El yogures catalanes con más orgullo personal

El Hayedo, una "idea loca" que ya agrupa además de 160 trabajadores con el certificado de discapacitado, se ha convertido en uno de los casos de éxito de referencia entre las empresas sociales

"Soy Cristóbal Colón y vengo del manicomi con 14 enfermos porque quiero montar una empresa". Así empezó el fundador de la cooperativa El Hayedo su discurso cuando, hace 32 años, llegó al Ayuntamiento de Olot para presentar su proyecto social de ayuda a personas con discapacidad intelectual y enfermedades mentales crónicas. Una idea que inicialmente habría parecido arriesgada, pero que hoy da trabajo además de 160 personas con el certificado de discapacitado y de 124 profesionales, dejando en el 0% la cifra de paro del colectivo de discapacitados intelectuales a la comarca de la Garrotxa.

Por si el trasfondo social no fuera suficiente, El Hayedo ha logrado ya una producción total de 45.000.000 unidades de su producto estrella: el yogur. Junto con los helados y las mermeladas, su actividad se traduce en una facturación anual de 12.136.000 euros, según los últimos datos del 2012.

El trabajo, un elemento de la identidad personal
Todo va empezar en los centros psiquiátricos donde Cristóbal Colón trabajaba como mozo de manicomi. Allá convivía a diario con la pasividad de los enfermos mentales y decidió empezar con talleres de laborteràpia . Pero esta iniciativa se quedaba "a medio camino, porque no se veía aquello que hacían y no servía para nada", explica el director de comunicación del Hayedo, Albert Riera, "por el que era hora de hacerlo bien, de ser una empresa, salir al mercado y pagar sueldos".

Entender el por qué de todo este movimiento está al comprender qué es el trabajo en el día a día de una persona. Para Colón, no había nada más importando que "levantar esta pata que a los discapacitados los falta", detalla Riera, "ayudándolos a rehabilitarse por el hecho de sentirse útiles, ser valorados y reconocidos por los otros y por ellos mismos".

Llegar con este proyecto ante el alcalde y presentarlo tal cual habría sido una cosa "de locos", comenta. Por eso, en todo el proceso fue fundamental la ayuda de un grupo de especialistas en psiquiatría y de profesionales del Hospital Psiquiátrico de Salt (Gironès), destacando la figura de la cabeza de psiquiatría de la Garrotxa, el doctor Torrell.

De las manualidades a los yogures artesanales
Uno de los éxitos del Hayedo rae al saber aprovechar las oportunidades que surgen en todo momento. La primera actividad que desarrolló la organización era follar lana y pintar figuretes religiosas que venían a 50 céntimos de peseta. "Empezó así, muy bien sin nada", dice Riera enalteciendo el hito, "al convento de Carme de Olot que el Ayuntamiento los había cedido, donde había antes la radio y los bomberos".

El traslado hacia el actual fisca, situada al Hayedo de en Jordà no tardó al llegar. Se hizo gracias a una ayuda de la Diputación de Girona y a un préstamo bancario. En aquel momento, la cooperativa tenía el contrato de jardinería de la ciudad de Olot, por el que pudo acceder a una subvención del Estado español para las empresas que creaban puestos de trabajo para discapacitados. Esta parte de fondo público se destinó a reformar y adaptar la masía a la nueva actividad que desarrollarían: vender leche, con vacas aportadas por la Diputación, y después a montar un vivero forestal.

Llegados a este punto, Riera comenta de manera anecdótica que los yogures que hoy han hecho famosos al Hayedo no eran más que el producto que tenía que suplantar el vivero, "porque Colón sabía que aquello tenía fecha de caducidad". Todo esto, diez años después de la fundación de la cooperativa.

Un producto de proximidad
Tienen las vacas, por lo tanto tienen la leche necesaria para hacer los productos lácteos. Toda aquella materia primera que no producen ellos la compran en la comarca. "Por coherencia, intentamos hacerlo todo a nivel local, exceptuando materiales muy específicos como las bacterias por los yogures o a inseminación por las vacas, que no se encuentra en Girona", remarca el director de comunicación.

Esta misma lógica de la proximidad es el que marca la estrategia de distribución de lo empleasa, sólo en Cataluña. No obstante, Riera reconoce que hay una pequeña vía de escapament con las mermeladas: "Tenemos dos catalanes en Amsterdam y Dinamarca que han comprado el producto y lo quieren distribuir allá. Pero nosotros, El Hayedo, está creada en clave catalana".

Más que una empresa, un proyecto social con un producto de calidad
Pasar por alto su responsabilidad social corporativa es dejar olvidada la fundamental que sustenta el negocio. Por eso, en paralelo a toda la actividad productiva, El Hayedo ofrece servicios asistenciales como terapias ocupacionales por los enfermos más graves, residencia o apoyo a la integración comunitaria.

El "sin ánimo de lucro" que era uno de los elementos definidores de la empresa en sus inicios, lo continúa siendo hoy. Es cierto que se obtiene un beneficio de la actividad productora, pero Riera asegura que todo se reinverteix, ya sea en mejoras de maquinaria o equipamientos, o en el pago de los sueldos de los empleados. Aun así, admite que también han tenido "dificultades" para pagar salarios y que es ahora cuando viven "el momento más dulce".

En paralelo a la labor social, ofrecer un producto de calidad es la segunda pata que sustenta la filosofía corporativa de la compañía de productos lácteos. "Queremos que los trabajadores vean que hacemos el mejor trabajo del mundo, porque el orgullo sano de hacer las cosas bien es muy importante", reflexiona Riera. Así rehuye, también, del hacer pena: "No queremos que el consumidor compre porque hacemos una cosa buena, no es cuestión de caridad, sino de calidad ".

Mejorar para seguir creciente
Como cualquier compañía, sus objetivos de futuro pasan para invertir al renovar las instalaciones de la fábrica y del parque natural. También lo es "crear productos nuevos, más enriquecidos y variedades diferentes", asegura el responsable del Hayedo.

No obstante, no todo se queda en términos de producción, el cliente juega un papel fundamental. "Hemos visto que el tener una historia con alma es un elemento de fidelización y prescripción importante", empieza explicando. Por este motivo, cuidan y cuidarán al máximo el consumidor ofreciendo actividades como visitas guiadas que ayuden a que todo el mundo "haga suya la marca y hable".

Hoy Destacamos
Lo más leido