Caixabank cerrará 800 oficinas en sólo tres años | iStock
Caixabank cerrará 800 oficinas en sólo tres años | iStock

Cuando el cierre de oficinas bancarias nos acerca a Europa

España recorta el número de sucursales hasta representar el 15% del total europeo, pero todavía es el país con una red más extensa

¿Es la crisis? ¿Es la concentración del sector? ¿Es la transformación digital? ¿Es la combinación de todos los factores? El cierre de oficinas bancarias es tendencia en toda Europa, pero todavía lo es más en España, el país que más ha tenido, de siempre, de todo el continente. De hecho, el Estado llegó a contar con hasta 46.065 oficinas durante 2008, una cifra que contrasta con el total de 237.702 que había entonces repartidas por todo Europa y que representaban el 19,38% de toda la Unión Europea -ahora el porcentaje ha bajado hasta el 15%-. La crisis hizo abrir los ojos a muchas entidades. Algunas decidieron absorver otras, cosa que llevaba implícito el cierre de algunas oficinas. Otras decidieron poner la mirada en el futuro y plantear cómo afrontar la revolución digital. Los diferentes EREs anunciados por algunas entidades con motivo del cierre de centenares de oficinas han hecho poner el grito al cielo a muchos, pero la realidad es que ya hace años que, poco a poco y de manera sutil, muchas oficinas han ido cerrando. ¿El verdadero motivo? Un cambio en la relación entre la entidad y el cliente.

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Ya hace meses que Caixabank anunció el cierre progresivo de 800 oficinas hasta 2021 con ERE incluido: después de semanas de negociaciones, unos 2.000 trabajadores dejarán su trabajo. Ahora bien, la entidad también enmarcó dentro de su plan estratégico la apertura de nuevas oficinas store, que pasarán de 377 en toda España a 600. También el Banco Santander comunicó a los sindicatos en mayo de 2019 su intención de recortar más de 3.700 puestos de trabajo y suprimir 1.150 oficinas en todo el Estado. Lo hizo justamente después de adquirir el Banco Popular, a pesar de que admitió que la decisión también está vinculada a la transformación digital del sector.

Según datos del Banco de España, mientras el Estado contaba a marzo de 2019 con 25.896 oficinas -una cifra muy similar a la de 1980-, Catalunya tiene 3.539, un número parecido al que había entre 1975 y 1976. Pero Catalunya, a diferencia de España y del resto de Europa, tuvo su punto ágil en apertura de oficinas en 2007, un año antes de que el Estado y la UE, y ya en 2008 empezó a cerrar algunos locales.

 

Y es que, después de haber pasado por un periodo de expansión, acaba llegando la desaceleración. "Las empresas mejor organizadas han sabido tomar las medidas más rápidas para anticiparse a la crisis", subraya el economista y presidente de la consultora de recursos humanos Icsa Grupo, Ernesto Poveda, a VIA Empresa, al mismo tiempo que añade que "se está transformando el sector de manera muy significativa y se está diversificando la actuación de la banca hacia otros mundos". Europa va en esta misma línea, pero siempre teniendo en cuenta que "la banca española ha tenido un perfil diferente al de la banca europea", destaca la presidenta de la Comisión de Economía Financiera y miembro de la junta de Gobierno del Col·legi dels Economistes de Catalunya (CEC), Carme Garcia.

 

En menos de 10 años, la provincia de Barcelona ha cerrado más de la mitad de oficinas bancarias y ha pasado de tener 5.723 en 2008 a tener 2.454 en marzo de 2019. De hecho, Girona y Tarragona también han reducido además de la mitad sus oficinas, mientras que Lleida ha cerrado menos que el resto.

 

Según la consultora McKinsey, España ha conseguido rebajar el número de oficinas por habitante pasando de las 1.000 sucursales por cada millón de habitantes durante la crisis a 600 actualmente, pero, señala, "los bancos españoles todavía cuentan con la red más densa de todo Europa y el Norteamérica". Todavía la separan 100 oficinas del segundo país que tiene una red más extensa que es Portugal y dista mucho otros territorios como los Países Bajos con 99 oficinas por cada millón de habitantes -el país con menos oficinas-, el Reino Unido con 153, el Canadá con 161 y Suecia con 183.

¿Por qué Spain is different?

El cambio de la relación entre la entidad y el cliente avanza a toda mecha y es por eso que España ha tenido que hacer un golpe de ninguno y, a partir de la crisis, muchas oficinas bancarias empezaron a cerrar. Pero, ¿por qué el Estado español es el territorio que, de siempre, ha tenido muchas más sucursales que el resto de países? Según apunta Garcia, "por la cultura española nos hemos acostumbrado a tenerlo debajo de casa y, si lo tengo más lejos, ya no voy".

El crecimiento de oficinas "permitía al sector bancario hacer más negocio porque el hecho que las entidades estuvieran cercanas a las personas físicas y a las empresas los suponía una manera de ganar negocio, la relación personal tenía un peso, facilitar el acceso a la oficina...", relata la presidenta de la Comisión de Economía Financiera del CEC, que añade que "hoy en día la oficina no es un valor porque, cada vez más, la juventud va menos", mientras que "la gente mayor continúa yendo porque muchos no se maneguen bien por internet o desconfían".

Garcia: "Hoy en día, la oficina ya no es un valor porque, cada vez más, la juventud va menos"

Dos modelos que conviven, pero lo hacen con fecha de caducidad. Primero fue la crisis y la fusión de entidades y después la transofmració digital. "La ratio de eficiencia baja cuando no tienes oficinas y la línea que toman las entidades financieras porque el tipo de interés y los ingresos son bajos y los salarios se mantienen y tienen que hacer algo porque los números los cuadren", concreta Garcia.

Pero para Poveda, a pesar del panorama, la fórmula no es despedir a centenares de personas: "La tecnología es un facilitador". En este sentido, el economista sustenta que "se están haciendo unos procesos de cierre de oficinas sin pensar en cómo reubicar el talento", cosa que, a parecer suyo, nos conducirá hacia un mundo en que "probablemente tendremos información más rápida, pero de menos calidad".

El país de Alibabá

"Hace 10 años, esto era el país de Alibabá y los 40 ladrones", ironiza el también presidente de Icsa Grupo para enumerar todas las entidades que existían hace una década. Él tiene claro que el modelo que había hasta ahora y el que vendrá forma parte del "planteamiento economicista de los bancos". "Cuando entras en una oficina bancaria ya no sabes si vas a comprar electrodomésticos o a hacer gestiones bancarias", bromea sobre la diversificación del mundo bancario.

De momento, sin embargo, todavía hay gente que va a las oficinas con el objetivo de resolver un problema o de contratar algún producto. Esto, en España todavía se lleva, mientras que, por ejemplo, los 80% de los clientes de los países nórdicos ya contratan todos estos productos por internet. En el sur de Europa la cosa cambia y, según McKinsey, sólo contratan online el 50% de la población.

Poveda: "Estamos haciendo una robotización inútil de las organizaciones versus a una teórica mayor productividad que no se está produciendo"

Pero las entidades han cogido el camino de la despersonalización. Según Poveda, "en cierto modo, han roto la fidelidad que teníamos con esta persona y con la entidad". "Alguien, por mucho que sepa de informática, no sabrá qué hacer. Estamos haciendo una robotización inútil de las organizaciones versus a una teórica mayor productividad que no se está produciendo", concluye. Un concepto que también subscribe Garcia, que admite que "me asusta que dejemos de tener la valoración y la sensibilidad personal. No se me ocurre cómo estar discutiendo con una máquina".

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