Gerard Piqué y la carpa que llegó al cielo

El éxito en audiencias del nuevo proyecto de Esports de la mano de Ibai Llanos, Koi, es la consolidación de la apuesta empresarial del central en la nueva economía digital

Gerard Piqué e Ibai Llanos con el cabo de estrategia, desarrollo de negocio y operaciones de Cupra Antonino Labate, durante la presentación de Koi | EP Gerard Piqué e Ibai Llanos con el cabo de estrategia, desarrollo de negocio y operaciones de Cupra Antonino Labate, durante la presentación de Koi | EP

En una rueda de prensa en Lambeau Field que ha quedado por la historia de los deportes y la cultura popular norteamericana, el runningback del Seattle Seahawks Marshawn Lynch hizo una reflexión que muchos atletas de élite – especialmente entre la comunidad afroamericana – han enmarcado a sus oficinas. "Ten cuidado de tu dinero, joven, porque no duran por siempre jamás, y ahora que he sido a los dos lados, está muy bien poder retirarse y hacer el que te mujer la hambre". Donde hace años las grandes figuras tenían cadenas locales de restaurantes o un club nocturno, los herederos de Beast Mode – de LeBron James o Kevin Durant al mismo Gerard Piqué – están usando el capital, las conexiones y los aprendizajes de la práctica deportiva al más alto nivel para construir estructuras empresariales que duren sustancialmente más allá de sus carreras deportivas. The SpringHill Co., la productora de James, está valorada en unos 725 millones de dólares – unos 638 millones de euros – mientras que el grupo Thirty-Five Ventures ya ocupa grandes espacios mediáticos en Nueva York. La iteración catalana de estos gigantes, Kosmos, aspira a continuar por este camino.

La última apuesta de Gerard Piqué como empresario ha sido la fundación de Koi , un equipo de Esports y un "paraguas" de la creatividad en entornos digitales, como lo define su CEO y managing director de Kosmos Studios Oriol Querol en una reciente charla en Casa Seat. Para establecer esta estructura de cero Piqué ha contado con un activo que ningún deportista de élite norteamericano tiene a su alcance: el mejor streamer del mundo – según confirman dos Esports awards a creador de contenidos del año consecutivos – Ibai Llanos. Desde las semifinales del mundial de League of Legends de que fue anfitrión en Madrid en 2019, con un Vistalegre lleno hasta la bandera coreando su nombre por encima de las estrellas mundiales de los deportes electrónicos de la talla de Lee 'Faker' Sang-Hyeok, el que fuera caster de la Liga de Videojuegos Profesional – empresa propiedad de Mediapro que gestiona los derechos de emisión de algunas de las principales competiciones digitales en el Estado – es ahora una apuesta segura a la hora de generar comunidades en redes y plataformas.

"Recuerdo el día que Ibai nos llamó, era un miércoles y el viernes vencía el plazo para adquirir una plaza en la Superliga – la liga española de League of Legends –; nos lanzamos en 48 horas". Piqué fue el ganador de la subasta por una plaza por la que también apostaron futbolistas como el portero del Manchester United David de Gea o el centrocampista del Real Madrid Casemiro. Los atletas son ahora propietarios de Rebels y Case Esports, dos equipos de una segunda división española que también cuenta con las marcas del central del Manchester City Aymeric Laporte (AYM Esports) o del lateral del Chelsea César Azpilicueta (Falcons), así como del Betis o la SD Huesca, este último de la mano del histórico eMonkeyz.

Querol: "No queda nadie que rechace los Esports y solo quiera participar en el deporte tradicional"

La inversión en la plaza rondó los 300.000 euros, la más cara de las adquiridas este año en la liga española de Esports. Koi se ha añadido a cuatro grandes marcas que han aterrizado en los deportes electrónicos españoles este año, dos por el mismo camino que Ibai y Piqué – la sección de Esports del Barça y Bisons, equipo participado por el propietario de Bilbao Basket Gorka Arrinda – y dos por absorción o colaboración con las entidades titulares de la plaza: Heretics, que echó al Betis de la primera división con la compra de Cream; y Fnatic, que estableció un partnership con Team Queso. La entrada de estas firmas, especialmente de Koi, ha disparado la relevancia de la liga: en dos partidos de temporada regular, el directo en el canal de Ibai rompió los récords históricos de espectadores concurrentes de la organización, con más de 160.000 viewers; y, como confirma el mismo Querol, muchos partidos del equipo ya hacen números más altos que la mitad de enfrentamientos de la Liga Santander.

La presentación del equipo en sociedad, un showmatch en el Palau Sant Jordi contra el equipo del también streamer francés Kameto, Karmine Corp, fue un anuncio de lo que vendría. 15.000 personas en las gradas del pabellón barcelonés sirvieron para "alucinar" a los patrocinadores y partners de la nueva organización, como recuerda Querol. El impacto dentro del mundo de los Esports de Koi ya es, de hecho, mucho más grande que el de algunas organizaciones más veteranas e implantadas en la comunidad. En una competición que opera especialmente en redes, el equipo de Ibai Llanos y Gerard Piqué ya es la cuarta organización de deportes electrónicos europea con más seguidores, a sus apenas dos meses de vida. Y en todo caso, como identifica el CEO, este es el suelo de la industria, no su techo. "Hay muchos hitos a lograr en los Esports, y no habrá que esperar mucho".

Los Esports remontan la cascada

"No queda nadie que rechace los Esports y solo quiera participar en el deporte tradicional" celebra el CEO de Koi, que opina que las marcas cada vez entienden más el atractivo de este sector para invertir. El procedimiento que ha llevado tantos inversores a entrar en este sector – tan públicos como los futbolistas, por ejemplo – ha sido un acercamiento entre unas empresas que se han quitado de encima el tabú de apostar por estas competiciones y unos consumidores y creadores de contenido que "se han visto despreciados durante mucho tiempo por los medios tradicionales" y que ahora tienen acceso a nuevos públicos.

Schnura: "Una marca abre los ojos a otra, y se produce un efecto en cadena que hace que el sector de los Esports pueda crecer más rápido"

Las inyecciones de capital y la presencia de nombres conocidos en las estructuras de algunos de los equipos europeos han servido porque muchos de los potenciales inversores vean con ojos diferentes el público objetivo de los Esports, mucho más valorado por la diversidad de métricas que aporta. El principal patrocinador de Koi, la TelCo alicantina Finetwork, necesita "darse a conocer como marca", y, por lo tanto, apuesta por los naming rights del equipo – oficialmente Finetwork Koi – mientras que Disney, que da nombre a la gaming house de la plantilla, busca "romper la barrera de Mickey Mouse" y posicionarse hacia públicos fuera del segmento infantil. "Es muy importante hacer el esfuerzo de entender lo que tiene la marca", afirma Querol, que recuerda cómo las primeras relaciones comerciales de Koi se establecieron cuando el equipo todavía estaba empezando a comprender su potencial.

Los pioneros en las inversiones en el mundo de los deportes electrónicos – más allá de las tecnológicas – han sido, en el Estado y en Europa, las firmas de automóviles. Seat fue una de las precursoras, con su apuesta por la organización madrileña Mad Lions – propiedad de la canadiense Overactive Media, que cuenta con el artista The Weeknd entre sus inversores. El grupo ha replicado ahora esta inversión en Koi mediante Cupra. BMW también ocupa un lugar entre las camisetas de Superliga, en este caso la de Fnatic TQ. Como explicaba el CEO del equipo madrileño Jorge Schnura en el mismo evento, "una marca abre los ojos a otra, y se produce un efecto en cadena que hace que el sector pueda crecer más rápido".

En el Estado español, las empresas de telecomunicaciones, como Finetwork, también han aportado buena parte del capital de grandes equipos. La misma Superliga, hasta la edición pasada, contaba con Orange como patrocinador principal. También ha salido este año Vodafone del nombre de Giants, el vigente campeón de la competición, y todavía queda Movistar, patrocinadora de Riders. La ampliación del campo de batalla por los patrocinios hacia marcas fuera del mundo tecnológico ha sido uno de los motores del crecimiento de la industria, y también un síntoma del potencial que está a su alcance. "Empezamos a tener la sensación de que nos consideran mainstream", celebra Querol. Para Koi, este salto a la primera plana cultural implica un crecimiento en todos los ámbitos. Como reconoció Ibai en Discutiendo tranquilamente - el primer programa semanal producido por el equipo, dedicado a repasar la jornada de Superliga - el objetivo a futuro es conseguir una plaza en la liga europea de League of Legends, la LEC, donde juegan las principales organizaciones del continente. La última adquisición, sin embargo, apunta a cifras sustancialmente más elevadas que las que se mueven en el Estado español: la organización francesa Team BDS compró su puesto en la competición al equipo de fútbol alemán Schalke 04 por unos 26,5 millones de euros. "Una vez nos metemos, era para hacerlo grande", proyecta el CEO.

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