El incidente GameStop: los mercados contra-pronóstico

La acción coordinada de los inversores ha sido un acto de revancha contra las manos que mueven los mercados

Una tienda de GameStop, la empresa protagonista de una acción coordinada en los mercados, en una imagen de archivo | iStock Una tienda de GameStop, la empresa protagonista de una acción coordinada en los mercados, en una imagen de archivo | iStock

Todo empezó en diciembre del año pasado, pero hasta hace pocas semanas no recibimos la ola expansiva. Los protagonistas de la historia son una cadena decadente de videojuegos, un fondo de inversión y una muchedumbre de inversores surgidos de un foro de internet. El caso es que la cadena de venta de videojuegos físicos GameStop ya hacía tiempo que veía cómo su negocio iba de capa caída por la competencia del mundo virtual, una circunstancia que, lógicamente, estaba afectando la cotización de sus acciones, que cada vez valían menos. Aquí es cuando entra en escena otro de los protagonistas, el fondo de inversión Melvin Capital, un vehículo inversor que fundó el economista Gabriel Plotkin en 2014. Es un hombre bastante desconocido, al que se le atribuye una fortuna de unos 300 millones de dólares y que gestionaba -antes de la crisis que a continuación relataremos- cerca de 12.500 millones de dólares a través de su fondo. En el currículum tiene la mancha de haber estado implicado en un caso de información privilegiada cuando todavía trabajaba para terceros. Ya gestionando su propio fondo y en busca de oportunidades, comprobó que las acciones de GameStop venían dibujando una tendencia bajista de la que difícilmente se recuperarían, atendido la obsolescencia de su negocio. Si de unas acciones cualesquiera que coticen en el mercado tenemos la expectativa de que subirán, lo más razonable es comprarlas y, en consecuencia, si nuestra percepción es que bajarán, lo que toca es venderlas. Pero si nunca hemos invertido ni un euro en unas acciones, ¿cómo las podemos vender? Pues en los mercados financieros es posible vender un activo que no tienes, para comprarlo en un momento futuro a un precio inferior. No entraremos a explicar el mecanismo técnico por el cual se puede hacer esta operación, pero la realidad es que se puede hacer y resulta extremadamente frecuente.

El caso es que Plotkin empezó a acumular ingentes cantidades de ventas de acciones de GameStop, con la previsión de comprarlas más adelante y ganar el importe correspondiente a la caída del valor de los títulos. El negocio parecía de riesgo mínimo, porque resultaba altamente improbable que se produjera un repunte en las acciones de una empresa moribunda. Pero, entonces, pasó lo que nadie podía prever, y que transformó una apuesta aparentemente ganadora en una pesadilla para el fondo Melvin Capital. La espiral del desastre para el fondo comenzó cuando un grupo de aficionados a los vídeojocs que circulaban por uno de los foros del repositorio Reddit empezaron a comprar acciones de GameStop, con suficiente volumen como para conseguir que el precio subiera de manera drástica y complicara la vida al fondo, que teniendo pendiente la recompra de los títulos para cerrar la posición abierta veía como el precio era superior al de la venta inicial, de forma que se le empezaban a generar cuantiosas pérdidas.

El caso GameStop puede indicar el inicio de una era donde este tipo de casos, en los que grupos de inversores se ponen de acuerdo para hacer determinadas operaciones en el mercado, pueden repetirse con cierta asiduidad

El empujón que los fans dieron a las acciones hizo que el precio se multiplicara por treinta en pocas semanas, comportando un gran agujero para el fondo de Plotkin, que sufrió una caída del valor de sus activos superior al 50%. El éxito de la operación animó a los inversores sublevados, de forma que el ejemplo GameStop se extendió como una mancha de aceite hacia otras empresas con tendencias bajistas en sus cotizaciones, como es el caso de la mítica BlackBerry, antiguo líder del mercado de los smartphones. Pero después de la locura, vino la resaca y los títulos de la firma de videojuegos llegaron a caer cerca del 90%, a pesar de que manteniendo todavía un precio superior al que había cuando empezó todo esto.

La acción mancomunada de todos estos inversores ocasionales que ha hecho sufrir a un gran hedge fund ha sido considerada por ellos mismos y también por terceros como un acto de revancha contra las manos fuertes que, según ellos, mueven los mercados a su voluntad. La banca y los grandes fondos están en la diana de este singular activismo. Con todo, el fenómeno ha tenido muchas derivadas: por un lado, y origen de todo, las famosas posiciones cortas tan difíciles de entender para los profanos (aquello de vender antes de comprar), el funcionamiento de los casi todopoderosos hedge funds, la posibilidad que ofrece internet de hacer operaciones coordinadas que antes de la aparición de las redes era una quimera y también la existencia del dark trading, llamado "mercado gris" por estas comarcas, consistente en todas aquellas operaciones de compraventa cerradas fuera del mercado regulado.

Más allá de los daños recibidos por Melvin Capital, el caso GameStop puede indicar el inicio de una era en la que estos tipos de casos, donde grupos de inversores se ponen de acuerdo para hacer determinadas operaciones en el mercado, pueden repetirse con cierta asiduidad, sobre todo teniendo en cuenta la pátina de activismo con que se ha rodeado la trama sobre la cadena de videojuegos. Estaremos atentos para ver más situaciones como esta.

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