarrollar sensores para gas más fiables y más económicos que los actuales. Pero en lugar de hacerlo con electrónica, como es habitual, lo hacen con colorimetría. "Así, damos una nueva visión a través de la cuantificación de esta colorimetría con las imágenes y permitimos que con un móvil se puedan medir diferentes aspectos de los colores", explica Martín.
El equipo de investigación de la UB trae ya algunos años trabajando en esta tecnología, pero fue a partir de febrero del 2017 cuando se empezó a explorar más la parte de las aplicaciones comerciales. La empresa, fundada por Daniel Prades y María Eugenia Martín, está constituida desde medios del 2018.
Actualmente, la espín off de la UB todavía está desarrollando la tecnología, a pesar de que la parte de software se encuentra bastante avance. Además, en la aplicación concreta en el control de calidad de los alimentos ya se está pasando del prototipo que tenían a escala de laboratorio a un prototipo industrial. "Ya hay algunas empresas de la industria gráfica que están interesadas a hacer este tipo de etiquetas o packaging con esta tecnología", añade la investigadora.
El equipo ejecutivo de ColorSensing | Cedida
ColorSensing prevé comercializar su solución como un Software as a Service (Saas) a través del cual monetitzar por el uso y el servicio de la corrección y medida de color. Además, del servicio de aplicación de la tecnología a cada ámbito concreto y de seguimiento.
La empresa se ha financiado a través de la universidad, de la inversión de diferentes personas interesadas en el proyecto y con diferentes líneas de financiación pública. Así mismo, el año pasado participaron en el programa Innofood, organizado por Barcelona Activa y Mercabarna, cosa que los permitió ponerse en contacto con diferentes empresas de la industria alimentaría y con expertos del sector.
Ahora, su objetivo a corto plazo es lanzar la aplicación del control de calidad de los alimentos, puesto que es la línea en la cual están más enfocados, pero también mejorar el software para que sea transversal para todas las aplicaciones. Es por eso que están trabajando también en un prototipo con el Hospital Clínico de Barcelona para una aplicación en el ámbito de la dermatología.
