Para ser digital hay que ser clásico

Cada vez está más claro que el verdadero significado de la palabra digitalización tiene poco que ver con la tecnología y mucho con las maneras de hacer. Cuando dicen que toca ponerse al día en verdad no se refieren a informatizar las cosas, sino a hacerlas de otra manera, más eficiente, más rápida y más adaptada al cliente. Muy a menudo este tipo de mejoras pasan por aprovechar el potencial de la tecnología, pero lo realmente crítico siempre está en lo humano, en la manera de organizarse y en la toma de decisiones.

No hay certezas, nadie tiene la seguridad de qué es lo que hay que hacer, así que el truco consiste en probar cosas. Probar cosas pragmáticas, orientadas a resultados concretos, sin asumir demasiados riesgos y sin cesar. Probar y probar. Las empresas modernas prueban muchas cosas y lo hacen con mucha agilidad. Pruebas pequeñas que puedan ser evaluadas muy rápidamente, porque lo realmente caro de equivocarse al probar algo es darse cuenta demasiado tarde de que no funciona. El nuevo paradigma es que la distancia entre pensar una cosa y estar probándola sea de pocas semanas, en vez de los meses y a veces años que tardábamos antes. Si te dicen que Facebook puede ser un buen sitio donde anunciar tu negocio, pruébalo. Se puede hacer por menos de 20 euros y en menos de dos horas. Pruébalo, y hazlo varias veces. 300 euros pueden ser una decena de pruebas distintas. Y luego opinamos sabiendo de qué hablamos. Si no funciona, lo descartamos. Y si hay indicios, seguimos probando.

Lo crítico no va a ser cuánto sabes de Facebook, Google o Instagram. Lo crítico va a ser si estás dispuesto a probarlo, y hacerlo varias veces porque la primera vez no sabrás hacerlo, la segunda lo harás mal y la tercera no va a funcionar. Así que dependerá de tu actitud, y de que te dejes acompañar por alguien que realmente esté a tu lado para ayudar, y no para hacerte sentir mal por si sabes más o menos de esto o aquello. Explorar acompañado siempre es mejor que a solas, así que las grandes armas para la digitalización no son las herramientas sino la actitud y la compañía.

Pero no debes hacer caso de los indicadores con los que nos marean los pseudo-expertos digitales; que no te engañen, tú sabes mejor que nadie cuáles son los verdaderos indicadores de tu negocio

El otro gran truco de la digitalización es la métrica. Todo se puede medir y queda bastante claro lo que va mejor y lo que va peor. Pero no hay que hacer caso de los indicadores con los que nos marean los pseudo-expertos digitales. Que no te engañen, tú conoces mejor que nadie cuáles son los verdaderos indicadores de tu negocio. Nada de número de visitas, número de likes o páginas vistas. La métrica real ya la sabes: tiempo de respuesta, número de clientes, coste de producción, facturación… Mídelo todo, mide cada una de las pruebas que hagas, pero mídelo siempre de la manera más tradicional posible.

Y ya que no andamos sobrados de recursos, no gastes dinero en herramientas que no hayas comprobado previamente y de una manera clara que realmente te funcionan. Duda si alguna de esas pruebas te pide que previamente compres programas informáticos o equipos concretos, e intenta que esas pruebas iniciales estén más en el capítulo de gastos que en el de inversiones. Más adelante, después de las pruebas, ya harás lo que haga falta.

Al final resulta que lo digital es bastante más tradicional de lo que parece: pon al cliente en el centro y trata de ser más ágil, y para ello prueba cosas minimizando los riesgos y siempre con una clara orientación a resultados medibles. Parece sencillo, pero cambiar nunca ha sido fácil.

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