Artesta y el exitoso arte de la decoración

La startup se dedicada a la venta de cuadros que, con poco más de un año de vida, ha facturado alrededor de 300.000 euros

De izquierda a derecha: Raul Valdivia, Júlia Ramírez y Adrià Rossendo | Cedida De izquierda a derecha: Raul Valdivia, Júlia Ramírez y Adrià Rossendo | Cedida

"Te podría decir que estudio arquitectura, que me encanta la decoración y que de aquí sale la idea, pero no es verdad", reconoce Raul Valdivia, CMO de Artesta. Lo cierto es que la historia de esta startup es más de convicción que de inspiración. Valdivia, conjuntamente con su amigo de la infancia Adrià Rosendo querían empezar un proyecto nuevo de todas todas, pero no sabían hacia donde encaminarlo. "Teníamos tantas ganas de hacer algo que abrimos una web pero no teníamos ningún producto para vender", recuerda el CMO. Los jóvenes emprendedores sólo sabían que para su proyecto no se querían enfrentar a un producto que requiriera mucho stock. La idea apareció ante ellos cuando, por la mudanza de su hermano, Valdivia vio los cuadros que le regalaron para su nuevo hogar y lo tuvo claro: cuadros.

Con un producto en mente para vender en su web fantasma, los dos amigos empezaron a plantear lo que hoy es Artesta, una startup dedicada a la decoración que forma parte del ecosistema de Barcelona Activa. La empresa adapta sus productos a las preferencias de cada cliente, que puede escoger la medida y el tipo de apoyo, que puede ser desde lienzo hasta metacrilato.

La variedad de la oferta y la comodidad del servicio han hecho que en sólo un año de vida hayan facturado casi 300.000 euros, y ninguno de los dos quiere pararse aquí.

"Ahora estamos en un momento en que ya no vamos a buscar los artistas, sino que son ellos que vienen a nosotros"

Red de artistas

"Al principio trabajábamos con artistas de nuestro entorno que hacían las obras como un complemento, un hobby además de sus trabajos en el mundo del diseño o la publicidad", recuerda Valdivia. Los artistas que venden a través de esta plataforma reciben una comisión fija por cada venta de su material. La empresa no les reclama que renueven sus diseños periódicamente, simplemente les piden su obra digitalizada y ellos asumen la distribución, la impresión y el marketing. "Para ellos es un ingreso pasivo de una obra que hubiera acabado olvidada o compartida con poca gente", asegura el CMO.

Rápidamente, lo que empezó siendo una red de amigos y conocidos se fue ampliando hasta convertirse en una auténtica telaraña de artistas diversos. "Ahora estamos en un momento en que ya no vamos a buscar los artistas, sino que son ellos que vienen a nosotros", remarca Valdivia. Ante esta creciente oferta, la compañía filtra qué diseños quiere incluir en su catálogo según las busquedas, las tendencias y el stock que ya tienen disponible a la plataforma. "Actualmente, por ejemplo, está tirando muchísimo el estilo nórdico, minimalista y la fotografía en blanco y negro", asegura Valdivia.

"Tenemos un producto que puede competir perfectamente con Ikea y lo que nos diferencia son los artistas que hay detrás"

La diversidad en los productos y el formato es uno de los principales atractivos de la compañía, y también hace que un mismo diseño pueda tener precios diferentes. Los clientes de Artesta se gastan de media unos 79 euros por pedido, según nos confirma el CMO y añade: "Tenemos un producto que puede competir perfectamente con Ikea y el que nos diferencia son los artistas que hay detrás". Actualmente, más de 3.000 obras llenan el catálogo. Generalmente son jóvenes quien las consumen cuando están decorando su primero o segundo piso y que quieren piezas que puedan cambiar fácilmente.

Artesta presenta una gran varietat de dissenys | Cedida

Artesta presenta una gran variedad de diseños | Cedida

Una escalada constante

Ni Valdivia ni Rosendo esperaban la buena acogida que ha tenido Artesta. "Ha sido mucho mejor y mucho más rápido del que nos esperábamos" confiesa el CMO. Tanto su catálogo como su cartera de clientes han crecido incesantemente des de que empezaron en 2018. La buena acogida se ha trasladado a la facturación de la empresa, que esperan que llegue al medio millón este año.

Pero no es su único objetivo futuro: quieren crecer hacia el mercado internacional, concretamente hacia tierras francesas. Valdivia reconoce, pero, que no era su primera opción: "El primer mercado internacional donde nos queríamos establecer era el Reino Unido, pero después del Brexit hemos preferido centrarnos en Francia". La empresa actualmente se sustenta en base a su crecimiento orgánico, pero si la expedición hacia mercados internacionales es un éxito, no descartan abrirse a la inversión externa.

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