Futuro. En que convendría centrarnos (II)

Si lo recuerdan, la semana pasada hice una pequeña lista de los subsectores del sector servicios catalán. Pretendía compararlo con el francés. De allí se deducían muchos aspectos en los que podíamos mejorar si pretendiéramos, por ejemplo, aproximarnos a Francia -cosa que no estaría nada mal-. Hoy sugiero dar un vistazo a como está distribuido el sector industrial catalán. Aunque, en determinados aspectos, las fronteras entre servicios e industria no están claras. Sobre todo cuando se habla del mundo digital y de la creciente digitalización de la industria. O en sectores como el agrícola donde, si queremos avanzar convenientemente, no basta con cosechar fruta. Hay que procesarla (ergo, industrializar el campo).

Con el objetivo de avanzar eficaz y positivamente ¿por qué no aprovechamos aquello en lo que somos fuertes hoy en día? Enlazo con el artículo de la semana pasada: lo mejor que podemos hacer, antes de que nada, es conocernos. Miren el gráfico siguiente.

% Facturación de los subsectores del Sector Industria (100%)

Fuente: Informe anual sobre la industria en Catalunya (2019), Departament d'Empresa i Coneixement.

Ya les advertí que estos artículos (el de la semana pasada y este mismo) no pretenden constituir ningún estudio erudito. Simplemente persiguen poner sobre la mesa una realidad sobre la que reflexionar y ver de que podemos sacar provecho. Puro sentido común. Perdónenme la simplificación, pero en nuestro país la sofisticación acostumbra a ser excusa por, al final, no hacer nada.

Catalunya podría avanzar notablemente si fuéramos capaces de aunar la unidad de acción transversal

Pues bien, cogiendo este gráfico y la lista del Sector Servicios detallada en el artículo anterior, me atrevo a hacer una lista mixta de áreas o sectores de actividad en los que, dada la importancia en volumen de facturación, cantidad de gente utilizada, habilidades demostradas y demandas de futuro, Catalunya podría avanzar notablemente si fuéramos capaces de aunar la unidad de acción transversal. Impulsada por los gobiernos correspondientes con los recursos financieros que podrían ser invertidos durante los próximos años -utilizando correctamente los fondos NextGen, por ejemplo-. En resumen, no utilizar el dinero para querer hacer entrar el clavo por la cabeza. Mejor invertirlo en aquello que podemos destacar.

  • Agro-alimentario. Combinar el territorio, los buenos productos agrícolas, la buena cocina nacional, la industria alimentaria, etc. y conseguir aquello que en Francia y en Italia (sobre todo en el Piamonte) han conseguido: la buena reputación de una buena cocina nacional permite industrializar y exportar. Olviden los cocineros genialoides, que tanto nos gustan aquí. No crean demasiados puestos de trabajo. Y menos, industriales.
  • Fabricación de Vehículos y Manufactura asimilada. Si hacemos una buena reestructuración y juntamos todas las piezas que constituirán el vehículo del futuro (eléctrico, o de hidrógeno), podemos hacer cosas importantes. Lo digo porque la industria auxiliar y la principal han conseguido crear una clase de mano de obra que se aproxima mucho a la alemana: formación, sindicatos serios y profesionalizados, métodos, horarios, rigor, etc. Todo aquello de lo que el país, en general, está carecido. Esta inversión en capital humano es fantástica y conviene no perderla.
  • Químico. Me remito en su punto anterior. Conviene no renegar de todo el entramado existente actualmente alrededor de Tarragona. Las ventajas de ser colonizados desde el punto de vista organizativo, laboral, etc., hace falta entomarlos positivamente para hacer cosas de futuro. Además, la industria química, tanto la ligada como la no ligada al petróleo, tendrá mucho impulso y durante muchos años todavía.
  • Servicios Médicos y farmacéuticos. Aquí contamos, todavía, con bonos profesionales, buenos laboratorios, buenos hospitales y un buen sistema sanitario general. Pero corremos el riesgo de cargárnoslo por culpa de la demagogia socializante. Insisto, ya lo dije, hace falta prestigiar nuestro sistema y nuestros profesionales. Y prestigiar quiere decir separar lo bueno de lo malo. Hay que trabajar por la excelencia y la meritocràcia. Y no desterrar el sistema médico privado, porque es muy bueno.
  • Investigación Universitaria y otros centros. Aquí se ha conseguido avanzar mucho. El problema es que inventar o descubrir cosas que, después, no se usan porque no sabemos como materializarlas en la cotidianidad, sirve de poco. De cerebros privilegiados hay por todas partes. Pero solo brillan cuando trabajan por países que saben como proyectar el intelecto en la vida productiva. Nosotros estamos a medio cocer.

Bien como les he dicho, una simple lista para ayudar a pensar. Nada más. Partiendo del sentido común, y sin intención de hacer ninguna revolución genial. Solo intentando aprovechar las ventajas de conocernos un poco.

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