Dirigir una empresa desde la cubierta de un barco

El emprendedor valenciano Eloy Herrero asesora pymes desde la oficina de TheFlashCo ubicada ahora en el puerto de Sitges

Eloy Herrero, emprendedor | Cedida Eloy Herrero, emprendedor | Cedida

Cuando su abuelo lo montó por primera vez en un barco para salir al mar siendo pequeño, Eloy Herrero se enamoró de la sal, el agua y el viento. Pero, muy posiblemente, nunca se paró a pensar que algunas décadas después aquello se convertiría en su vida. Y no sólo personal, sino también profesional. La estrategia de negocio, la innovación, la transformación digital y las olas siempre se han mezclado en la vida de este valenciano inquieto, que ha transitado por lugares de referencia como Zumex, Fermax o incluso el evento mundial America's Cup hasta atracar en el puerto de Barcelona.

Allí hace más de cinco años empezó su historia en Catalunya reinventando una parte de Tandem Company. Formó parte del acccionariado para darle consistencia al proyecto de evolución de una empresa con notables éxitos en diseño de productos que dio un giro para desarrollar una parte de asesoría mezclada con Design Thinking. No hace demasiado, i junto con dos de los socios derivó (inquieto, como siempre) en el nacimiento de TheFlashCo, una spinoff con un modelo renovado de consultoría enfocado a pymes que necesitan asesoramiento en temas estratégicos como son el crecimiento empresarial o la gestión de la nueva deriva donde confluyen los mercados. Durante los dos últimos años está demostrando que no es necesaria una superestructura para poder dar un servicio estratégico y enfocar a las necesidades constantemente cambiantes de firmas de cualquier tipo.

"La culpa de esta nueva etapa la tienen dos personas muy importantes para mí, Julio y Fran, que hoy son mis socios. Vinieron a València a ficharme y aunque el proceso de la gestión del cambio supuso mucho desgaste, me confirmó que íbamos por el camino correcto y por eso siempre les estaré agradecido", asegura Herrero.

Pero la gran decisión, como la de muchas personas, llegó en el mes de marzo de 2020. Donde no sólo la parte de trabajo se volteó, sino también la vital. Y ahí es donde entra la enésima re-historia de Eloy. En aquel momento, su planteamiento de fin de semana se convirtió en permanente: ¿por qué no dejar el alquiler de la ciudad, acercarse a su pasión e instalarse en su barco en el puerto de Sitges? Al fin y al cabo ya hacía vida allí casi tres de cada siete días y en muchas ocasiones había probado los beneficios del teletrabajo mirando al Mediterráneo.

Una dinámica... diferente

Dicho y hecho. Mientras reorganizaba con sus compañeros cómo orientar de nuevo los servicios y las finanzas de su empresa, se establecía primero en el confinamiento y después en la nueva normalidad alternando reuniones telemáticas de entre 10 y 15 personas, compras de comida saludable y running junto al mar. Dejando espacio para reunirse con los clientes, los compañeros, sus socios y accionistas.

"En 2018 detectamos una oportunidad para evolucionar. No existe ninguna consultora estratégica enfocada en un segmento tan necesitado y particular como el de las pymes. Y sabían que nuestro modelo contaba con la potencia de conocimiento de cualquier Big Four pero con un coste mucho más asequible y una dinámica de trabajo fresca, cercana y comprometida", asegura.

Como mucha gente, al pasar la primera ola (nunca mejor dicho a su caso) debía de decidir si volver a su propia 'normalidad'. Y hacer balance de cómo habían ido las cosas sin una presencialidad en el puesto de trabajo. Hoy, medio año después de aquel momento trascendental, TheFlashCo sigue funcionando y ayudando a numerosos directivos a afrontar los muchos cambios que nos ha traído el COVID-19, y pueden dar fe empresas como Fluidra, Faes Farma, Grupo Eroski, Pastas Gallo o Witte i Solà.

Entre otras cuestiones a afrontar la digitalización de los negocios, y repensando los procesos para diseñar modelos de organización que permiten su evolución. Y Eloy cumple seis meses desayunando, comiendo, cenando, durmiendo y de vez en cuando viajando en su barco. Se ha convertido en su mejor versión de oficina. "El COVID, como cualquier empresa, nos está exigiendo muchísimo. Y esto necesita de un mar mental favorable. El contacto con la naturaleza y el mar me da agilidad mental y me pone en la piel de nuestros clientes, a los que al fin y al cabo ayudamos a gestionar el entorno, la presión y los cambios. En la cubierta estoy encontrando el espacio y la dinámica necesarios para ser mucho más ejecutivo, pero también para desarrollar otras herramientas que piden un pensamiento más conceptual".

Herrero: "La COVID, como cualquier empresa, nos está exigiendo muchísimo. Y esto necesita de un mar mental favorable"

Además, el hecho de tener la libertad al alcance día a día le confiere el estatus que debían de tener muchos altos directivos: el de trabajar, por supuesto, pero también el de saber parar para mantener una perspectiva objetiva y enfocar sus actividades con un propósito claro, más allá de la locura del día a día. El de pegarse un baño cuando la mente se bloquea para pensar de manera diferente. El de pensar estrategias mirando las estrellas. Y, todavía así, mantener la confianza de sus clientes.

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