De autopistas, trenes y otras genialidades

Hace muchos años, más de diez, escribí un artículo en el que proponía olvidarnos del Corredor Mediterráneo y optar por la vía que el presidente Colina había escogido para inaugurar Tv3. Echar por el derecho y hacerlo nosotros. Siempre he pensado que esperar los otros cuando las necesidades son, principalmente, tuyas, te obliga siempre a avanzar a la velocidad del más lento. Si, encima, en el grupo hay gente que tiene interés mínimo -y voluntad de boicotear- entonces no se llega a en ninguna parte. Y este es el caso del famoso Corredor Mediterráneo. Yo sugería que Ferrocarrils de la Generalitat hubiera tenido que empezar a construir una vía de ancho europeo para carga -no por viajeros- hacía años. Humildemente, diez kilómetros cada año. En dieciséis años plantados en la frontera francesa. O hacer una concesionaria. Bien, ahora ya seriamos.

Hay varios motivos por los cuales esta vía no se ha construido. Uno ha sido la desidia y el boicot del gobierno español. El otro, la falta de fe en el ferrocarril que ha habido, hasta hace poco, en Catalunya. Recuerden que durante decenios nos dedicamos a destruir vías de tren: el que iba a Sellent, el Reos-Salou, el de Sant Feliu de Guíxols, el de Olot, etc. Todo lo que una burguesía había construido, el estado y los ayuntamientos lo destruyeron... en nombre del progreso! En resumen, poca visión y demasiado toca tambores. Pero entre las otras muchas razones para no construir esta vía de carga hasta la frontera ha sido la existencia de la autopista AP-7. Una concesión que tenía que recuperar la inversión lo más rápidamente posible y que observaba el tren cómo el competidor enemigo. El hecho es que, ahora, nos encontramos con una autopista rellena de camiones que transportan material que podría viajar en tren. ¡Y lo hacen gratis!

Todo lo que una burguesía había construido, el estado y los ayuntamientos lo destruyeron... ¡en nombre del progreso!

Siempre he mantenido que las autopistas tienen que ser de peaje cuando el territorio es de paso. Me explico. Al Reino Unido es normal que sean de balde -a no ser que el gobierno quisiera recaudar. Todo el mundo con sus impuestos financia, allí, unas autopistas que solo utilizan los británicos o que, cuando los utilizan extranjeros se trata de camiones o particulares que tienen el origen o el destino en alguna empresa o cliente británicos. Gaste quien gaste la autopista, siempre se beneficia algún contribuyente británico - empresa o particular.

No es el caso de los otros países continentales. Cojan Alemania donde las autopistas eran, antes, de balde. Al prever que Polonia entraría a la Unión Europea, se dieron cuenta de que la mayoría de los camiones polacos gastarían autopista alemana pasando de largo. Y otros camiones otros países pasarían de largo para transportar materiales cabo o desde Polonia. Entonces quisieron poner peajes solo a los vehículos extranjeros. Lógicamente, la Comisión Europea tumbó la idea puesto que, en un mercado único, tienes que tratar del mismo modo al usuario y consumidor extranjero cómo el propio. No se puede discriminar. Entonces se inventaron un sistema de peaje solo para camiones - propios y extranjeros; todos ellos. El tema aconteció sofisticado y lo conozco porque la empresa donde yo trabajaba es la que lo implementó.

Es una idea tanto simple que parece mentira que cueste de entender: si un bien público lo gastan solo los que pagan impuestos en aquel territorio, entonces se puede financiar con impuestos - por ejemplo, la escuela pública. Si un bien público lo gasta gente que va de paso, entonces lo tiene que pagar el que lo utiliza. Oi que parece fácil de entender? Pues no. Los catalanes no lo entendemos y hemos trabajado de hace años para tener autopistas gratuitas por una característica puramente mediterránea: si al resto de España no las pagan, nosotros tampoco! Y cómo que pedir que se paguen a en todo España, denunciando el drenaje fiscal de , Catalunyahace de insolidario universal, entonces nos hemos apuntado al peor. ¡Queremos ser como los españoles!

El tema ha tenido ventajas políticas: es populista. ¡Autopistas gratuitas para el pueblo! Y es así que la Generalitat tampoco ha introducido peajes en el Eje Tranversal. Ahora que se han acabado muchas concesiones, todos contentos. Y, en ninguna parte de mantener los peajes y recaudar un dinero útil - recuerden que el 2024, por mandato europeo, los peajes se tendrán que reintroducir - se ha optado para desmontarlos. Lógico. O sea, pedimos dinero a la UE porque vamos cortos de chaleco y somos el único país europeo que tiene las autopistas de balde. Pero, ¿qué me dicen del rédito electoral? Las elecciones españolas son el 2023 y el gobierno español figurará que ha hecho que a la Catalunya gente viaje de balde por las autopistas. Y el año siguiente (2024) la UE nos aplastará la guitarra. ¡Malvados! Claro que, entonces, todavía faltarán tres años para las siguientes elecciones y, al fin y al cabo, los malos serán los europeos. ¿Quién había dicho que la democracia se la carga la extrema derecha al practicar el populismo?

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