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INNOVACIÓN

El camino incierto de las startups

El contexto internacional paraliza las grandes apuestas de los fondos de inversión, pero abre otras oportunidades en el campo de la sostenibilidad

Los efectos derivados del conflicto bélico en Ucrania han vuelto a situar el mundo en un contexto de incertidumbre. Más allá del impacto humano y social de la guerra, este asunto vuelve a generar dificultades en las economías, muchas de ellas todavía desconectándose de la respiración asistida del COVID-19. Ahora bien, a pesar de los inconvenientes y las posiciones conservadoras de los grandes fondos de inversión, Barcelona expone los retos y las oportunidades de su ecosistema emprendedor.

El consistorio de la capital catalana, a través del programa de capital riesgo Barcelona Accelera, moviliza 400 millones de euros que se esparcen por 91 empresas y, a la vez, 3.000 puestos de trabajo. Los números no esconden la petición de la comunidad emprendedora para tener una legislación que deje competir, en igualdad de condiciones, con los grandes ecosistemas de Europa y el resto del mundo. En el marco de la tercera edición del Tech Spirit, algunas voces expertas ven la ley estatal de startups, que precisamente se tiene que acabar de validar hoy en el Congreso de los Diputados, como un buen punto de partida.

Més info: Catalunya acoge a más de 1.700 empresas extranjeras del ámbito tecnológico

Capacidad para regular el ámbito intangible

La nueva legislación garantiza beneficios fiscales para inversores y emprendedores, pero también otras facilidades para atraer y retener el talento. "La solución no viene solo por los recursos financieros, la clave es generar un buen entorno del negocio", plantea José Carlos García, presidente del Instituto de Crédito Oficial. En líneas similares se ha expresado José Bayón, máximo responsable de Enisa, quien ha advertido que uno de los retos de las leyes es regular "aquellos aspectos intangibles".

Uno de los puntos débiles del ecosistema catalán es la carencia de talento digital. En este sentido, Jordi Òliva ha instado a mirar el ejemplo de los Estados Unidos. "Hace treinta años, en Silicon Valley y las principales universidades, el mejor talento llegaba del extranjero. Si somos capaces de tener una buena fiscalidad, la gente vendrá aquí y no tendrá que ir a Finlandia", apunta el consejo delegado de l'Institut Català de Finances.

José Carlos García (ICO): "La solución no viene solo por los recursos financieros, la clave es generar un buen entorno del negocio"

En clave catalana, Òliva añade que el sector de la salud es una de las grandes oportunidades del mundo emprendedor. Hace unos días, un informe de Acció apuntaba que las empresas del digital health en Catalunya registran una facturación de 440 millones de euros. Buena prueba de esta bonanza es el hecho que los principales fondos de inversión del sector tienen representación u oficina propia en Barcelona.

Las nuevas demandas de los inversores

Sin aparcar el alto grado de incertidumbre a escala mundial, la comunidad situada alrededor del universo emprendedor observa un aspecto positivo: la sostenibilidad. "Ya no solo se nos pide una rentabilidad o retorno, los nuevos inversores tienen inquietudes para mejorar algo de la sociedad, explica Núria Zaragoza, directiva de Aldea Tech Fund.

De ejemplos para corroborar esta dinámica no faltan. Recientemente, el fondo soberano de Noruega ha determinado que sus inversiones vayan destinadas a firmas que puedan lograr el punto de neutralidad energética en el 2050. Solo para mesurar la incidencia de esta política, el organismo estatal del país escandinavo mueve 1,2 billones de dólares.

Imagen del Tech Spirit 2022 | Cedida 
 
 
Zaragoza añade que los inversores han entendido que, cada vez, la gente pide productos y servicios "más sostenibles y está dispuesta a pagar más dinero si hace falta". En algunas conversas a los pasillos de la Llotja de Mar, suyo del Tech Spirit, se interpreta como positivo el hecho que la legislación de las empresas emergentes contemple un paraguas legal por los nómadas digitales.