Emergencia, contención y adaptación

Estamos en medio de una crisis sanitaria que está amenazando no sólo la salud y la vida de casi toda la población mundial, sino que también está afectando todo lo que hacemos, sea social, cultural o económico. Todo el mundo ha entendido la gravedad de la situación y se están tomando medidas extremas, confinando a la población y parando la actividad. En medio de esta gravedad toca dibujar escenarios y tomar decisiones, y para poder hacerlo lo primero que necesitamos entender es el tempo del problema y cuáles serán sus etapas.

"No es ninguna locura imaginar que estaremos en condiciones de emergencia, cada vez más controlada, hasta septiembre"

Muy probablemente esta crisis tendrá tres etapas, y estamos en el centro de la primera: la emergencia. El problema nos ha estallado en la cara y debemos reaccionar. Nadie estaba preparado y hay que gestionar la situación como se pueda. Toca ser contundente y decidido, no hay demasiado tiempo para debates ni reflexiones sofisticadas. Lamentamos todo lo que deberíamos haber preparado y previsto pero ya no estamos a tiempo. Todo el mundo ayuda y aprendemos sobre la marcha. Esta situación se prolongará hasta que la emergencia vaya quedando bajo control y de manera progresiva se vaya levantando el confinamiento para ir intentando recuperar la actividad. No es ninguna locura imaginar que estaremos en condiciones de emergencia, cada vez más controlada, hasta septiembre.

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Una vez superada la emergencia vendrá la segunda etapa: la contención. Incorporaremos las condiciones que sea necesario cumplir para poder volver a la actividad. Habremos parado el golpe pero aún no tendremos ninguna vacuna que nos permita erradicar el riesgo, así que viviremos bajo la amenaza de un rebrote, un nuevo episodio, una nueva emergencia. ¿En qué condiciones podremos volver a la actividad? ¿Habrá que tomar la temperatura a quien quiera acceder a un edificio corporativo? ¿Habrá que dejar dos metros entre mesa y mesa en los restaurantes? ¿Nos dejarán probar la ropa en las tiendas? ¿Habrá que desinfectar cada día las aulas de los colegios? ¿El personal de atención al público deberá certificar que ha hecho una formación específica por el tema Covid?... Necesitaremos instrucciones, protocolos y certificaciones para poder volver a ponernos en marcha, y el resultado será que las condiciones de trabajo no serán las normales. En algunos casos serán condiciones difíciles, y en todos los casos las condiciones serán más caras. Y esto podría durar hasta que tengamos la vacuna o el remedio que nos garantice que el riesgo está bajo control. Hay quien habla de tener la vacuna en 20 meses. Si lo logramos será un éxito increíble de la investigación biomédica de todo el mundo a contrarreloj. Pero esto significa que todo el 2021 lo deberemos defender bajo unas condiciones de trabajo complicadas y excepcionales. Si queremos tener algún tipo de actividad este septiembre u octubre sería deseable que ya en julio nos indiquen cuáles serán las condiciones que hay que cumplir y poder tener el margen para prepararnos.

"Si queremos tener algún tipo de actividad este septiembre u octubre sería deseable que ya en julio nos indiquen cuáles serán las condiciones que hay que cumplir y poder tener el margen para prepararnos"

Una vez tengamos la deseada vacuna, o alternativa, entraremos en la tercera fase, que será un escenario totalmente diferente en el que deberemos buscar cuál es nuestro lugar: la adaptación. El proceso será claramente recesivo, habrá cierres de actividad, pérdida de puestos de trabajo, empobrecimiento, pero también es justo hablar de oportunidades ya que habrá un montón de cosas que deberán ser repensadas. Las propuestas turísticas, el mundo de la educación, los servicios socio-sanitarios, el pequeño comercio, la investigación, el ocio… todo constituirá un nuevo escenario que puede llevar a repensar las propuestas de valor, modificar las ventajas competitivas, merecer nuevas ideas y provocar nuevos liderazgos. Este podría ser el escenario a partir de 2022, en el cual deberemos ir pensando y trabajando si queremos llegar un poco ordenados. Cuando nos decían que las cosas cambian muy deprisa no podíamos imaginar que fuera tan radicalmente cierto.

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