La estrategia de datos de la UE, hacia un mercado único

La era de los datos requiere regulaciones que apuesten por igual en la competitividad económica y la protección de la privacidad

La Comisión Europea promueve la creación de un mercado único de los datos | iStock La Comisión Europea promueve la creación de un mercado único de los datos | iStock

Muchas son las expectativas que hemos depositado en las tecnologías de la información, y específicamente en la inteligencia artificial (IA) en los últimos años. Tal es así que, incluso para los grandes desafíos de la humanidad (como lo son reducir la desigualdad, garantizar la paz y la justicia o revertir el cambio climático) se espera que esta tecnología desempeñe un papel crucial. Sin embargo, es imprescindible tener en cuenta cuál es el combustible que permite a la IA operar con éxito: esta tiene un apetito voraz por los datos, que son la base para generar conocimiento y nuevas oportunidades.

Es por esto que, con el objetivo de fomentar la economía de los datos, la Comisión Europea lleva años desarrollando y concienciando sobre el concepto de intercambio de datos y sus beneficios. Lo ha hecho incentivando medidas con políticas blandas sobre aquellas regulaciones restrictivas y proporcionando orientación y apoyo financiero a las empresas interesadas en compartir y volver a utilizar datos. En este sentido, el organismo ha elaborado su propia estrategia, que busca erigirse líder de una sociedad impulsada por los datos, facilitando su intercambio entre sectores y estados miembros y promoviendo la creación de un mercado único. Como pilares de esta estrategia son fácilmente reconocibles estos tres:

  • Fomento de infraestructuras para el flujo de datos entre sectores en la UE, promoviendo un conjunto de requisitos para su reutilización.
  • Respeto pleno de las normas europeas, focalizadas principalmente en la privacidad, confidencialidad y protección de datos personales.
  • Establecimiento de normas justas, prácticas y claras para su acceso y utilización.

 

De esta manera, la estrategia europea se desgrana en iniciativas concretas en el contexto de la creación de ecosistemas de datos europeos. En primer lugar, la creación de la Open Data Directive en 2019, que promueve la interoperabilidad de los llamados high value data sets. La directiva define los conjuntos de datos de alto valor como aquellos que tienen un alto potencial comercial y una reutilización asociada a importantes beneficios socioeconómicos. De entre ellos, la directiva destaca la siguiente lista de categorías temáticas dada su importancia e impacto en la sociedad y la economía: geoespacial, observación de la tierra y medio ambiente, meteorológico, estadístico, empresas y propiedad de empresas y, por último, movilidad.

La era de los datos y de la IA requiere nuevas reglas del juego

La compartición de esta información mediante catálogos de datos permite acceder a la información en bruto para ser utilizada y aplicada por empresas o particulares. Para ello, un catálogo completo debe incluir conjuntos de datos en formatos abiertos y legibles por los diversos sistemas informáticos que trabajan con la IA. Además, si se quiere reforzar la reutilización de estos datos, ponerlos a disposición de una interfaz API (del inglés, Application Programming Interfaces) es la mejor alternativa, pues permiten el acceso a datos dinámicos (como los medioambientales, de tráfico, satelitales, meteorológicos, los generados por sensores, etc.), cuyo valor económico depende de la disponibilidad inmediata de la información y de las actualizaciones periódicas.

Gobierno de datos, a la europea

En segundo lugar, tres años y medio después de la entrada en vigor de la ley europea conocida por sus siglas “GDPR” (General Data Protection Regulation), la Comisión Europea publica un nuevo y ambicioso marco legal sobre datos, la Data Governance Act, cuyo objetivo es fomentar el intercambio y la reutilización de datos entre sectores, protegiendo al mismo tiempo los intereses económicos de Europa y la privacidad de sus ciudadanos. Se trata, pues, de un enfoque de gobierno de datos a la europea, que se ajusta a los valores y principios de la UE y que tendrá por objeto garantizar que las medidas de los estados miembros en materia de datos estén alineadas para crear un verdadero mercado único, así como apoyar el desarrollo de espacios europeos comunes de datos.  Esta nueva regulación es complementaria a la Open Data Directive mencionada anteriormente. Su particularidad es que se centra también en los datos que gestionan, en su mayoría, las administraciones públicas, que no estaban cubiertos por la anterior directiva. Se incluyen, así, los datos que están actualmente protegidos por cuestiones de confidencialidad comercial, confidencialidad estadística, protección de derechos de propiedad intelectual de terceros y protección de datos personales.

Con este reglamento, la UE muestra un apoyo claro a la creación y el desarrollo de espacios europeos comunes de datos en ámbitos estratégicos, en los que podrán participar tanto entidades públicas como privadas de diferentes sectores económicos. Por ejemplo, una buena gestión e intercambio de datos permitirá desarrollar productos y servicios innovadores y hará que muchos sectores sean más eficientes y sostenibles. También es esencial para el propio perfeccionamiento de los sistemas de inteligencia artificial, pues requieren fuentes de datos confiables, sin sesgos y de calidad.

Hemos entrado en una nueva era en el uso de los datos y tenemos que tenerlos en cuenta como una herramienta geopolítica

Finalmente, en octubre de 2020, conscientes de esta realidad y de que es evidente que la era de los datos y de la IA requiere nuevas reglas de juego, varios diputados del Parlamento Europeo presentaron propuestas sobre cuál es la mejor manera que tiene la UE para regularla e impulsar la innovación, las normas éticas y la confianza en la tecnología. La institución pública ha sido una de las primeras en presentar recomendaciones sobre lo que deberían incluir las normas sobre IA en materia de ética de los datos, responsabilidad por los posibles daños causados por la IA y derechos de propiedad intelectual. La iniciativa legislativa (Artificial Intelligence Act) insta a la Comisión de la UE a presentar un nuevo marco jurídico en el que se expongan los principios éticos y las obligaciones legales que deben seguirse al desarrollar, desplegar y utilizar la inteligencia artificial, la robótica y las tecnologías relacionadas con la UE. Esto incluye los programas informáticos, los algoritmos y los datos.

Si algo está claro es que hemos entrado en una nueva era en el uso de los datos y debemos tenerlos en cuenta como una herramienta geopolítica. Hablar de tecnología es hablar de datos y de cómo mejorar la competitividad económica. En cambio, los datos, que son el punto de partida y la base fundamental para el desarrollo de todo tipo de aplicaciones, no siempre reciben la atención suficiente. 

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