Mémora, el negocio que no muere

La compañía de servicios funerarios innova con el envío de cenizas a la estratosfera o la recuperación de la memoria digital para compensar las cifras en años de menor mortalidad

Seguramente se tiene que estar hecho de una pasta diferente para trabajar en este negocio. "Al menos sí que se tiene que tener una sensibilidad especial. Todos los que trabajamos, desde la persona que atiende una familia hasta la persona que está dando el servicio funerario, tenemos que tener una cierta vocación", apunta Juan Jesús Domingo, consejero delegado de Grupo Mémora. Trabajan con el cliente en los peores momentos de su vida, cuando tienen que despedir al padre, el amigo, la pareja... en definitiva, cuando parece que el menos apropiado es hablar de asuntos como la ceremonia (religiosa o no) y el funeral. Pero, tan inevitable como la vida, el negocio de la muerte da grandes resultados económicos a la compañía, que ha cerrado 2014 con ventas por valor de 172 millones de euros de facturación y una cuota de mercado del 16,8% en España.

La compañía gestiona 125 tanatorios, como los de Esplugues, Hospitalet y Molins de Rei; 26 crematorios y 23 cementerios, siendo desde 2011 la máxima responsable -conjuntamente con el Ayuntamiento de Barcelona- de Servicios Funerarios de Barcelona (SFB). Ya en 1998 el Grupo Mémora conseguía el 49% de SFB, pero actualmente la compañía gestiona una participación del 85% de SFB y el consistorio retiene el 15% restante.

Esta operación motivó el traslado de la sede principal desde Madrid en Barcelona hace cuatro años. "Con la adquisición y privatización de Servicios Funerarios de Barcelona es uno de los compromisos que tomamos con el Ayuntamiento, que tenía todo el sentido porque con esta venta, Barcelona se convertía en una de las unidades más grandes del grupo", justifica Domingo. De hecho, en 2014 de los 47.000 servicios funerarios realizados, 16.000 pertenecen en la ciudad de Barcelona, el que supone un 34% del total.

Nuevos servicios por un nuevo tiempo
Conocida desde 2006 bajo el nombre de marca Mémora, la empresa pertenece a la firma de capital riesgo 3y Group, un hecho que en palabras del directivo ha implicado "la modernización de las formas de gestión y de los equipos, más musculatura financiera e innovación en tecnología". Pero, como se innova en este sector? Viendo las estrategias del Grupo Mémora, hay dos vías: desde la incorporación de servicios nuevos (que ayudan a igualar la facturación) y aprendiendo mucho de los otros, asimilando información. "Hemos incorporado prácticas otros sectores, por ejemplo estamos aprendiendo del sector hotelero a gestionar los tanatorios y del sector retail de lujo, como atender al cliente cuando llega a nosotros".

La otra vía, la de los nuevos servicios, los está funcionando, a pesar de que Domingo reconoce que todavía lo hace despacio. Extracción del ADN de los difuntos, creación de diamantes a partir de cabellos, envío de cenizas a la estratosfera y otras menos estrambòtics, como la recuperación de la memoria digital o la contratación del funeral en vida son algunos de los nuevos productos de la compañía. "Evidentemente, estos servicios no dejan de ser minoritarios. Para nosotros es más un elemento cualitativo, porque fueran facturaciones inmensas tendrían que ser servicios comprados por la mayoría de los clientes".



En 2014, de sus clientes, medio millar decidió utilizar el servicio Electium, el de contratación del funeral en vida. La oferta en sí misma ya forma parte de su propósito de educar a los clientes en una nueva cultura de la muerte en que se naturalice el proceso del adiós como la etapa final de la vida. "Hemos visto que un fenómeno natural demográfico es el envejecimiento de la población, que va acompañado de más salud. Las personas grandes hoy en día tienen más autonomía y capacidad de decisión que hace 30 años", apunta Juan José Domingo.

Asegura que están muy atentos a las tendencias, por eso constatan que las ceremonias laicas ya son el 16,8% del total en Cataluña. No va el suyo es un negocio ligado a las tradiciones de la sociedad así como a su evolución. Por eso, la digitalización actual también se ha colado en su negocio con funerales que se retransmiten en streaming o mensajes de condolencia que llegan en directo a la familia desde cualquier parte del mundo. Incluso su web permite enviar whatsapps o sms con las coordenadas exactas de los tanatorios donde se celebran funerales.

Negocio internacional
Grupo Mémora también es un negocio internacionalizado, con una fuerte presencia en Portugal, a través de la filial Servilusa, quien tiene el 5% de la cuota de mercado. "Es un servicio radicalmente diferente. Los servicios funerarios están palabra basados en los usos y costumbres de cada sociedad, cada una tiene unos servicios funerarios muy diferenciados y el mercado portugués no se escapa de esta situación. Parece mentira que a veces traspasando una frontera tan cercana nos encontramos con prácticas tan diferentes", comenta Domingo. De hecho, gestionan los tres únicos tanatorios del país (Higuera de Foz, Elvas y Cascais), puesto que los velatorios se suelen hacer en las capillas de las iglesias.

Las cifras de facturación del mercado portugués no son tan determinantes (27,5 millones de euros) pero contribuyen al éxito de la compañía, que se ha visto afectada últimamente tanto por el impacto del IVA del 21% como por la reducción de la mortalidad en los últimos años. "2012 fue un año de mucha mortalidad y en consecuencia, 2013 y 2014 fueron de menos mortalidad. En cambio en 2015, tanto por la cristalización de nuestros proyectos de expansión como por la mortalidad, será un año de muy fuerte crecimiento del grupo", prevé el consejero delegado de Grupo Mémora.

Para continuar creciente con confianza, Mémora creó hace dos años un campus para formar trabajadores y directivos en las competencias que hacen falta en una empresa funeraria como la suya. Profesionales que se sumarán a los 1.250 trabajadores de la compañía y a la red de 130 empresas funerarias que la forman, dotando de valor una compañía que se define como "independiente, no vinculada a las empresas aseguradoras" (a pesar de que trabaja con todas y representan borde el 60% de sus servicios) y en la que, cuando ayudas a familias en situaciones muy complicadas, la gratificación emocional es muy alta", concluye.
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