Europa persigue la inteligencia artificial

Después de leer la estrategia de la Comisión Europea para los datos y la inteligencia artificial -que se ha presentado este miércoles- recuerdo un paralelismo que he ido empollando los últimos años: en cuanto a tecnología digital, la mayoría de empresarios y políticos que nos rodean son como perros persiguiendo coches. Los encalzan con vehemencia porque consideran que son importantes y que hay que atraparlos, pero cuando los coches se paran, los perros no saben qué hacer.

 

 

"En cuanto a tecnología digital, la mayoría de empresarios y políticos que nos rodean son como perros persiguiendo coches"

La estrategia que ha presentado la Comisión contiene estas persecuciones:

"Nuestra tecnología será abierta, justa, diversa, democrática y segura".

"Pondrá ante las personas y será fiable, fomentará una sociedad abierta y democrática; una economía vibrante y sostenible".

"Tenemos que atraer y mantener el talento; hay que crear complicidades y generar confianza".

"Protegeremos a los consumidores, lucharemos contra las prácticas desleales y mantendremos la privacidad".

"Cuando se trate de salud, policía o transporte, los algoritmos tendrán que ser transparentes y garantizar la supervisión humana".

"Crearemos un verdadero espacio europeo de datos, un mercado único. Desbloquearemos los datos que no se utilizan y permitiremos que fluyan libremente en beneficio de las empresas, los investigadores y las administraciones públicas".

Todo ello va acompañado de miles de millones de euros: 20.000 millones anuales por la estrategia, y hasta 6.000 millones para el espacio europeo de datos.

La Comisión ha estado muy bien asesorada porque ha sabido ver qué hace falta para encontrar un lugar diferente al que representan los competidores más importantes: los EEUU y China. Las diferencias se resumen en tres puntos que se han destacado en la presentación del miércoles:

  • Una tecnología al servicio de la gente.

  • Una economía justa y competitiva.

  • Una sociedad abierta, democrática y sostenible.

A menudo he defendido la necesidad de legislar sobre sociedad digital, porque no hacerlo significa depender totalmente de la buena voluntad de los empresarios y los políticos de turno. La nueva estrategia europea incluye legislar y es una noticia excelente. ¿Cómo será la regulación? Esta es la gran pregunta ahora mismo.

Més info: "En la tienda me conocen"

Hay muchas maneras de decir cómo tienen que ser las cosas para que estén al "servicio de la gente". Europa, en el pasado, nos ha demostrado como lo digo. ¿Cuántas veces habéis aceptado hoy las cookies? Qué hemos hecho con las cookies es un indicio de la visión que, hasta ahora, Europa ha demostrado a la hora de "proteger al consumidor".

"Junto con la salud, el coche autónomo será uno de los cambios más bestias que vienen gracias a la inteligencia artificial"

Quizás preferimos no hacer reglas de tres con el caso de las cookies y queremos creer que en Europa hemos aprendido algo. Pues bien, la nota de prensa de la presentación de la estrategia de la Comisión me hace pensar que no hemos aprendido demasiado. Continuamos con la idea de fondo de que, si es digital, es sospechoso. Hay que leer entre líneas.

Hablan de "una conducción más segura y menos contaminante gracias a los coches conectados". No osan hablar de los coches autónomos, soltando un tímido "conectados". Junto con la salud, el coche autónomo será uno de los cambios más bestias que vienen gracias a la inteligencia artificial. Todo el mundo coincide que llegará, pero no se sabe cuándo. ¿Quizás 10 años? ¿Serán 20? A la hora de medir el ritmo de los cambios digitales, podemos recordar que el primer navegador comercial, el Netscape, sólo tiene 25 años y el móvil pronto hará 14. De los 25 años que hace que podemos navegar, los 10 primeros fue una cosa sólo para sabelotodos. Cómo ha cambiado todo en sólo 15 años, ¿no créeis? Pues ahora imaginad qué puede llegar a pasar en sólo 15 más.

Más adelante, al hablar de inteligencia artificial para la salud, la policía y el transporte (otra vez los coches), dicen que se tendrá que garantizar "la supervisión humana". ¿Esto significará que tendremos que aceptar cookies sospechosas cada vez que subimos al coche? O cuando cambiamos de ruta. Exagero, lo sé, pero si 10 años atrás digo que regularíamos las cookies tal como lo hemos hecho, también habría creído que exageraba.

El estilo de las regulaciones europeas, hasta ahora, ha hecho que sea muy cierta la frase de Andrés Pedreño, catedrático de economía aplicada y exrector de la Universitat d'Alacant: "En Europa es más fácil dar un riñón que ceder datos de salud anonimizadas para mejorar la inteligencia artificial". Nuestro continente está lleno de tecnocínicos y dadafóbicos, cosa que hace que las empresas tipo GAFAM (Google, Amazon, Facebook, Apple, Microsoft) simplemente no existan en Europa. Nuestros motivos son culturales e incluso, a veces, también parecen religiosos. Le pido a Pedreño qué le parece la nueva estrategia de la Comisión, y me pasa un fragmento de la introducción de un libro en el cual trabaja. Me gusta tanto que le pido permiso para hablar aquí:

Pedreño dice que la inteligencia artificial es algo comparable a cuando los sápiens empezamos la explotación del fuego. Podemos imaginar una tribu tratando de manipularlo y dándose cuenta que el fuego quema y mata. El brujo de la tribu considera que tiene que proteger a la comunidad de los males del fuego. Despliega rituales evocando los dioses, que le revelan cómo administrar el poder del fuego. El control del fuego pasa a ser una cosa exclusiva del brujo y de los iniciados que los dioses le revelan. En las tribus vecinas del oriente y del oeste asumieron el riesgo de quemarse. De hecho, hubieron accidentes al principio, pero aprendieron juntos hasta encontrar más beneficios del fuego que no inconvenientes. El fuego es una herramienta colectiva, cada vez tiene más usos y las experiencias sirven para minimizar los riesgos.

"Nuestro continente está lleno de tecnocínicos y dadafóbicos, cosa que hace que las empresas tipo Google, Amazon, Facebook, Apple o Microsoft simplemente no existan en Europa. Europa es la tribu del brujo"

Europa es la tribu del brujo.

Nos viene de atrás. Andrés Pedreño cita al filósofo y antropólogo Paul Ricoeur, que calificó a Marx, Nietzsche y Freud como "filósofos de la sospecha", cosa que me conduce hasta Elvis Presley:

"We can't go on together

With suspicious minds (suspicious minds)"

Se me ocurre que, quizás, los perros no persiguen los coches porque les parecen algo importante, sino porque sospechan que son peligrosos. Y por eso, cuando se paran, no hacen nada.

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