Abacus y El Hayedo, dos cooperativas cofundadoras de Grupo Clade

La cooperativa, receta por la crisis

La ocupación a las cooperativas catalanas crece y vuelve a niveles de antes de la recesión con los ojos puestos en la consolidación del modelo y la internacionalización

Las cooperativas disfrutan de buena salud. En contraste con la drástica caída de la ocupación durante la crisis , desde el 2008 las cooperativas han mantenido estable su capacidad para crear lugares de trabajo y resisten la crisis mejor que algunas empresas convencionales. En el segundo trimestre de este año, la ocupación creada por estas organizaciones ha llegado a 42.203 personas, con un aumento de 3.237, un 8,3% más respecto al trimestre anterior y un 9,5% respecto al año pasado, logrando la cifra más grande de ocupación en cooperativas desde el año 2007.

Actualmente en Cataluña hay 4.175 cooperativas y un millar de sociedades laborales, que conjuntamente generan 48.094 puestos de trabajo directos que suponen aproximadamente el 1,4% del total de la ocupación. Su volumen de negocio oscila entre el 3 y el 6% del PIB catalán con 4.621 millones de euros.

Con estas cifras, no es de extrañar que Clade, el primer grupo empresarial cooperativo de Cataluña , integrado por Abacus, Plana de Vic, Escuela de St. Gervasi, Blanquerna-URL, Grupo Cultura 03, Grupo Calidad, El Hayedo, Lavola y Sudara; celebre este lunes el décimo aniversario.

Empresas de personas para personas
"La ocupación del cooperativismo ha crecido porque la cooperativa es una herramienta para poder salir de una situación de paro", dice Perfecto Alonso, abogado de profesión y presidente de la Federación de Cooperativas de Trabajo de Cataluña que representa además de 3.000 de estas cooperativas.

Alonso se congratula por los datos y reivindica que el modelo "tiene una proyección no solamente en tiempo de crisis, sino que es un modelo para crear ocupación en todas las situaciones". Para el abogado, el disparo diferencial que ha hecho que la salud de las cooperativas sea fuerte se encuentra en la esencia y la misma definición de estas: "Las cooperativas son empresas de personas para personas".

"Cuando un empresario se jubila, desde la individualidad se plantean soluciones por los propietarios al coste del trabajador", dice Alonso, en cambio "cuando la decisión es colectiva los beneficios son colectivos". El director de la Federación asegura que "cuando la vinculación con la empresa es un salario por el tiempo de trabajo, el compromiso es diferente que si el proyecto es propio, por eso la cooperativa es como un hijo". Por este motivo, dice Alonso, "la capacidad de sacrificio al trabajo es mayor, pero también la creatividad y la dedicación, las capacidades se multiplican".

Esta opinión la comparte también Ramon Roig, director general de Clade: "La cooperativa es un modelo de empresa basado en las personas y que utiliza el capital para lograr sus objetivos. Por lo tanto, que da preferencia a las personas por ante el capital".

Los datos de ocupación de este tipos de empresas se explican por "las diferencias en el planteamiento de negocio", dice Roig. En el reciente periodo de crisis económica buena parte de las empresas han ajustado la cuenta de resultados por la vía de los despidos, con el objetivo de rebajar el gasto salarial, sin embargo "en el mundo cooperativo se ha velado o dado preferencia a otras alternativas, como una redistribución de los puestos de trabajo o ajustes por otras vías", afirma Roig.

Según el directivo de Clade, no es que las cooperativas tengan más resistencia: "Cuando las ventas caen porque cae el consumo, caen tanto por cooperativas como por sociedades mercantiles tradicionales-, pero sí que tienen una forma diferente de afrontar los tiempos de crisis. Y esto se trasllueix en la ocupación generada. Pero las cooperativas tienen las mismas dificultades que otras muchas empresas".

Diez años de trabajo y cooperativismo
El impulso de las cifras, pero, son resultado de años de trabajo. Según Roig, el grupo Clade, que este lunes celebra diez años de vida, se ha transformado "en forma y dimensión del negocio que se acoge, pero sigue fiel a sus principios: hacer proyectos empresariales pero con un claro respecto a unos valores y formas de hacer que encajan en el marco de la economía social. Valores como la participación de las personas a la empresa, de la responsabilidad social y en el afán de colaborar a través de la intercooperació entre diferentes proyectos empresariales".

Abacus, un caso de éxito
Uno de los fundadores e integrantes de Clade es Abacus. La cooperativa es líder en distribución de libros, bienes educativos, culturales y de ocio en Cataluña. Con más de 770.000 socios de consumo y 478 socios de trabajo, más de una treintena de locales repartidos por los territorios de lengua catalana y unos ingresos de 82'74 millones de euros el ejercicio anterior(2013), con un resultado limpio de 315.754 euros.

Para Miquel Àngel Oliva, director general de Abacus cooperativa, el reto de toda cooperativa es "conseguir una gestión que permita optimizar el gasto sin que afecte a la ocupación". Y en este sentido coincide con Alonso y Roig en que el compromiso de los socios de trabajo es capital a la hora de asumir esfuerzos en el salario, cosa que "en una sociedad mercantil convencional es muy difícil".

Oliva asegura que la crisis "está siendo muy larga y la caída del consumo nos ha afectado", pero aún así, ha sido "una oportunidad para generar ahorros y evitar redundancias". El directivo de Abacus cree que "la preeminencia de la persona respecto al capital es uno de los valores crecientes en la sociedad actual, como la apuesta por un consumo más responsable o los nuevos mecanismos de colaboración como la propiedad compartida". Por este motivo Oliva encuentra en el momento actual una oportunidad para "abrir los ojos cabe esta forma de hacer empresa más responsable y colaborativa". 

Salir de los tópicos creando ocupación con pasión
Las ultimas 100 cooperativas creadas con el acompañamiento de la Federación son de sectores emergentes, no en crisis. De hecho, expone Alonso que cada vez más emprendedores tecnológicos acuden a la federación para exponer sus proyectos, cosa que, según él, "ayuda a desvincular la idea de la cooperativa como un modelo de empresa ligado únicamente al sector agrario o a las iniciativas sociales".

Esto hace patente la afirmación de Alonso que los profesionales escogen el modelo cooperativo como modelo alternativo el empresarial, que él considera "caduco". "Hay gente que quiere trabajar como piensa, esto quiere decir convertir su pasión en un modelo de ocupación", dice Alonso y aclara que "de las habilidades personales se puede hacer una oportunidad de trabajo". Según Alonso, el modelo de las cooperativas no son un refugio en tiempo de crisis sino que en estas épocas es cuando "más se abren y se extienden".

Valores, este es el principio básico y más transversal del cooperativismo. Por este motivo cree Oliva que si "una propuesta empresarial escoge el modelo cooperativo sin tener presentes los valores, esta no será viable. El compromiso es la clave de la resistencia de las cooperativas en estos tiempos".

Oriol Amat, Catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universitat Pompeu Fabra, explica como se concretan estos valores: "En una cooperativa el objetivo es generar bienestar a los socios y despedir alguien será la última medida que se tomará". Aún así, si que se han producido, de despidos, en las cooperativas, "pero no eran socios", aclara Amat. El catedrático hace énfasis en que "en una empresa convencional, en una SANO, en los años buenos, los beneficios son por el empresario, a las cooperativas revierten en todo el mundo".


La vista puesta al futuro

Todo y los vientos adversos de la crisis, los retos de futuro de las cooperativas hacen crecer las buenas expectativas. "Ahora mismo se tiene que favorecer el modelo como alternativa porque sea más sólido y de calidad ", dice Alonso, y añade coincidiendo con Roig en que hacen falta "más cooperativas y más grandes, junto con una mejor capitalización".

En este sentido, el de la captación de fondo, las cooperativas cuentan con el apoyo de la Generalitat que, a través del Departamento de empresa y Ocupación, destinará cerca de un millón de euros a la segunda edición del programa aracoop para fomentar la creación y el crecimiento de empresas de economía social y cooperativa.

Pero donde los dos coinciden plenamente es en el hecho que hay que potenciar la internacionalización de las cooperativas para garantizar su futuro. Por eso la Federación de Cooperativas de Trabajo de Cataluña ya ha tomado contacto con cooperativas de Francia e Italia para "romper el mundo tradicionalmente endogámico en que nos hemos movido", dice Alonso.