Adiós clase mediana, adiós!

El 2018 ha continuado siendo el año de "el esto echa", de "la patada cabe adelante". Entre tipo de interés reales negativos, compras multimillonarias de deudas públicas y privados, y proclamas de todos los políticos que "el crecimiento era sólido" (se han cuidado bastante bien, sin embargo, de decir que España, o Europa , o el mundo iban bien), las ciudadanías de todos los países han continuado echando del consumo de bienes nacionales o no.

En España pienso que hemos vivido el último año del sueño en que nos sumieron las drogas del Banco Central Europeo (o de la animación al hecho que nos incitaron sus anfetes), todo esto convenientemente adobado por el Gobierno español y no cuestionado por la oposición, y el país se ha dedicado a echar la casa por la ventana creyéndose el que se le decía porque deseaba creer que todo el que se le explicaba era cierto. España se ha tragado que el mercado de trabajo mejoraba, a pesar de que los salarios reales no crecían; que el PIB aumentaba, aunque la productividad en relación a la población activa no lo hacía; que la sociedad avanzaba, aunque la tasa de pobreza iba hacia arriba del mismo modo que lo ha hecho la desigualdad; que la "sostenibilidad de las pensiones" suponía que las pensiones continuarán pagándose por los siglos de los siglos a los importes cotizados. Quedémonos con un dato como resumen del año: 33.000 millones de euros ha sido la cantidad que España ha pagado en intereses de su deuda pública.

"La crisis que empezó en el 2007 rebrotará de nuevo porque nada ha quedado resuelto y todo ha sido anestesiado"

En el 2019 pienso que tres serán los temas estrella a lo largo del año: las deudas público y privado que ya han llegado a sus límites físicos y que ya no contarán con compradores de último recurso: 230.000 millones de euros es la deuda que tendrá que emitir España, a ver quién compra y a qué precio; los balances de la banca que tendrán que ser adecuados a los precios de mercado de los activos que acumulan; y la guerra comercial y de divisas que, aunque la sangre no llegue al río, ocasionará sustos y tensiones por todas partes; y todo esto es una atmósfera en la cual la oferta continuará sobrepasando a la demanda, razón por la cual los ajustes de capacidad y plantillas se continuarán perfilando.

La crisis que empezó el 2007 rebrotará de nuevo porque nada ha quedado resuelto y todo ha sido anestesiado, o animado, según se quiera ver, por las anfetes suministradas por los bancos centrales. En consecuencia, limpiezas de déficits, absorciones bancarias, posibles finiquitos de deuda, reducciones de capacidad productiva y subocupación a la alza es el que puede esperarse. Adiós clase mediana, adiós!

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