La pandemia continúa campando por nuestras vidas, afectando gravemente a la salud y provocando la muerte de miles de personas. La pandemia también está acabando con miles de pequeñas empresas y llevando al paro a miles de trabajadores y trabajadoras. No sólo destruye empleo sino que profundiza en la precariedad de nuestro mercado de trabajo. La temporalidad, la parcialidad no querida y la pérdida de poder adquisitivo de todas las personas en ERTE hacen crecer las bolsas de pobreza. La desigualdad que provocó la gestión de la crisis anterior se ha disparado.
En este año 2021, tenemos esperanza. En primer lugar, la vacunación nos permitirá progresivamente controlar la enfermedad. En segundo lugar, los programas de inversiones acordados en el seno de la UE (fondo de reconstrucción Next Generation) pueden significar un impulso estratégico para cambiar el modelo económico y productivo del país.
El sindicato sabe que, para aprovechar las oportunidades de una nueva etapa y corregir los efectos de la pandemia, tiene que impulsar la acción política hacia un modelo de sociedad con trabajo digno y mejores derechos de ciudadanía.
"Se hace necesaria una fuerte alianza social donde el sindicato tiene que actuar como motor de la movilización para construir un gran pacto nacional por la reconstrucción del estado de bienestar"
En este sentido, se hace necesaria una fuerte alianza social donde el sindicato tiene que actuar como motor de la movilización para construir un gran pacto nacional por la reconstrucción del estado de bienestar, reforzando sus pilares fundamentales, que en la crisis se han mostrado clave para sostener la vida y el funcionamiento de la sociedad. Hay que reforzar la salud, la educación y la protección social. El fortalecimiento de los servicios públicos y las condiciones de trabajo de la función pública hacen efectivos los derechos esenciales. Pero no tendremos mejores servicios ni derechos efectivos sin una reforma del sistema fiscal para que todas las personas podamos contribuir a la hacienda común de una manera más justa y solidaria, pagando más quien más tiene y más gana.
También queremos que la sociedad reconozca el valor justo de los trabajos esenciales que prestan los trabajadores y sobre todo las trabajadoras más precarias. Las personas que garantizan el abastecimiento de alimentos y de bienes de primera necesidad y las que se dedican al cuidado de las personas se han jugado y se juegan la salud y la vida en esta pandemia. Estos trabajos que no sustituiremos por teletrabajo ni por robots necesitan ser reconocidos con mejores condiciones de trabajo y salario. Fortalecer los trabajos dignos. Por eso se hace imprescindible recuperar los equilibrios que rompieron las reformas laborales en el mundo del trabajo. El trabajo digno y muy valorado necesita la derogación de las reformas laborales.
"No tendremos mejores servicios ni derechos efectivos sin una reforma del sistema fiscal para que todas las personas podamos contribuir a la hacienda común de una manera más justa y solidaria, pagando más quien más tiene y más gana"
Por último, CCOO quiere ser un activo para la reconstrucción de la economía y para la transformación del modelo productivo, sabiendo que es imprescindible nuestra actuación para garantizar procesos de cambio con transiciones justas que no signifiquen un aumento del paro sino una mejor ocupabilidad de la juventud, principalmente.
La digitalización, la economía circular para luchar contra el cambio climático, la feminización del trabajo y los trabajos dignos para incrementar las cuotas de igualdad y de justicia social, necesitan un compromiso político y social, un gran pacto de país, que revierta en el conjunto de la ciudadanía y sobre todo en la clase trabajadora catalana.