Mireia Roca y Cristina Martínez, fundadoras de Domma | Cedida

DÍA INTERNACIONAL DE LA MENOPAUSIA

Hay negocio detrás de la menopausia

Más de 15.000 usuarias forman parte de Domma, una comunidad que se dedica al bienestar de la mujer madura, con una facturación de un millón de euros anuales

El empoderamiento de las mujeres es un término acuñado en la Conferencia Mundial de las Mujeres en Beijing (Pekin) en 1995 para referirse al aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder. Hay casos de empoderamiento económico con un trabajo digno y de calidad; mujeres políticas que lideran países y grandes comunidades; empoderamiento psicológico, educativo e incluso social. O la recientemente nombrada mejor jugadora de fútbol del mundo: la catalana Alexia Putellas. Sin embargo, dentro de la emancipación existe la gran invisibilización, que tiene que ver con la sociedad y la mujer madura. Un cambio físico, mental y profesional envuelto en muchos estigmas.

Por este motivo, las emprendedoras Mireia Roca y Cristina Martínez lanzaron a finales de 2021 Domma, una plataforma que se dirige a las mujeres en transición menopáusica ofreciendo productos alimenticios y cosméticos que ayudan a atenuar la sintomatología de la menopausia. Nace con el propósito de positivizar la madurez femenina y derribar el tabú de la menopausia.

Los estigmas

“Cuando a las mujeres les viene la menopausia existe un estigma sobre la finalidad de la feminidad. Es decir, muchas de ellas sienten que pronto dejarán de ser sexys, atractivas, que no tendrán energía y con sintomatologías de molestias y problemas durante las relaciones sexuales”, apuntan las fundadoras en VIA Empresa. “Y esto es un problema de la propia sociedad, que podemos ejemplificarlo con el alud de cremas anti-edad. Parece que si eres mayor ya no sirves y muchas de ellas tienen pánico en hacerse mayor y en tener la menopausia”, continúan.

Roca y Martínez: "Cuando a las mujeres les viene la menopausia hay un estigma sobre la finalidad de la feminidad"

“En cambio, también hemos conocido a muchas mujeres y hemos visto lo optimista. Muchas de ellas confiesan que es una de las mejores etapas de su vida y que es una transición muy aspiracional. Es el momento de darle una vuelta”, remarcan las fundadoras.

Más allá de un tema tabú

Las dos impulsoras de Domma, una con un perfil más empresario y la otra de publicidad y relaciones públicas, dejaron su trabajo y se enfocaron al 100% con el proyecto durante la pandemia. Investigaron el mercado, buscaron soluciones a este problema y se dieron cuenta de unas cifras incómodas: el 70% de las mujeres no se sienten cómodas tratando la etapa de la menopausia. Y, encima, "sentían que sólo podían hablar con los ginecólogos como interlocutores", explican.

Més info: Nace Domma, la primera femtech del Sur de Europa que redefine la madurez

De esa forma, hablaron con investigadores, ginecólogos, nutricionistas y psicólogos para conseguir un punto de vista más integrativo. De ahí surgieron los primeros desarrollos de productos que evitaban cualquier aspecto médico, ya que muchas mujeres estaban cansadas de “tomarse ibuprofenos y pastillas anticonceptivas” y era el momento de un producto natural y respetuoso.

El 70% de las mujeres no se sienten cómodas tratando la etapa de la menopausia

Por otra parte, Roca y Martínez, se dieron cuenta de que necesitaban una "solución integral". Como consecuencia, la mujer se sentía sola en esa etapa y era importante contar con expertos en salud y coachs. O lo que acontecería después: una comunidad con más de 15.000 mujeres que comparten conocimiento y rompen tabúes. Y una facturación de un millón de euros anual

De momento disponen de cinco profesionales dentro del equipo de Domma y las fundadoras apuntan que tienen un grupo de asesores en los aspectos a los que no pueden llegar o no disponen de suficiente conocimiento. Respecto a las perspectivas de futuro esperan llegar a una comunidad de más de un millón de mujeres y abrir la parte de omnicanalidad, tiendas offline y aterrizar en los países vecinos. Y sobre todo el mayor aprendizaje: emprender con propósito y trabajar en la misma dirección. Y que nos digan: “Gracias, me ha cambiado la vida a mí y a mi familia”.