La inercia de las cosas
De alguna forma los datos que maneguem tienen una cierta inercia provocada por, por un lado, los datos anteriores ya conocidas, y de otra, la muestra discreta que se desarrolla sobre ellas, que nos proporciona muestras espaciadas en el tiempo que no responden al pensamiento de la población en un eje continuo del tiempo.
Otras formas de este fenómeno se encuentran en la memoria a Internet. Desde que un hecho sucede hasta que queda reflejado de forma real a las redes pasa un tiempo, un periodo en que la transformación de la información hasta el punto de ser veraz, si es que llega, puede ser largo. Si conocemos alguien que ha cambiado de trabajo recientemente, cuánto de tiempo ha pasado hasta que Internet hace protagonista el nuevo trabajo y deja en segundo plano el anterior? Podemos encontrar muchos ejemplos similares, y no es extraño que haya emprendidas que se dediquen a forzar el cambio de la memoria de Internet. Es cierto que para acelerar el cambio podemos actuar proactivament, actualizando nuestro perfil o creando noticia alrededor de la nueva función, de forma que los buscadores procesen la nueva información más rápidamente.
Por lo tanto, jugamos diariamente con la inercia de las cosas. Sería posible construir un índice? El índice de inercia de las aplicaciones móviles se podría basar en el tiempo en que una nueva versión pasa a tener un uso superior que el anterior entre sus usuarios. El índice de inercia de una tecnología, el índice de inercia de nuestra familia, de nuestros hábitos. Y entonces, también podríamos tener el índice de inercia de nuestras empresas o el tiempo que requiere la organización para lograr un cambio desde que se toma una decisión.
Sería bueno tener un índice de inercia de la empresa muy bajo? Quizás entonces querría decir que nuestra organización se gestiona demasiado militarmente o, contrariamente, que es tan flexible que las personas que trabajan saben el valor del cambio y le apoyan. Cada empresa tiene que saber qué índice de inercia le es bueno y construir el ecosistema para lograrlo. Hay factores que hacen que este índice no pueda ser cero: las restricciones legales, las infraestructuras de que disponemos, las limitaciones presupuestarias, son ejemplos. Creo que sería bueno que cada cual de nosotros hiciéramos una lista de los factores que, a nuestras empresas, favorecen un índice de inercia alto o bajo y actuar sobre aquellos que, siendo accionables, lo modifiquen en la dirección que deseamos para el éxito de la empresa.