Josep Navajo and Pablo Mancía are the partners of Delvy, lawyers who dare tono take off their tías

Emprende

Los abogados de las startups

El aumento sostenido de proyectos de emprendeduría también abre nuevas oportunidades de negocio para los expertos legales, que se adaptan ofreciéndolos servicios a medida

Tienen fama de aburridos y normalmente visten con vestido y corbata. Son los mejores leyendo (y redactando) la letra pequeña y también tienen visión de negocio. La fiebre emprendedora ha afectado de pleno el trabajo de los abogados, que han encontrado en emprendedores y startups un nuevo nicho de mercado. Uno de los despachos que ha decidido especializarse en el asesoramiento a nuevas compañías es Delvy Law & Financio, fundado el 2012. "Ofrecíamos servicios a Itnig, una incubadora de empresas tecnológicas. Al principio hacíamos un servicio básico, pero nos fuimos conociendo y pasamos a compartir oficinas", recuerda a VÍA Emprendida Josep Navajo, uno de sus cofundadores. "A partir de aquí vimos que los emprendedores y las startups eran un nicho de mercado que podíamos aprovechar", añade, y actualmente ya cuentan con un equipo de más de 10 personas que también incluye economistas y expertos en relaciones laborales.

A la hora de fundar Delvy tuvieron claro que los emprendedores los tenían que ver como unos compañeros más de viaje. "Éramos abogados jóvenes que entendíamos las necesidades y los servicios que requerían. En aquella época todo eran concursos de acreedores y despidos; mientras que en el campo de las startups todo eran constituciones, pactos de socios o rondas de inversión. Un ambiente muy bueno para empezar", relata Josep Navajo.

Desde una perspectiva diferente aparece el despacho AAMC Abogados. Creado el 1999, en la atención a startups y emprendedores "no ha habido una estrategia determinada, como en otros despachos, sino que ha sido una tendencia natural por algunos clientes nuestros que han actuado como business angels o emprendedores", explica Jordi Brotons, socio del área fiscal. Clientes y conocidos que los pedían que revisaran pactos de socios, o emprendedores que se los han dirigido directamente a raíz de colaboraciones con instituciones como el Instituto Químico de Sarriá (IQS).

Entender el cliente
Asesorar legalmente una startup no es el mismo que hacerlo a una gran empresa. "Normalmente los emprendedores están muy verdes cuando empiezan, no tienen conocimientos empresariales tan sólidos sobre como hacer una sociedad, como facturar, el IVA de las facturas, la protección de datos o el registro de marcas. Tenemos que hacer una tarea de formación bastante importante", dice Navajo desde Delvy.

Su despacho, a la práctica, también ha crecido a la vez que lo han hecho las necesidades de los emprendedores. "Quieren tener sólo un solo interlocutor y los temas fiscales, contables, laborales, de propiedad intelectual o protección de datos también nos los pedían. Nosotros hemos ido creciendo implementando estos departamentos", recuerda su cofundador.

En el caso de AAMC Abogados, Brotons indica que "las startups y emprendedores nos valoran el hecho de tener experiencia con clientes que son empresas que traen 50 o 70 años de actividad". Según este abogado, "los da confort saber que trabajan con un abogado de toda la vida que los dará asesoramiento en todas las fases de la compañía".

Mucho más que el pacto de socios
"La mayoría a veces vienen por el pacto de socios. Cada vez son menos los que vienen por la constitución de la sociedad, porque no tiene mucho valor añadido", indica Brotons. Ahora bien, deja claro que su intención es ir más allá. "No sólo nos interesa apoyar a este emprendedor a la puerta de entrada, sino también tener una continuidad en el negocio e incluso ayudarlos si hay una salida".

Al fin y al cabo, a menudo el emprendedor busca asesoramiento en la entrada y quizás en la continuidad, "pero la salida es la grande olvidada. No tenerla muy planificada le puede hacer perder buena parte del beneficio al emprendedor", reflexiona.

Navajo confirma que "el servicio que más ofrecemos es el que va relacionado con el pacto de socios". El equipo de emprendedores puede estar formato por tres, cuatro o cinco personas que tienen que regular su relación. "Todavía tenemos clientes que vienen cuando ya tienen un problema; pero cuando empezamos el pacto de socios no estaba de moda. Se hablaba y hacíamos algunos, hacíamos charladas para darlo a conocer, pero no era tan habitual en startups", recuerda Navajo.

Mica en mica el pacto de socios se ha ido poniendo a la orden del día. "Todo el mundo es más consciente y piensa antes. Al final no deja de ser una reflexión interna que hacen los emprendedores para regular el startup actual y de futuro, y esto va muy bien", dice el cofundador de Delvy. Por Brotons, ha costado pero "se ha madurado mucho" en este sentido. "Siempre se ha visto el abogado como una persona muy seria y que costará dinero. Pero a la larga es una figura necesaria que tienen que ver como un amigo, un socio más del negocio que está para ayudar", añade.

Otro de los momentos donde más requieren sus servicios es cuando aparece un inversor. "Muchos de sus dudas vienen cuando quieren levantar una ronda de financiación: qué derechos y deberes tienen que poner a los inversores, qué porcentajes tienen que dar, cuál es la valoración de la compañía", relata Josep Navajo. Una complejidad que va en aumento a medida que va creciendo la compañía, hecho que requiere "un asesoramiento constante".

También a AAMC Abogados reciben muchas peticiones de asesoramiento en esta fase. "Nos piden ayuda porque este inversor viene con su pacto de socios y su abogado", concluye Jordi Brotons.