El efecto incentivador de los fondos Next Generation EU

Con el mecanismo Next Generation EU, la Comisión Europea quiere reactivar la economía de los países más afectados por la crisis de la COVID-19 de cara a construir un nuevo futuro. Y lo quiere hacer financiando reformas y proyectos de inversión que sean innovadores, transformadores, disruptivos, escalables y con impacto a largo plazo sobre el crecimiento, la ocupación, la economía y la sociedad.

Ahora bien, no partimos de una buena situación en España en cuanto a la inversión pública en proyectos de innovación.

Por un lado, Grecia y Polonia superan por primera vez la inversión en I+D de España, según el último informe​ de la Fundación COTEC. Nos distanciamos en caída libre del podio. El año pasado, el gasto en I+D en España supuso el 1,25% del PIB español y el 1,4% del PIB en el caso de Catalunya, muy lejos del objetivo europeo del 3% y todavía más alejado de los países que encabezan el ranking a nivel mundial cómo son Israel (4,9%), Corea del Sur (4,2%), y Suecia (3,3%).

"No partimos de una buena situación en España en cuanto a la inversión pública en proyectos de innovación"

Por otro lado, los datos relativos a la capacidad de ejecutar los fondos públicos de España en los últimos años también son alarmantes: sólo se han ejecutado un 34% de los fondos planificados por el periodo 2014-2020. Aquí también nos situamos en la cola de Europa. Con estos datos, uno de los principales retos a los que se enfrenta el Gobierno central es como gestionar hasta 140.000 millones de euros del mecanismo Next Generation EU en seis años (2021-2026), que equivale a cuatro veces más de los fondos asignados en el periodo anterior. El riesgo de no ser capaces de gestionar todos los fondos en este intervalo de tiempo es evidente y muy preocupante.

Si queremos revertir esta situación, hacen falta medidas contundentes. Para mejorar el ratio de fondos ejecutados, hay que facilitar el acceso a los fondos europeos en las pequeñas y medianas empresas, y esto pasa para agilizar los procedimientos administrativos, llevar a cabo reformas legales y digitalizar al máximo el proceso de presentación, ejecución y validación de proyectos.

Para reforzar la economía territorial hay que hacer una apuesta clara para acercar los fondos europeos de recuperación a las pymes, que son más del 99% de nuestro tejido empresarial. Hace falta que las convocatorias se diseñen pensando en los proyectos y particularidades de las pymes y no caer en la trampa de hacer convocatorias sólo dirigidas a grandes empresas que tienen una mayor capacidad para gestionar proyectos de importes más elevados.

Para mejorar nuestra posición competitiva, hay que impulsar la re-industrialización y fomentar la innovación tecnológica. Tenemos que facilitar el camino a las empresas de alta tecnología para que puedan invertir en proyectos de I+D que permitan la atracción de talento, la creación de puestos de trabajo cualificados y mejoren la competitividad del país. La Comisión Europea ha dejado muy claro que estos fondos no tienen que ir dirigidos a mejorar infraestructuras ni a llevar a cabo actuaciones paliativas sino que tienen que invertirse en proyectos disruptivos que impulsen la transición ecológica, la transformación digital y la competitividad industrial.

Los sectores más beneficiados serán las energías renovables (hidrógeno verde), la movilidad sostenible y conectada (vehículo eléctrico), la conectividad digital (5G), la eficiencia energética y la industria 4.0 (ciberseguridad, inteligencia artificial, IoT, salud inteligente).

"La Comisión Europea ha dejado muy claro que estos fondos no tienen que ir dirigidos a mejorar infraestructuras ni a llevar a cabo actuaciones paliativas sino que tienen que invertirse en proyectos disruptivos"

El Mecanismo de Recuperación y Resiliencia pone la mirada a medio y largo plazo, pero muchas empresas necesitan un apoyo más inmediato. Complementariamente al mecanismo de recuperación, hace falta que las Administraciones Públicas impulsen nuevas convocatorias de ayudas o que refuercen las que ya funcionan y que tienen una ejecución más rápida, que tienen que servir para estimular aquellos sectores más perjudicados por la crisis, como es el caso del Turismo.

La gestión de proyectos europeos es una carrera de fondo, un reto que hay que afrontar con preparación, equipados y muy acompañados. Las empresas que quieran optar a los fondos europeos de recuperación tendrán que elaborar su plan de inversiones para los próximos años priorizando proyectos que tengan impacto en toda la cadena de valor de su sector o ecosistema, que tengan un efecto multiplicador sobre la inversión privada y que cuenten con un liderazgo claro y alianzas publicoprivadas que garanticen la sostenibilidad a largo plazo.

Desde la Cambra, queremos asesorar las empresas en la preparación de buenas propuestas de proyectos competitivos, poniendo en valor nuestra experiencia gestionando proyectos europeos durante más de 10 años. Queremos que estos fondos europeos lleguen a las empresas y las ayuden a ser más innovadoras, sostenibles y competitivas en el mercado global.

Ahora es la hora de dar paso a la ambición y al optimismo. Los fondos Next Generation EU serán una oportunidad única si sabemos aprovecharla.

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