BTS, el máster inteligente (y feliz)

Barcelona Technology School es un proyecto académico con diversidad internacional y de género que prepara el talento del futuro digital

Josep Clotet es el director general de BTS | Cedida Josep Clotet es el director general de BTS | Cedida

Barcelona Technology School (BTS) es mucho más que una universidad o una escuela de negocios. Su director general, Josep Clotet, lo define como "un proyecto que prepara el talento del futuro digital". Apadrinados desde Silicon Valley, Wall Street o La City de Londres, BTS imparte todo tipo de másteres en business development, Big Fecha o fintech . Su secreto? El tridente de la diversidad: internacional (30 países diferentes), de género (45% chicas y 55% chicos) y de background académico (50% de contenido técnico y 50% de negocio). Incluso hay una asignatura en busca de la felicidad.

El mundo está cambiante. Hacia bien o hacia mal? Hacia digital. Entramos al histórico edificio de la Barcelona Technology School situado al 22@ y Clotet nos recuerda desde buen comienzo que la tienda más importante de Zara en todo el mundo es su ecommerce y que el CEO de BBVA se llama Carlos Torres Vila y antes era director de banca digital. "Todo se está digitalizando", insiste. Y si cualquier industria es ahora digital, los perfiles profesionales también lo tienen que ser. Pura ley de oferta y demanda.

Barcelona Technology School

La BTS se encuentra en la antigua sede de la Unión Metalúrgica | VC

La BTS nació el mayo de 2015 con tres socios (Josep Clotet y los hermanos Bernat y Aleix Palau), un capital de 50.000 euros y la idea inicial de organizar programas intensivos de verano en Barcelona aprovechando el polo de atracción inversora y turística. Pero, de programas de verano se mutó "" a másteres y de tres a nuevo meses. Todo en inglés, grupos reducidos y totalmente presencial. Del primer máster en Digital Solutions Development en colaboración con la UB empezaron a aflorar todo el resto: Big Data, fintech, transformación digital y experiencia de usuario. "Nos dedicamos en la tecnología y lo aprovechamos para construir nuestro proyecto", asegura.

Actualmente, la BTS tiene cuatro trabajadores (más 40 profesores que a la vez son profesionales en activo), factura 400.000 euros y prevé llegar al millón de euros este 2018. Su consejo estratégico liderato por Sudha Jamthe, business leader de Ebay, CEO de IoTDisruptions y profesora de Stanford, es capaz de deslumbrar el mundo. Lo acompaña una alineación de lujo formada por primeras espadas como el CEO de Liquid, Aleix Valls; el chief technologist de Konica Minolta, Christian Mastrodonato, el exvicepresident de Yahoo Research en Latinoamérica y Europa, Ricardo Baeza; el exdirector de la escuela de talento de Twitter, Marko Gargenta, y el fundador de StartupBootCamp, Angel García. "Tenemos un equipo muy potente, aportan mucho más que una fotografía y un nombre", explica Clotet.

La diversidad no es un capricho

Hechas las presentaciones, Clotet expone su estrategia de negocio: "La diversidad no es un capricho sino que viene dada por la naturaleza de un proyecto digital escalable y con impacto en todo el mundo". De hecho, sus aulas ya insinúan cuál es su mercado: los Estados Unidos, Chile, Canadá, México, Venezuela, la China o Turquía, entre otros. También su filosofía: "Se tienen que atraer muchas más mujeres a la industria tecnológica". A guisa de recordatorio, Apple o Facebook han cometido "errores graves para no tener ingenieras" dentro de sus proyectos.

Clotet: "La diversidad no es un capricho sino que viene dada por la naturaleza de un proyecto digital escalable"

A pesar de que "la economía de hoy se escribe con código", el objetivo del proyecto es precisamente acercar los estudiantes a un modelo cada vez más híbrido, entre la programación y el negocio. "Para hacer aterrizar una idea de negocio con código necesitas una persona que sea capaz de hablar con el mismo lenguaje que los programadores", asegura Clotet. Perfiles híbridos como los product manager cotizan a la alza y lejos de los tópicos, "trabajadores técnicos y de negocio son igualmente importantes".

Todavía más: BTS también ofrece una asignatura a todos los alumnos que se llama My digital impact para descubrir el propósito personal y profesional que hace feliz a cada cual. Al más puro estilo japonés Ikigai. El profesor encargado de impartirlo es Sal Tessler, un exdirectiu de Wall Street en transformación digital que decidió cambiar las grandes cotizadas por las aulas. Ahora enseña sus alumnos a descubrir una pasión de acuerdo con las habilidades que permita ganarse la vida y que ayude a construir un mundo mejor. Fácil de decir y seguramente nada de hacer.

El lugar ideal

Para todo ello, la capital catalana es el lugar ideal. "Barcelona es un hub internacional en tecnología con gran calidad de vida que atrae mucha gente de fuera", admite. La BTS no duda al aprovecharlo con una formación que va mucho más allá de sus aulas y que pasa también por visitas a grandes multinacionales como Accenture, Everis y HP o a grandes acontecimientos mundiales como el YATE World Congress, el Smart City World Congress o el mismo Mobile WorldCongress . Con tour incluido por Silicon Valley y los rincones de Google, Facebook o Twitter. Estar conectado con la industria es clave para conseguir una educación que toque de pies a tierra.

Clotet: "No nos queremos convertir en una fábrica de estudiantes para hacer dinero sino que queremos preparar el talento que la industria necesita"

La calidad siempre por ante la cantidad: "No nos queremos convertir en una fábrica de estudiantes para hacer dinero sino que queremos preparar el talento que la industria necesita". La competencia está, pero no a las facultades tradicionales: "A pesar de que hay universidades que nos consideran competidores, no lo somos porque no ofrecemos el mismo". Así lo avalan: una metodología, unos precios (17.000 euros, "más o menos competitivo en función del país") o un enfoque laboral diferente. Ahora bien, si el mercado es internacional la competencia en cierto modo también. Los alumnos pueden acabar escogiendo Barcelona pero otras ciudades como Londres, Berlín o París seguro que no lo ponen precisamente fácil.

De cara al futuro más inmediato, sólo queda aprovechar la querencia del MWC. "Nos aporta prestigio, refuerza nuestro posicionamiento internacional y nos acerca tanto a potenciales alumnos como todo el ecosistema que es un público en si mismo que se tiene que cuidar y trabajar", afirma. Un golpe pasado el congreso de móviles más grande del mundo, BTS también se plantea abrir nuevos programas para ejecutivos y corporaciones. "Tenemos la responsabilidad de explicar el discurso real de la digitalización actual: ya no estamos hablando de informáticos al uso sino de personas capaces de redibuixar el futuro de la economía con nuevos negocios digitales", concluye.

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