La 'digievolución' de los Furbis para aprender a programar

Una startup desarrolla Mochi, un juguete que inicia las criaturas en el mundo de la programación informática

Natalia Subidas, fundadora junto con Domingo Alcalá, de la starup Mochi Robot | Cedida Natalia Subidas, fundadora junto con Domingo Alcalá, de la starup Mochi Robot | Cedida

Pequeñito, rodondo y adorable, así recordamos muchos nuestro Furby, un robotito que respondía a algunos de nuestros estímulos de forma muy limitada. Acabar con esta limitación ahora estará en manos de los niños y niñas gracias a Mochi Robot, el autómata desarrollado por la startup de Natàlia Pujades y Domingo Alcalá. Este juguete de líneas suaves y muy lindo abre la puerta a niños -y no tanto- a introducirse en el mundo de la programación informática de forma lúdica y tutorizada.

Mochi nace de una necesidad que tanto Pujades como Alcalá supieron leer rápidamente. Pujades estudió ADE pero siempre se sintió atraída por el sector tecnológico. Tanto es así que en 2017 fundó Scratch School Barcelona, una escuela online para que niños y niñas aprendieran programación. Allí conoció a Domingo Alcalá y, a través de su experiencia compartida en el sector de la docencia, vieron que los robots que se usaban para facilitar la tarea de programación con jóvenes eran muy caros y limitados. Tan limitados que los niños a menudo acababan frustrados. Para prevenir que los alumnos renegaran de la informática desde pequeños se propusieron crear una alternativa.

"Preferimos no tener un gran margen de beneficios y poder llegar además niños y ayudar además profesores a impartir clases"

Mientras los robots convencionales cuentan con muy pocos sensores que a menudo fallan, Mochi tiene la intención de incorporar más sensores y optimizar sus funcionalidades a un precio más bajo que sus competidores. "Preferimos no tener un gran margen de beneficios y poder llegar a más niños y ayudar a más profesores a impartir clases" asegura Pujades. Los dos fundadores de la stratup tenían muy claro que este proyecto se dirigía principalmente a una democratización de la programación entre los niños. El verano del 2019 empezaron a trabajar durante las noches e invirtieron sus ahorros en el proyecto. El esfuerzo de ambos tuvo sus frutos y fueron seleccionados para el programa de pre-incubación de Barcelona Activa, que los ha permitido el acceso a las oficinas de Media-Tic y a formaciones en varias áreas para fundamentar su empresa.

La programación lúdica

Qué es el que nos podrá ofrecer Mochi que no tienen los robots actuales? Mochi llegará a nuestras vidas con unas pocas funcionalidades preprogramadas, de forma que podremos usar el robot desde el minuto cero sin necesidad tener ninguna noción previa en programación. De este modo nos vamos introduciendo despacio en el mundo de la programación. Cuando empezamos a programar nos ayudarán los videotutoriales que la propia startup está desarrollando. Estos vídeos nos guiarán en la configuración de las funcionalidades que queremos en nuestro Mochi y se pueden plantear como las pantallas de un juego arcade, las cuales a medida que las vamos superando aumentan su complejidad.

Convinant los bloques de código se puede conseguir que tu Mochi diga tu nombre, crearle personalidades y que se enfade si lo alejas de tú, que reconozca objetos o vincularlo con algún videojuego, entre otras muchas cosas

Pero, a la hora de programar encontraremos a nuestros hijos o sobrinos escribiendo interminables hileras de código? La respuesta es un rotundo no. "Si un adulto ya se frustra picando código, a un niño lo haría odiar la informática por siempre jamás más" resalta Pujades. Por eso los dos desarrolladores del robot han hecho que la programación del juguete se base en la unión de bloques que contienen partes del código que se tendrán que unir como un puzzle. De este modo "prevenimos la frustración porque picando código si te equivocas en una coma ya no funciona nada" asegura Pujades. Combinando los bloques de código se puede conseguir que tu Mochi diga tu nombre, crearle personalidades y que se enfade si lo alejas de ti, que reconozca objetos o vincularlo con algún videojuego, entre otras muchas cosas.

Mochi Robot ha estat disseny amb el consell dels alumnes de Scratch School Narcelona | Mochi Robot

Mochi Robot ha sido diseño con el consejo de los alumnos de Scratch School Barcelona | Mochi Robot

 

Para ellos y, sobre todo, para ellas

Mochi tiene una estética kawaii que responde a una intencionalidad muy determinada; que las niñas se interesen por la programación. "Muchas veces este tipo de robots tienen una estética tipo tanque que gusta a los niños pero que a muchas niñas les dificulta mantenerse entusiasmadas" lamenta Pujades. Por eso han contado con el consejo de expertos en los gustos de los niños en este sector, sus alumnos de la escuela Scratch School Barcelona. Pujades recuerda como tanto niños como niñas se han implicado mucho en el proyecto y el Mochi que hoy nos llega es el que tanto chicas como chicos han votado más.

Los intentos de Mochi para introducir en las niñas en el mundo de las STEM, un espacio que desde su socialización primaria se los ha mostrado como vetado por ellas, no se limitan a la estética. Para revertir esta dinámica, y gracias nuevamente a la experiencia de Pujades y Alcalá en la docencia, han introducido retos de programación basados en aquello que sus alumnas han mostrado más interés. Por ejemplo, en lugar del típico programa de detección de obstáculos y huir de las paredes el robot se puede codificar para que siga tu mano como si fuera un perrito. "Puede parecer una tontería pero aquí las enganchamos" asegura la fundadora.

"Lo hemos desenvlupat en formado juguete para aproximarlo a los niños pero si una persona tiene 70 años y quiere aprender a programar también le será muy útil"

A pesar de que Mochi Robot quiere hacer énfasis en la introducción de más chicas al mundo de las STEM, es un juguete que busca incentivar el gusto por la programación en los niños desde los 7 u 8 años. Aún así Pujades recuerda que no hay límite de edad para sumergirse en el amplio mundo de la informática. "Lo hemos desarrollado en formado juguete para aproximarlo a los niños pero si una persona tiene 70 años y quiere aprender a programar también le será muy útil" puntualiza Pujades.

El futuro escrito en código

En Mochi actualmente se encuentra en fase desarrollo pero sus creadores planifican que en los próximos tres meses el autómata llegará a las escuelas como herramienta educativa. Este primer lanzamiento en 24 centros educativos les servirá como muestreo para seguir perfeccionando su producto, el cual esperan que llegue al mercado el verano de este año. Será entonces cuando las familias lo podrán adquirir, a pesar de que pueden entrar a su página web y dejar su correo electrónico para estar informados de su lanzamiento. Aquellas familias que se inscriban en la lista recibirán un descuento cuando Mochi salga al mercado. Todavía no se sabe qué precio tendrá este juguete, puesto que sus creadores todavía están cerrando tratos con varios proveedores, pero Subidas nos avanza que su intención es que tenga un precio competitivo, a pesar de que esto suponga menos margen de beneficio para la empresa.

La startup mira a un futuro donde el protagonista será Mochi, pero no descartan embarcarse en otros proyectos de nuevos juguetes esta vez dirigidos a los más pequeños de 7 años. Tampoco descartan abrir nuevos mercados internacionales en un futuro, a pesar de que por ahora los hogares catalanes serán los primeros en acoger a Mochi.

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