Greta Thunberg y la conciencia empresarial

El mundo de las pymes empieza a despertar y luchar contra los riesgos de no cambiar la forma de relacionarse con la producción y consumo de plástico

Greta Thunberg y la conciencia empresarial | EP Greta Thunberg y la conciencia empresarial | EP

El activista contra el cambio climático Greta Thunberg ha sido la estrella a la Cumbre del Clima de la ONU. La joven sueca de 16 años, en huelga para pedir cambios a favor del medio ambiente, ha hablado ante los líderes de las Naciones Unidas: "Cómo os atrevéis! Nos habéis robado nuestros sueños". La activista ha avisado que "no dejaremos que os salgáis con la vuestra. Aquí y ahora mismo es donde trazamos la línea". Thunberg es el altavoz de la conciencia, la comunidad científica y una generación que avisa de la inacción contra el calentamiento global y la contaminación al planeta Tierra. Pero, tal como ella dice, "el mundo está despertando y el cambio está de camino, os guste o no". Thunberg puede despertar conciencias en el mundo empresarial?

En el 2050, habrá más plástico en el mar, que peces. Hoy en día ya hay 700 especies de animales marinos que han ingerido plásticos. Se calcula que desde el año 1950, sólo un 8% o un 9% de los plásticos se han reciclado y un 91% se han perdido para siempre. Una botella de plástico tarda 500 años en desintegrarse. Cada año, 12 millones de toneladas de plástico acaban en el mar. El pescado, el marisco, la sal, la miel o la cerveza contienen microplásticos –y los ingerimos. La vida útil de los plásticos desechables es de 15 minutos, mientras que pueden tardar hasta 500 años en desaparecer.

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Sorprende. Incluso teniendo en cuenta que todo el mundo conoce los datos, o, como mínimo, se puede hacer una idea. A menudo da pereza pensar que todo esto es culpa nuestra. Especialmente, el sector empresarial, que es quien más plástico produce, genera y vierte en los ríos –el 67% de la contaminación de los océanos llega de 20 ríos de Asia. Aún así, y aunque sea a empujones de directivas, normativas, leyes y llamamientos de la ciudadanía, las empresas están dando un paso adelante para poner soluciones a la destrucción del planeta, que, como asegura la ONU, representa el uso del plástico.

¿Ángel? La economía circular

Prueba de la conciencia que el mundo empresarial está desarrollando en este ámbito son actos como el que llevó a cabo Pimec el jueves cuatro de julio. Bajo el nombre de la Desplastificació de la industria, expertos en la materia, empresarios y representantes políticos disertaron sobre las dificultades y oportunidades que comporta esta "desplastificación".

Economía circular. Esta fue la única conclusión a la que se llegó y tampoco se trata de una sorpresa. Ya empezó a dibujarla el conseller de territorio y sostenibilidad, Damià Calvet, que, además, reconoció que la ciudadanía está muy sensibilizada con el tema y eso tiene que tener repercusión en la política y la industria.

Después, diferentes expertos dieron su visión sobre las posibles vías para reducir los plásticos de la industria y las empresas y todos confluyeron en el mismo punto: economía circular. Pero, ¿qué es? Justo lo contrario de una economía lineal, que es la que se ha aplicado históricamente: extraer materiales de la tierra y los océanos, fabricar, poner a disposición del consumidor, vender y tirar a la basura. Por lo tanto, una circular es aquella en la que todos los materiales que se utilizan se reparan, reutilizan y, en última instancia, se reciclan. De este modo, va a parar al vertedero la mínima cantidad posible de los plásticos que se usan en la industria.

Los expertos coinciden en que se tiene que pasar de la economía lineal a la economía circular

Carlos León, consultor de Bcircular231 y miembro comisión sostenibilidad de Pimec, fue el encargado de explicar cuáles son los puntos clave, según la organización, para llevar a cabo la transición: mejorar el diseño de los productos de reciclaje, incrementar la demanda de los plásticos reciclados y mejorar los procesos de separación y clasificación del reciclaje.

Sin embargo, León tiró de las orejas a las instituciones y aseguró que para prevenir y reducir al mínimo el uso del plástico es imprescindible "establecer un marco regulador claro y limitar el uso de los microplàstics en el ámbito internacional". También pone deberes para la empresa misma: "tenemos la obligación de rediseñar los productos".

Els plàstics que nomé s'utilitzen un cop són aquells que més problemes generen en la biodiversitat | iStockk

Los plásticos que nomé se utilizan un golpe son aquellos que más problemas generan en la biodiversidad | iStockk

¿El demonio? Los plásticos de un solo uso

Cómo se apunta en líneas superiores, y como aseguró durante la jornada la bióloga marina Patrícia Martí, la vida útil de los plásticos de un solo uso es muy corta: unos 15 minutos. Una barbaridad si se tiene en cuenta lo que tarda, por ejemplo, un cigarrillo en desintegrarse (de uno a cinco años), una suela de zapato (de 10 a 20 años), una bolsa de plástico (55 años), un vaso de plástico (entre 65 y 75 años), un mechero (100 años), unos cubiertos de plástico (400 años) o una botella (500 años).

En otras palabras, el vaso en el cual beberás hoy a la oficina te sobrevivirá y cuando te enciendas un pitillo el próximo año, esta que acabas de tirar a la basura todavía estará navegando por algún océano. De la botella, ni hablamos.

Y entonces, ¿qué? ¿No plásticos o no residuos?

El tono de la jornada cambió drásticamente cuando entró en escena Carlos Lizandra. Bolsa de plástico reutilizable en mano, enciende el micrófono:

– No puedo estar más en desacuerdo con el título de esta jornada. ¿Cómo que "desplastificació de la industria"?

El presidente del Centro Español del Plástico (CEPO) rechaza totalmente la idea de intentar dinamitar la industria del plástico, que, para él, es básica para el buen funcionamiento de la economía. Al contrario, lo que propone es eliminar totalmente los plásticos desechables y avanzar hacia un cambio en la producción de este material. Un cambio que tiene que pasar por producir plásticos con largas vidas útiles y reutilizables.

Carlos Lizandra (presidente de CEPO) abre el debate sobre si se tiene que ir reduciendo cada vez más el uso de los plásticos, o sólo los desechables

El Parlamento Europeo ya ha hecho un paso en el sentido de prohibir, a partir del 2021, los plásticos de un solo uso, pero el debate que podría abrir la intervención de Lizandra es si el camino tiene que ser avanzar hacia la eliminación de los plásticos en la industria y la sustitución por otros materiales menos –o no– contaminantes, o bien hacer un mejor uso del plástico, modernizar su utilización y adecuarla a las nuevas necesidades.

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