Amics del País, 200 años repensando Barcelona

La Societat Econòmica Barcelonesa d'Amics del País nació en el siglo XIX para favorecer el progreso de la ciudad, que actualmente se encuentra en un momento crucial para su futuro

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Fue el 1822 cuando se puso en marcha la  Societat Econòmica Barcelonesa d'Amics del País, una entidad dedicada a promover la reflexión para colaborar en el progreso de Barcelona y Catalunya. 200 años después, la sociedad se ha transformado radicalmente, pero su misión continúa siendo la de ofrecer a la población y a las clases dirigentes elementos de debate y análisis con la economía como vector principal.

Fue el Rey Carlos III quién apostó por la creación de estas asociaciones en todo el Estado español, cómo explica el presidente actual, el abogado Miquel Roca i Junyent: "Se le acude que necesita saber qué opina la sociedad. Llega la ilustración y pide crear estas sociedades por toda España para generar este debate". En Barcelona crece bajo el paraguas de la burguesía industrial, en un momento de gran ebullición con la ilustración y la revolución industrial como telón de fondo.

De Lesseps a Duran i Bas

"Tiene una raíz económica, que hoy tiene proyecciones muy diversas. Antes podía ser un hecho estrictamente empresarial, hoy ya es un hecho social. Nos posicionamos sobre temas económicos, o la función social de las empresas, la investigación, la cultura... Es una plataforma de encuentro y generación de diálogo y conocimiento", resume Roca.

Durante las primeras décadas, personalidades relevantes de la época cómo Fernando de Lesseps, Duran i Bas, el Doctor Robert o Laureano Figuerola formaron parte de Amics del País. La vivienda obrera, el desarrollo de la industria y la agricultura, los transportes, la política fiscal o la formación de los obreros y la enseñanza eran algunas de las cuestiones que se abordaban en aquella época.

Roca: "Siempre hay murallas a derrocar"

Pero uno de los grandes primeros retos que afrontó la entidad es el proyecto de derribo de las murallas medievales de Barcelona. Un hecho simbólico que liga toda la actividad bicentenaria de la entidad. "Siempre existen murallas: a veces son físicas, psicológicas, ambientales o de desigualdad social. Siempre hay murallas a derribar", enfatiza Roca.

De Carlos III en los parlamentos democráticos

Cuando nació la Societat Econòmica, la población no tenía prácticamente ningún canal para hacer escuchar su voz. A los monarcas, tampoco los interesaba especialmente. Su papel era transmitir, al menos, lo que pensaban las capas altas. Actualmente, la relación entre el poder ha cambiado mucho. Así lo explica Roca: "Todavía tiene sentido una entidad cómo la nuestra, pero se tiene que actualizar".

"Es más difícil hacerse escuchar. Esto exige mantener una cierta calidad en la opinión. Pero también es más fácil, porque se ha aprendido que toda acción política que está lejos de la ciudadanía, está abocada al fracaso. Nuestra sociedad es tan compleja y heterogénea que, si no hay entidades cómo la nuestra, que facilita pensamiento y reflexión, se hace complicado", argumenta el presidente.

Así, Amics del País trabaja para "generar plataformas de reflexión, debate, opinión y acción alrededor de temas que afectan la sociedad".

La reflexión en el mundo actual

Análisis, reflexión o debates pausados son conceptos hoy en día muy difusos, en una sociedad que se mueve por proclamas cortas y titulares. "Con 140 caracteres no hay espacio para el argumento y la reflexión", lamenta Roca, que añade: "Es muy difícil, porque vivimos una sociedad cada vez más compleja. Y esto necesita un análisis sereno, con tiempo y construcción. Y se hace complicado".

Por eso, defiende que cuando un líder político o social quiere comenzar debates profundos, necesita entidades cómo Amics del País: "La televisión da mucha imagen, pero a veces necesitas tribunas específicas para presentar una idea".

Todo ello en un mundo lleno de cambios, a pesar de que, cómo recuerda Roca, esto tampoco es ninguna novedad: "El cambio no es un hecho nuevo, lo que es nuevo es la aceleración del cambio. La humanidad es una historia de progreso y cambio, pero esta aceleración es nueva".

Roca: "La desigualdad es la gran muralla actual"

Cómo decía Roca, a pesar del progreso de la sociedad a lo largo de estos 200 años, todavía hay murallas. No son las murallas medievales que limitaban la ciudad, pero sí barreras que entorpecen el avance. "La desigualdad es la gran muralla actual", sentencia Roca, que considera que todavía no se considera un "vector central" en el debate público.

"Si no paramos mucha atención, nos costará crear una convivencia amable en el futuro", enfatiza. Todo ello obliga a "repensar Barcelona y Catalunya": "Hay que repensarlo todo. No quiere decir poner en crisis la identidad, sino encontrar las nuevas formas de expresión de esta identidad".

Y para comenzar esta reflexión, defensa, hay que entender la pluralidad y diversidad de la sociedad: "Esto de la uniformidad ya no está de moda. La verdad es poliédrica y nos cuesta encontrar respuestas".

Roca: "La sinceridad es muy arriesgada, puede tener costes por el que la predica, pero sin sinceridad no hay solución"

Para afrontar esta reflexión general, Roca apuesta por la sinceridad como principal valor. "Es muy arriesgada, puede tener costes por el que la predica, pero sin sinceridad no hay solución. Y mucho coraje. No basta con el verbalismo florido, tenemos que asumir retos. Si no, no nos saldremos adelante".

"Tendremos que tener mucho coraje para tomar decisiones complicadas, tendremos que ser muy sinceros y tendremos que aceptar que las soluciones a los grandes problemas nunca pueden ser a corto plazo, necesitan tiempos", añade el presidente de Amics del País, que lamenta que hoy en día no ve la sinceridad cómo un valor mucho presente.

"Nos refugiamos con la descalificación. Es mucho más fácil descalificar que proponer", denuncia. Por eso, considera que el papel de entidades cómo la suya es "favorecer el debate" creando "plataformas libres" que huyan de la confrontación y la descalificación. "Aceptar la pluralidad es obligatorio y complicado", insiste.

Morir de éxito?

Todo ello en un momento crucial como sociedad y como ciudad, en el cual Barcelona es a menudo en el punto de mira. "Barcelona está en un proceso preocupante de una cierta devaluación de su valor", asegura Roca, a pesar de defender que "no ha muerto de éxito".

"Barcelona tiene muchos deberes por delante y corresponde a la Societat Econòmica provocar el debate. No valen dogmas o axiomas, de decir que estamos muy bien o estamos fatal. Tiene que haber debate", reclama Roca, que reivindica: "Tenemos que reaccionar. Hay un cierto decaimiento de la iniciativa local y es preocupante".

Aún así, acaba con un mensaje optimista: "Se pierden oportunidades, pero es reversible. La historia de la humanidad es una historia de progreso. Tenemos que trabajar para el futuro, pero ya hemos sido capaces de hacer transformaciones espectaculares. Tenemos capacidad para hacer frente a los grandes retos, pero lo tenemos que enfocar. Y necesitamos tener coraje".

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