Gestionar en tiempo de VUCA!

Si hay un factor clave por la supervivencia de una empresa, es la capacidad de evolucionar y de adaptarse al contexto en que desarrolla su actividad. Si hace unos años la evolución lógica de un sistema empresarial implicaba proyectar escenarios lineales y previsibles, donde las empresas no sólo sabían donde estaba su mercado sino que sabían que durante los siguientes años continuaría allá, ahora ya no es así. Len planificación estratégica a medio y largo plazo hizo aguas, dando en busca de instrumentos de gestión flexibles, adaptativos y de rápida aplicación para hacer frente a tiempo líquidos o, tal como se conoce actualmente, para hacer frente a entornos VUCA: volatility, uncertainty, complexity and ambiguity.

El mundo en que vivimos cambiará cada vez con más celeridad, será cada vez más imprevisible, complejo y difícil de interpretar. Este acrónimo anglosajón, de origen militar, se ha trasladado al ámbito de la dirección y del liderazgo empresarial para describir el actual entorno en que se tienen que desarrollar nuestras empresas y que, de hecho, se da en todos los ámbitos de la sociedad.

Los tiempos VUCA marcan la economía, la sociedad y la política. Las estructuras clásicas de todo orden, ya sean de organización, de relaciones laborales, de relaciones comerciales, creditícies, administrativas, formativas, etc., responden a modelos estables del pasado que no dan solución a los nuevos paradigmas que están planteando estos tiempos.

Las empresas que han superado el periodo 2008-2015, y las que han nacido durante el mismo, han tenido que hacer muchos cambios internos, tanto organizativos como de cultura empresarial, en la mayoría de casos en condiciones adaptativas extremas. Y lo han hecho aplicando una gestión diferente en la misma organización, con innovación y dispuestos a resolver situaciones desconocidas hasta el momento.

Esto pasa por tres compromisos básicos: El primero, el compromiso con la plantilla. Hay que engranar con cierta urgencia las nuevas generaciones con generaciones acostumbradas a velocidades de cambio bastante más lentas. Creo que es tiempo para los jóvenes, los tenemos que hacer confianza e integrar el gran potencial adaptativo en que han crecido con equipos con experiencia profesional.

En segundo lugar, el compromiso con los clientes. Es necesario entender y atender sus expectativas cambiantes. Los modelos de negocio clásicos están siendo sustituidos por nuevos modelos que aprovechan la rapidez y la reducción de costes en la prestación del servicio. En definitiva, se acelera aquello que ya sabíamos. Que quién mandará empresarialmente es quien tiene el cliente y no quién produce el bien o el servicio. Miramos si no el que pasa con Amazon. De vender libros ha pasado a ser una empresa logística que reparte el 20% de las mercancías del mundo y, al tener el conocimiento del cliente, puede acabar controlando cualquiera otro producto o servicio.

Y el tercer compromiso es con la sociedad. La empresa no puede evolucionar sin una correlación directa con su entorno más cercano. A la Cecot siempre hemos defendido que hace falta un país más orientado a la empresa como motor de ocupación y generación de riqueza, pero vinculado directamente con políticas de cohesión social.

Y un tema que no podemos obviar: las empresas de los tiempos VUCA tienen que estar abiertas a cooperar con transparencia con otras compañías siempre que sea necesario para lograr una posición competitiva. Esto es especialmente importante en el ámbito de la internacionalización, donde hace falta dimensión empresarial para abrir mercado o implantarse en otros países.

En Cataluña hay 4.500 multinacionales de diferentes dimensiones que compiten a escala global y que, en algunos casos, lo han hecho posible gracias a constituir modelos colaborativos flexibles o agrupamientos societarios específicos para un objetivo, y poder competir en un mercado global. Una recomendación, esta de cooperar con transparencia con otras, que haría extensiva a ámbitos como el político o el educativo.
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