habrá trabajo en el futuro?
El análisis de los datos, que se han ido publicando relativas en el primer semestre y las previsiones de final de año, me han hecho pensar en los problemas de las personas que hay detrás de los números macroeconómicos y en los datos de pobreza que año tras año publica INDESCAT o ECAS y en particular en cuanto a Cataluña, explicitan que los ciudadanos que se encuentran en situación de pobreza severa llega al 4,98% (casi 4 puntos más que el 2008) y que casi 60% de los hogares catalanes tienen serias dificultades para llegar a final de mes o que un 13,7% de los catalanes son pobres, a pesar de tener un trabajo, 6 puntos por encima del conjunto de la Unión Europea. Una Europa con casi 79 millones de personas que viven por debajo del umbral de pobreza.
Frente a los a menudo olvidados dramas humanos por la carencia de actividad económica; es decir, carencia de puestos de trabajo, hay que desplegar políticas de protección social, programas de ayuda a la emprendeduría y de reforzamiento del tejido industrial. También planos de formación en las nuevas actitudes y aptitudes que la actividad productiva demanda.
Pocos son los que dudan que los puestos de trabajo estables en el seno de una sola empresa con horarios definidos y con equipos de personas conocidas se está desvaneciendo. Hoy en día se requieren personas con capacidad de tomar decisiones, de ayudar a definir la mejor manera de como hacer el trabajo, personas que han interiorizado los retos y oportunidades de la globalización, de los adelantos tecnológicos, de la inteligencia artificial, de los nuevos modelos productivos en red y la telepresència en cualquier lugar y momento. Todo un conjunto de hechos que abren ventanas de oportunidades a personas 'nativas digitalmente', aquellas que han crecido con dispositivos electrónicos enlas manos , personas que progresivamente vertebran la población activa, de hecho ellos configurarán más del 50% de la misma el 2020.
Sin duda generar trabajo, recuperar el crecimiento sólido implica aceptar los nuevos desafíos. Ahora bien, en este contexto hay un aspecto capital que a menudo se olvida. No es otro que la pérdida sistemática de puestos de trabajo desarrollados por humanos en beneficio de maquinas más o menos inteligentes. Una sustitución de humanos por robots, que según varios especialistas en robótica puede rondar el 50% en uno el horizonte de 20 a 30 años. Esta tendencia fue recientemente corroborada en el estudio The future of jobs, 2025: working side by side with robots elaborado por la empresa Forrester, en él se explicita que sólo en los Estados Unidos 22,7 millones de puestos de trabajo pasarán a manso de robots en los próximos 10 años. Porcentajes similares en cuanto a transformación, pérdida de puestos de trabajo desarrollados por humanos, se producirán en el resto de economías avanzadas y tecnificadas, si bien en un periodo de tiempo superior. La sustitución de humanos por robots llegará por todas partes, a la industria convencional, a los hogares, a la sanidad, a las oficinas, al transporte privado y público, a la formación, etc. Una sustitución de humanos que creará nuevas tareas y puestos de trabajo, aquellos asociados a su mantenimiento, programación y diseño. A buen seguro que a corto plazo y el diferencial de puestos de trabajo perdidos y generados representa un saldo positivo. Nuevos puestos de trabajo radicalmente diferentes, más cualificados y más complejas. Pero a largo plazo el trabajo entendido como hasta ahora menguará. Estos es un aspecto incuestionable y entonces todo será diferente.
Este escenario con poco trabajo humano y mucho por los robots requiere ser considerado, puesto que obligará a una redistribución de la riqueza y del trabajo diferente de la que hasta ahora se ha aplicado. La fiscalidad tiene que ser diferente y habrá que garantizar un salario social para todos, mercedes al trabajo de los robots. Habrá que velar para erradicar el crecimiento de las desigualdades y la governança mundial acontecerá indefugible.
Todos estamos de acuerdo que el escenario laboral ha cambiado y seguirá cambiante y que acontece requerido adaptarse a los cambios, pero habría que levantar la vista y mirar más allá y descubrir que la robotització puede vertebrar un mundo más justo, más confortable, pero a la vegada más excluyen a menos que se avance significativamente hacia nuevos modelos de producción y generación de valor más compartidos y no excluyentes.