Me quedaré sin trabajo por culpa de un robot?

El especialista en innovación Alfons Corneja analiza el futuro de una industria con una presencia creciente de los robots y con el papel de los humanos en evolución

Robots y humanos nos tendremos que acostumbrar a compartir puesto de trabajo | Acistock Robots y humanos nos tendremos que acostumbrar a compartir puesto de trabajo | Acistock

No, este no es uno de aquellos artículos con una pregunta gancho que no se acaba de responder. Así que empezaremos repasando el ranking de países con más robots por cada 10.000 trabajadores industriales: lidera la lista Corea del Sur con pocos más de 500, con Singapur en segunda posición con 398 y Alemania con 301. Países como los Estados Unidos presentan un nivel de desarrollo en robótica muy inferior, con sólo 176 "máquinas" por este volumen de empleados, y España con 150. Podríamos pensar que los países con más robots serán los primeros con problemas laborales, pero resulta que los tres líderes también son de los estados con menos paro del mundo, mientras que España... "En el futuro, sólo los países extremadamente competitivos en robótica serán capaces de tener un sistema laboral bastante rico para necesitar otros muchos trabajadores en otros sectores", ha argumentado el fundador de la empresa de servicios de innovación Infonomia, Alfons Corneja, a la Jornada Alumni Barcelona 2017 de la UOC.

En su conferencia, La cuarta revolución industrial: talento y futuro, Corneja ha analizado la composición de un nuevo mundo, en el que nuestra inteligencia convivirá con la de las máquinas. "Una inteligencia que no requiere descanso, ni de comer; sólo de mantenimiento puntual". Robots que, ya hoy, han superado los límites del trabajo puramente mecánico para encargarse también de encargos intelectuales. "Ya existen softwares con capacidad para hacer informes empresariales y noticias cortas, tal como pasó a los Juegos Olímpicos de Río 2016", apunta como ejemplos. Y esto sólo es el principio: "el que nos ofrecerá la próxima generación tecnológica es tan inesperado, que todo el que consideramos radical hoy, mañana será normalidad".

Sin duda, el futuro estará pleno de trabajos que no requerirán los hombres, pero no todo son malas noticias. "Primero, porque los robots se encargarán de los trabajos que nadie más quiere hacer, como la limpieza de los campos de minas. Y, después, porque nuestro futuro productivo implica diferenciarnos de las máquinas siendo más humanos que nunca".

"Somos seres emocionales, curiosos, y el que necesitamos somos ciudadanos críticos con todo el que los rodea, que no acepten las verdades absolutas"

Talentos creativos y experimentadores

Por Corneja, la clave es fomentar desde la formación los aspectos que diferencian a los humanos. "Somos seres emocionales, curiosos, y el que necesitamos somos ciudadanos críticos con todo el que los rodea, que no acepten las verdades absolutas". El especialista en innovación considera que la escuela tiene la clave para generar futuros trabajadores con cuatro características que resultarán esenciales: talento integrador para combinar los diferentes conocimientos, sensibilidad, creatividad y experimentación.

El remado de esta fórmula está con la capacidad para fabricar. "La creatividad no se puede quedar en la imaginación, puesto que, como humanos, tenemos la capacidad para hacer cosas con las manos". Corneja insiste que en el futuro nos será imposible competir con los robots para hacer ciertos trabajos, por el que apuesta para "encontrar nuestros talentos y multiplicar nuestras capacidades junto a las máquinas. Finalmente, recurre a la fórmula anglosajona G.R.I.T. porque nuestras capacidades sean productivas y sirvan para llegar al éxito: guts, resilience, initiative and tenicity. Es decir, tripas –siendo finos-, resiliencia, iniciativa y tenacidad.

uoc alfons cornella

Conferencia de Alfons Corneja durante la Jornada Anual Alumni de la UOC

Una industria desindustrialitzada

En su charla, Corneja, también ha analizado las características del que conocemos como 4a Revolución Industrial. Y, a diferencia de los procesos históricos anteriores, este golpe el proceso no va de sumar más fábricas, cadenas de montaje y procesos para multiplicar la producción. De hecho, el experto considera que, en esta revolución, la industria "se está desindustrialitzant". "La economía actual busca solucionar problemas, por el que está más orientada en la oferta de servicios en todos los sectores. La tecnología ofrece soluciones a problemas como doblar y planchar la ropa, hacer las compras cómodamente, fabricar motores que no se estropeen o, en el sector social, traducir en el momento el lenguaje de los sordos. En este contexto, la utilización e interpretación de datos resultan más esenciales que el objeto final".

La industria 4.0, pero, no es un proceso surgido de la nada. Es producto de los tiempos actuales, con un contexto que favorece la unión del mundo físico y digital para dar respuestas casi instantáneas a la demanda. Corneja explica cuatro de los cambios que han acabado para dibujar este camino:

  • Primero, un mundo en que los datos, la información y los objetos físicos se mueven a una velocidad insólita. "Si seguimos así, la próxima generación verá el mundo como una red de metro", asegura.
  • La reducción de la distancia que separa las ideas del mercado. "Casi todo el que imaginamos lo podemos convertir en realidad gracias a la tecnología, y, en muchos casos, con un precio de coste que nos permite la comercialización".
  • Los cambios sociales que ha traído una generación nativa digital. "La población logra los cambios tecnológicos y se los hace suyos de maneras inesperadas. Nadie pensaba que la cámara del móvil serviría para hacer selfies, pero es así como lo utilizamos", ejemplifica.
  • Finalmente, un mundo en que las posibilidades que alguien haga el mismo que nosotros, pero mucho mejor, son enormes. "Por eso el talento que necesitaremos no es tanto tecnológico como imaginativo. Al final, la tecnología no es más que un multiplicador de la imaginación", concluye.

"El talento que necesitaremos no es tanto tecnológico como imaginativo; al final, la tecnología no es más que un multiplicador de la imaginación"

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