Las decisiones más importantes sobre cómo se organizarán las responsabilidades en una familia se toman en los tres primeros años de vida del primer hijo. Durante este periodo, se establecen una serie de compromisos que difícilmente cambian con el tiempo. Se fijan roles y se asumen responsabilidades sobre la carga de los hijos y de la casa que van desde aspectos tan cotidianos como quién ducha al hijo o hace la cena, hasta otros más trascendentales como quién se coge una jornada reducida o minora su carrera profesional y, por lo tanto, tendrá una capacidad económica inferior durante toda su vida laboral e, incluso, en la prestación por la jubilación. En el camino hacia la igualdad, ésta es una etapa trascendental; y así lo entiende Copersona, sociedad presidida por Joana Amat, que tiene como objetivo pasar del actual modelo de conciliación familiar a la corresponsabilidad social.
"Con el paso de los años te das cuenta de que la conciliación es una trampa", sentencia Joana Amat. Es El timo de la superwoman, un libro de Mar Galtés y Esther Casademont: las mujeres tienen que sobrevivir con la carga de la vida familiar y profesional en un sistema que desvincula al hombre del hogar y la familia. El conjunto de entidades y empresas que forman Copersona entienden que hay una serie de influenciadores en la sociedad que provocan que solo el 5% de las reducciones de jornada laboral sean cogidas por hombres o que solo un 18,8% de los cargos directivos en empresas estén ocupados por mujeres.
Para conseguir una sociedad con igualdad y equidad de género reales, Copersona se ha propuesto un plan de cuatro fases que tiene como horizonte 2025, con la creación de un modelo de corresponsabilidad social centrado en el cambio cultural. En este modelo, la ciudadanía y los diversos agentes de la sociedad asumen un compromiso social compartido para que las personas tengan los mismos derechos, deberes y oportunidades, dejando de reproducir los estereotipos de género y los patrones culturales, sociales, económicos y políticos, que hoy en día provocan grandes desigualdades. "Quizás nunca llegaremos a tener un marco de corresponsabilidad social como el que queremos", explica Joana Amat, "pero es clave trabajar para conseguirlo, porque por el camino estás creando una conciencia social y provocando un cambio cultural".
La semilla de un fracaso
Copersona nació en 2018 de la mano de FIDEM -Fundació Internacional de la Dona Emprenedora, presidida también por Amat- y Maters, una red de madres profesionales. Nace de la voluntad incansable de Joana Amat y otras muchas mujeres de hacer un mundo mejor e igualitario, y de los aprendizajes de un proyecto de FIDEM que fracasó en 2008.
Joana Amat: "Queremos superar el género y poner a la persona en el centro"
Desde la fundación, intentaron cambiar la ley de la reducción de jornada por guarda legal para que no supusiera un obstáculo tan grande para la carrera profesional de la mujer. No encontraron el apoyo necesario -ni social ni político- en las medidas que propusieron, y aprendieron que "antes de llegar a la política es necesario generar un cambio cultural", reflexiona. En este proyecto trabajaron cinco años, pero no fue en vano, porque se convirtió en la semilla de Copersona.
La filosofía de la asociación tiene un cariz positivo, quizás por la aportación de la filósofa Montserrat Crespín. En el camino hacia la igualdad, Amat explica que quieren tener "un retrato de la sociedad, pero no quedarnos lamiéndonos las heridas. Queremos cambiar la sociedad, integrar al hombre y buscar un modelo sin dar lecciones. Superar el género y poner a la persona en el centro".
Desde tres principales focos: la sanidad, la educación y la economía
Antes de proponer un modelo con políticas concretas, las más de 50 entidades y personas independientes que forman parte del colectivo de Copersona han estado un año y medio analizando la situación actual de Catalunya en la igualdad de género poniendo el foco en el embarazo, el nacimiento -acogida o adopción- y los tres primeros años de vida de la criatura. Han visto que hay tres principales focos de influencia en las decisiones que toman hombres y mujeres durante este periodo: la sanidad, la educación y la economía. Por eso, desde el inicio han querido contar con la colaboración de agentes y asociaciones de estos tres sectores: el Institut Català de la Salut y el de Oncología, Cecot, Pimec, FemCat, un buen número de colegios profesionales, importantes asociaciones de educación infantil, UGT, CCOO, universidades como la Pompeu Fabra o la UIC, y un larguísimo etcétera.
"A pesar de que todavía no queremos politizar el proyecto, somos conscientes de que la finalidad del modelo exige cambiar leyes", explica Joana Amat. Por eso se han sentado conla alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; Mireia Mata, secretaria de Igualtats de la Generalitat; y Mireia Ingla, la alcaldesa de Sant Cugat, entre otras políticas del territorio. Quieren tener informado al colectivo político, pero no involucrarlos hasta que tengan "un modelo sostenible económicamente y aplicable".
¿Qué le aporta a Holaluz tener una 'nursery' en sus oficinas?
Coger lo mejor de cada casa
¿Cómo detectó la multinacional Schneider Electric su brecha salarial en toda Europa? ¿Qué políticas implantaron para resolverlo? ¿Qué le aporta a Holaluz tener una nursery en sus oficinas? A veces no hay que inventar nada, sino coger lo mejor de cada casa, observar modelos que ya funcionan y adaptarlos a tu territorio. Ésta es la etapa en la que se encuentra actualmente el proyecto: analizando casos prácticos y pruebas piloto hechos en CAPs, escuelas de primera infancia y empresas con modelos avanzados en igualdad de género.
También han analizado modelos ejemplares en países referentes: Holanda, Islandia y Dinamarca. Y han contactado con entidades del sector de la sanidad, la educación y la economía para invitarlos a las universidades de Barcelona para que expliquen sus modelos y las reticencias que se han encontrado a la hora de implantarlos.
El sueño de Joana Amat
El feminismo de Joana Amat tiene una raíz histórica: su madre, Concepción Amigó, cogió las riendas de Amat Inmobiliarios en 1952 al morir su marido, un día antes de que naciese su hija. Se convirtió en la primera empresaria del sector inmobiliario en España y "menos guapa, le dijeron de todo". Años más tarde, Joana Amat y su hermana Imma codirigieron la empresa familiar manteniendo el legado de su madre: sólo contrataron a mujeres hasta la entrada de la ley de paridad, en 2008, e implantaron un calendario de vacaciones similar al escolar, de seis semanas.
Su trayectoria profesional fue reconocida en 2019 con una Creu de Sant Jordi. Con 69 años, sabe que está "picando piedra de largo recorrido", pero no se parará hasta conseguir su sueño: "Encontrar un marco de responsabilidad social para el siglo XXI".