Antropología del Mobile World Congress

Ya hace 13 años que Barcelona acoge el Mobile World Congress y cuando hablamos siempre comentamos cosas relacionadas con la tecnología y los negocios, pero quizás nos hemos parado poco a comentar las diferentes maneras que hay de visitar este gran congreso. Si paseamos con ojos de antropólogo, identificaremos bien rápidamente que el gran grueso de visitantes encaja en alguno de estos prototipos:

Los que han quedado

La gracia de un congreso de estas características es que está casi todo el mundo. Si te organizas bien en una sola mañana puedes quedar con los máximos responsables de siete u ocho empresas de tres continentes diferentes, algunas tan grandes que nunca te hubieran recibido y otros tan pequeñas que nunca hubieras ido. Pero está todo el mundo, y todo el mundo a venido predispuesto a hablar y encontrarse. Este perfil de congresista trae semanas preparando esta semana en Barcelona, y trae la agenda ya muy trabajada. Tiene una lista de gente con la que ya ha quedado, otra lista de gente concreta con la que quiere quedar sea como fuere, y todavía una tercera lista de temas por los cuales todavía no conoce nadie pero quiere aprovechar para descubrirlos y hacer al menos un primer contacto. Este es el tipo de congresista más profesional, y el que más lo aprovecha. Entre acreditación, hotel, viaje y dietas se dejará como mínimo 3.000 o 4.000 euros, pero son muy lavables y le sale por anticipado pues marchará con no menos de 20 o 30 reuniones hechas, y un montón de nuevos contactos y oportunidades. Por este perfil el congreso es bastante estresando, empalmando reuniones una última la otra con pocos ratos para pararse, pues tiene que aprovechar las oportunidades de hacer contactos y sólo tiene tres o cuatro días por el delante.

Los que reciben en casa

Se parecen mucho a los anteriores, que han quedado con mucha gente, pero con la diferencia que estos reciben en casa. Es decir, tienen su propio estand. A diferencia de los anteriores no hacen bastante con llevar a cabo muchas reuniones de trabajo, sino que además se sienten en la necesidad de demostrar algo: necesiten poder hacer demostraciones de sus productos, o satisfacer a sus clientes y hacerlos sentir muy atendidos, o confirmarlos que son una gran empresa... Su estrategia acostumbra a ser diferente del grupo anterior: los que han quedado traen una agenda bastante cerrada, en cambio estos que reciben en casa invitan a todo el mundo que pueden que los visite. Envían mails a todas sus bases de datos haciéndolos saber que estarán, intentan que la visita sea toda una experiencia, y hay que incluso ofrecen algún detalle si los visitas. Miden su éxito por el número de visitas que han recibido y el número de nuevas oportunidades comerciales que han conseguido (y que ya trabajarán más adelante). Acaban el congreso cansados de atender gente, y con ganas de estar unos días sin ver a nadie.

"La gracia de un congreso es que está casi todo el mundo. Si te organizas bien en una sola mañana puedes quedar con los responsables de siete u ocho empresas de tres continentes diferentes"

Los que esperan ser vistos

También tienen un estand propio, pero este es mucho más humilde. A veces es sólo una mesa y dos taburetes que tanto pueden estar alienados como cubicles, uno junto a la otra, en medio de los pasillos que conectan un pabellón con otro, como pueden estar guarecidos dentro de un estand más grande que ha montado alguien otro que los reúne, como por ejemplo su país (hay estands de casi todos los países, también de España y Cataluña). Estos que esperan ser vistos combinan los dos modelos anteriores: miran de recibir tanta gente como pueden (pero normalmente están bastante sólo a su taburet) y lo complementan quedando también con tanta gente como pueden (y yendo a visitarlos al estand donde estén). Acaban el congreso absolutamente agotados.

Los exploradores exhaustivos

Quizás han quedado con alguien, pero el que realmente vienen a hacer es a mirar todo el salón de manera exhaustiva. Empiezan por un lado y van tirando sin saltarse nada. Lo miran todo, lo preguntan todo, lo quieren saber todo, y miran de entrar en todas partes. Algunos estands tienen zonas de acceso restringido (para tener reuniones más confidenciales) y ellos sacan la nariz igualmente por si fuera una zona de demostraciones o hubiera algún producto innovador que encara no se enseña a todo el mundo. Hay que tener tiempo y paciencia, pero también una cierta actitud honestamente curiosa, pues a menudo te explicarán cosas que directamente eres incapaz de entender. Este perfil mide su éxito por la cantidad de cosas nuevas que ha descubierto, y sobre todo aprendido. El congreso se los hace corto y el disfruten todos y cada uno de los días.

Los que enflairen

Son como los exploradores, pero sin ser tan exhaustivos. Se dejan guiar más por la intuición y acostumbran a tener una obsesión concreta que los ordena. Por ejemplo, se interesan en concreto por aspectos relacionados con la salud, o con la movilidad, o con alguna otra industria o aspecto en concreto, y si sospecha que el que tiene delante no tiene demasiado a ver con su foco de interés lo deja correr, cosa que el explorador exhaustivo no hubiera hecho. Buscan novedades específicas de su ámbito, y su éxito consiste a descubrir cosas relevantes por su sector concreto. Como mucho hacen bastante con un par de días, y el resto del tiempo lo dedican a mirar de asistir a alguna conferencia o visitar Barcelona.

Los que quieren entender

Tienen la esperanza de entender por donde va el mundo, cuáles serán las tendencias y cómo están evolucionando las industrias. Es una mirada generalista habitual por ejemplo en consultores, políticos o periodistas (y no es ningún comentario peyorativo). Cuando te los encuentras te preguntan si has visto algo interesante y qué es tu impresión general. Este perfil raramente viene a la ciudad sólo por el congreso, y aprovecha para hacer relaciones públicas y visitar contactos o clientes que probablemente no tienen nada que ver con el congreso. Su balance del viaje acostumbra a incorporar cosas que no tienen nada que ver con el congreso y, por lo tanto, desarrolla agenda propia además de este certamen.

Los que pasean

Acostumbran a ser de aquí (catalanes o españoles) y no tienen ningún tipo de agenda organizada más allá de ir a saludar a quien los ha invitado (pues ellos no hubieran pagado nunca el acceso al congreso, que encuentran carísimo). Pasean andando despacio y sin poder evitar una expresión que delata que lo encuentran todo muy grande. Normalmente hacen bastante con una mañana o una tarde, a pesar de que están contentos de haberlo podido ver.

Todos ellos son básicamente hombres, por eso nos hemos referido a todos siempre en masculino. Una parte muy significativa trabaja al sector de las telecomunicaciones, a pesar de que aumenta mucho el número de representantes otros sectores, y la mayoría de conversas son técnicas. El congreso tiene todo el sentido pues, en contra del que podría parecer, los autores de esta tecnología prefieren quedar y verse las caras al menos un golpe al año. Es normal, pues por mucho que los envuelvas con bits y chips, siguen siendo personas.

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