Ona Safe and Clean, barcas sostenibles para la limpieza de los plásticos al mar

Moisès Cruañes y David Curto son los impulsores de una empresa tarraconense que se dedica a fabricar embarcaciones sostenibles para la recogida de residuos contaminantes del mar

El trabajo de Ola Safe and Clean | Cedida El trabajo de Ola Safe and Clean | Cedida

Cada año se tiran a los océanos una media de 8,7 millones de toneladas de plástico. Este material, con un proceso de descomposición muy lento, afecta de manera severa la fauna y la flora del ecosistema marino: sólo en el Mediterráneo, el 30% de los peces tienen restos de plásticos en las tripas. Como consecuencia, el plástico amenaza también la salud pública de los países que consumen pescado en su dieta. La empresa Ona Safe and Clean, con sede en Constantí, en el Tarragonès, empezó en 2013 a fabricar soluciones que permitieran poner freno al problema de los plásticos en el mar, pero con una característica diferencial: la sostenibilidad.

Sus impulsores, Moisès Cruañes y David Curto, vieron que había embarcaciones y sistemas dedicados a limpiar el mar de sólidos y líquidos flotantes, pero que eran soluciones bastante arcaicas y contaminantes. La mayoría estaban propulsades por motores diesel, y consumían una gran cantidad de combustibles fósiles. Su objetivo fue crear embarcaciones más polivalentes, limpias y ecológicas. "Intentamos recoger plásticos intentando dañar lo mínimo posible el medio marino y el medio natural. Recoger sin dejar huella", afirma Cruañes.

La mayoría de clientes de Ona Safe and Clean son empresas del sector privado que ganan concursos públicos en el ámbito de la basura y la limpieza urbana

El resultado son embarcaciones construidas en Catalunya, con procesos de bajo impacto medioambiental y resinas de bajas emisiones. Se propulsan con motores tradicionales transformados en motores de gas GLP, a pesar de que la intención en un futuro es trabajar con motores eléctricos. "El gas es menos contaminante que los combustibles fósiles, pero la tendencia es ir hacia el eléctrico", asegura Cruañes. Aparte, el resto de sistemas de las barcas, como la recogida de brazos o las luces, funcionan con baterías que se recargan a través de placas solares. Otra característica fundamental de las barcas es que tienen que ser polivalentes y manejables, para que se puedan transportar con un remolque o un contenedor. Y, finalmente, son insubmergibles: un pequeño detalle que también asegura que sean más sostenibles. "Si tuviera un accidente o chocara contra las rocas, la embarcación en si no produciría un residuo en el fondo del mar. A pesar de estar rota en dos trozos, siempre flotaria", explica Curto.

Un producto muy personalizado

Con una facturación de unos 300.000 euros anuales de media y seis años en el mercado, Ona Safe and Clean tiene dos modelos de barcas patentados: SAC OIL y SAC NETS. Aparte, ha desarrollado un dron acuático para hacer limpiezas que se puede pilotar de manera autónoma dentro de un perímetro o con mando a distancia. "Cómo veíamos que los drons aéreos tenían mucha fama, pensamos que el dron acuático podría hacer trabajo en puertos o espacios más pequeños", explica Moisès Cruañes. Otra de sus líneas de trabajo es un decantador de hidrocarburos, pensado para limpiar espacios como los puertos, donde a menudo se producen derramamientos de combustibles u otros líquidos contaminantes. Mediante unos filtros y unos paneles, la máquina permite que se separe el residuo del agua limpia, que se puede abocar al mar allí mismo. "Es un tratamiento in situ, y esto es inédito", asegura David Curto.

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Uno de los barcos de Ona Safe and Clean | Cedida

La mayoría de clientes de Ona Safe and Clean son empresas del sector privado que ganan concursos públicos en el ámbito de la basura y la limpieza urbana. Algunas de estas compañías se dedican a la limpieza viaria, al tratamiento de la basura o a la limpieza de las playas, y contemplan también la limpieza del agua del litoral. Algunas se ocupan también de la limpieza de los puertos. "Los puertos, tanto deportivos como profesionales, son un foco de posible contaminación, porque hay muchas barcas y tráfico de mercancías. La lámina de agua contaminada después puede salir hacia aguas abiertas. Por eso la mayoría de puertos tienen un servicio de limpieza", explica Cruañes. Hoy en día se pueden encontrar embarcaciones suyas, por ejemplo, en Canarias, en Baleares o en el Puerto de Barcelona.

A pesar de tener dos modelos patentados, explican que les es difícil tener barcas en stock. "Trabajamos con un producto muy personalizado, el cliente final no es siempre el mismo", explica David Curto. Un ejemplo de esta personalización es un proyecto de catamarán que han diseñado para México y los Estados Unidos, donde necesitan embarcaciones que puedan hacer frente a la limpieza del sargazo. Esta alga invasora afecta los primeros metros de la zona de baño de playas de Cancún, Riviera Maya o Miami Beach. Aparte de ser un desastre ecológico, es también un problema para la principal fuente de ingresos de esta zona: el turismo.

Proyectos de futuro

Aparte de introducir nuevas mejoras en las barcas y a los drons, Ona Safe and Clean trabaja en el desarrollo otros proyectos, como la iniciativa BluePHOENIX. Si se acaba llevando a cabo, los tarraconenses serán proveedores de máquinas para un proyecto europeo de investigación que tiene que hacer muestreos en el Mar Lígur y en Madeira. "Consistiría a ayudar a los biólogos y estudiosos a hacer muestreos, a sacar plásticos y colaborar en procesos de extracción de plásticos y contaminantes del mar", aseguran. También trabajan en un proyecto para el gobierno de Baleares que permita recoger toda la basura que recogen las diferentes embarcaciones de manera sostenible.

ona safe and clean

A Ona Safe and Clean sólo son fabricantes: la gestión de los plásticos que recogen sus embarcaciones corresponde a las empresas que las han adquirido. Aún así, su objetivo es dar una vuelta y plantear, también, acciones de carácter social. Por eso están hablando con empresas como Ecoalf o Sloppy Tunas, que fabrican ropa a partir de plásticos reciclados recogidos en el mar. El objetivo es que estas empresas puedan fabricar la ropa de trabajo de las mismas empresas de limpieza con los plásticos que ellas mismas han recogido. El regreso sería directo: el plástico se convertiría en materia primera para la ropa que llevan los trabajadores que recogen los plásticos, cerrando así el círculo.

La limpieza del mar: un deber pendiente en Catalunya

Antes de crear Ona Safe and Clean, Moisès Cruañes estuvo al frente de un servicio de limpieza, prevención y vigilancia del litoral que ofrecía la Agencia Catalana del agua, y que se suspendió en 2010, con motivo de la crisis económica. Desde entonces, Catalunya no tiene un servicio de estas características que englobe todo el litoral: sólo hay pequeñas iniciativas a escala municipal, en algunos pueblos que se ocupan de su propia franja de costa. Cruañes critica la decisión de no reactivar este servicio, en un momento que el problema de los plásticos está en boca de todo el mundo. "En aquellos momentos fuimos pioneros en el Mediterráneo. No era como por ejemplo, los plásticos en el mar entonces eran una cosa anecdótica", asegura.

Desde Ona Safe and Clean desaprueban la "cortina de humo" que, según ellos, gobiernos usan para esconder su inacción en el tema de los plásticos en el mar. "Hay muchas ONGs e iniciativas privadas que hacen recogida de plásticos en las playas o en el entorno natural, y los gobiernos se están escondiendo detrás de esta cortina de las asociaciones", afirma. Cruañes asegura que las acciones para concienciar son positivas, pero que también hacen falta acciones directas y contundentes para paliar los efectos de la contaminación por plásticos. "Si pusieran los medios que tendrían que poner, nosotros estaríamos trabajando sin cesar", afirma.

"Hay muchas ONGs e iniciativas privadas que hacen recogida de plásticos a las playas o al entorno natural, y los gobiernos se están escondiendo detrás de esta cortina de las asociaciones"

Una de las únicas iniciativas que ha hecho el Govern para reducir los plásticos en el mar es involucrar a los pescadores que hacen pesca de arrastre para que lancen todos los residuos que llegan a sus redes. A pesar de que concienciar a los pescadores que hay que lanzar los plásticos a los contenedores es positivo, aseguran que no toda la responsabilidad de la normativa sobre plásticos puede recaer en los pescadores de arrastre: un arte de pesca que, además, es destructivo y contaminante. "Son iniciativas que están bien, pero no podemos basar todo el trabajo que hay para sacar el plástico del mar en el voluntariado y en los pescadores", afirma David Curto.

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