La metrópoli ferroviaria de 7 millones: 10 nodos de innovación a una hora de Barcelona

Diseñar nuevas estaciones sobre la línea de alta velocidad reharía Catalunya como país y contribuiría a crear nuevas centralidades económicas

Uno de los trenes de Alta Velocidad que conectan Catalunya con Francia | ACN Uno de los trenes de Alta Velocidad que conectan Catalunya con Francia | ACN

La actualización del sistema de Mediana Distancia en Catalunya, diseñando nuevas estaciones sobre la línea de AV, construiría la metrópoli de siete millones a una hora de Barcelona. No se trata de diseñar movilidad por sí misma, sino de reforzar la galaxia de ciudades catalanas, un capital existente e histórico de país, como también hacerlo en una estrategia de modernización y de aspiración de futuro, todo un modelo de país.

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Más allá de Barcelona, ​​hoy sólo Lleida, Girona y Figueres operan de núcleos urbanos ligados por la Alta Velocidad ferroviaria. Tarragona y Reus no se pueden añadir por una situación no central de la estación de el Camp. Son sólo tres ciudades en toda Catalunya, o cuatro con la capital.

Sabemos que Catalunya es el centro de la Media Distancia a escala española en número de usuarios por encima de la fachada atlántica de Galicia o de cualquier otra región, Madrid incluido. A excepción de la Larga Distancia en la que esta capital protagoniza las inversiones radiales. Pero Madrid no puede crear en el vacío estepario una cercanía de ciudades a Media Distancia, como la que es Catalunya.

Las nuevas ciudades con estación regional en alta velocidad y vínculo con cercanías serían: Hostalric, Martorell, Vilafranca, El Vendrell, Reus, Tarragona y Aldea-Tortosa-Amposta, a las que se añadirían las comarcas vecinas

Imaginemos pues, no cuatro nodos, sino hasta diez o más. Las nuevas ciudades con estación regional en AV y vínculo simultáneo con Cercanías, serían: Hostalric, Martorell, Vilafranca, El Vendrell, Reus, Tarragona y Aldea-Tortosa-Amposta. A esta lista, sería necesario añadir todo el Vallès, con el Baix Llobregat y el Maresme. El Baix por las estaciones de El Prat y Martorell, el Vallès por el paso de los servicios regionales por el corredor prelitoral y el Maresme por el enlace con Barcelona y con Hostalric, al final de la línea de la costa. A este sistema habría que sumar Vic, Manresa e Igualada. Las dos primeras con la mejora de las líneas de Cercanías y su nuevo enlace con el corredor prelitoral por el Vallès e Igualada por la conexión con la AV en Martorell.

Estos diez nodos, con operaciones urbanísticas públicas en torno a las estaciones, generarían diez centralidades económicas, innovadoras, de irradiación. Interconectadas, pero relacionadas con su entorno, que incorpora espacio agrícola. Innovación significa dinamismo y capacidad de escalar desde una realidad presente.

Los datos del mundo productivo nos indican que esta Catalunya es más dinámica de lo que se conoce, más pequeña, sí, pero más ágil que el propio espacio metropolitano regional de Barcelona. Los datos muestran que dos tercios de la población del país, asentadas en Barcelona y entorno, han alcanzado sólo un tercio del incremento de valor añadido (VAB) industrial anual de 2019 respecto a los datos de 2006 en lo que es la mayor concentración manufacturera. Pero, en contraste, resulta que sólo un tercio de población del resto del país ha creado los dos tercios de valor incrementado total. Toca reconocerlo y potenciarlo. Es necesario, pues, integrar el conjunto urbano catalán y sumarlo al mismo peso de la capital.

Más lejos de los nodos directos de la AV aparece un segundo umbral de poblaciones que ganarían interrelación y presencia en una segunda línea. Podemos citar los casos de: Ripoll, Olot, Banyoles, Balaguer, Cervera, Tàrrega, Mollerussa, Valls, Sant Celoni, San Sadurní, Blanes-Lloret, Vilanova-Sitges, Santa Coloma de Farners-Amer, ... y se podría seguir enumerando .

La reestructuración e integración de Catalunya por vía ferroviaria reharía todo el conjunto del país. Constituiría la integración del clásico modelo de la Catalunya Ciudad

De hecho, la reestructuración e integración de Catalunya por vía ferroviaria reharía todo el conjunto del país. Y sería necesario atender también a los márgenes sin ganancia de proximidad, pero la cuota integrada supondría un verdadero salto de país. Constituiría la integración del clásico modelo de la Catalunya Ciudad. Si queremos superar la usual dislexia con la capital, podríamos hablar de la Barcelona país, o de la metrópoli de siete millones de habitantes, que resulta más interesante que las de cinco y tres.

 
 

Catalunya ferroviaria significa extensión ferroviaria, así como integración y jerarquía urbana, de ahí el interés de los regionales en AV, unos servicios que superen unas cercanías lentas y unos regionales de hace un siglo, con una reorganización sistemática del conjunto. Este cambio podría ser una buena respuesta al hecho denunciado en el anterior artículo "La derrota ferroviaria de Catalunya".

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